¡°Hay una cierta ¡®oenegizaci¨®n¡¯ de algunos servicios sociales¡±
C¨¢ritas, la organizaci¨®n solidaria de la Iglesia, dispone de 61.783 voluntarios y alrededor de 5.000 trabajadores remunerados que, en medio de esta crisis, se hacen pocos. A pesar de las carencias sociales, su n¨²mero de voluntarios se ha incrementado, las donaciones privadas aumentado 17 millones de euros y la financiaci¨®n de las empresas crecido un 85%. La Conferencia Episcopal don¨® en 2011 cinco millones, el 2,17% del presupuesto. Y avisan de que si pagan el IBI podr¨ªa peligrar C¨¢ritas. Sebasti¨¢n Mora (M¨¢laga, 1966), secretario general de C¨¢ritas, pone pa?os calientes a la pol¨¦mica.
Pregunta. Si la Iglesia paga el IBI ?peligra C¨¢ritas?
Respuesta. Los datos que se han dado no toman la globalidad de la aportaci¨®n de la Iglesia, que no hay que confundirla con la Conferencia Episcopal Espa?ola. Iglesia es la inmensa mayor¨ªa de los locales diocesanos y parroquiales donde C¨¢ritas realiza su labor, es su base social, sus socios y donantes. No se puede decir que la Iglesia solo aporta los cinco millones que en 2011 don¨® la Conferencia. ?Si peligrar¨ªa C¨¢ritas? La tradici¨®n de la Iglesia es redoblar esfuerzos cuando hay carencias. Aunque no hubiera exenciones tributarias [del IBI], seguir¨ªan redoblando esfuerzos como lo ha demostrado estos a?os en los que ha bajado la aportaci¨®n p¨²blica: en 2010 el presupuesto de donantes privados creci¨® en 17 millones y ah¨ª hay cat¨®licos y no cat¨®licos.
P. Pero la Conferencia avisa.
R. Es una afirmaci¨®n en un contexto general, no se puede decir que la Conferencia haya dicho eso, es una declaraci¨®n del arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia, monse?or Rouco, pero nunca ha dicho que C¨¢ritas se vaya a ver mermada. Es una reflexi¨®n m¨¢s o menos abierta donde se dice un ¡®por ejemplo¡¯.
P. Da la sensaci¨®n de que C¨¢ritas est¨¢ poniendo la otra mejilla...
R. C¨¢ritas es Iglesia y quien la sostiene es la Iglesia, en el sentido de pueblo de Dios.
P. ?Sinton¨ªa total con la Conferencia Episcopal?
R. No puede ser de otro modo, somos Iglesia, dependemos de la Conferencia, que es quien me nombra a m¨ª. Sinton¨ªa, coordinaci¨®n y trabajo conjunto, pero cada uno tiene funciones distintas, unos m¨¢s de reflexi¨®n y otros m¨¢s de acercamiento a la pobreza.
P. La mayor¨ªa de voluntarios son laicos, ?no les afectar¨¢n esas declaraciones de alg¨²n obispo?
R. Son cristianos, m¨¢s del 90% est¨¢ inscrito en las C¨¢ritas parroquiales. Una ampl¨ªsima mayor¨ªa es cat¨®lica y practicante.
P. ?No les afecta ese discurso?
R. No puedo hablar por ellos.
P. ?Temen que les afecte?
R. No. En los ¨²ltimos a?os el voluntariado ha ido creciendo, y los donantes. Los voluntarios est¨¢n enraizados en la realidad social y sufren con los que m¨¢s sufren; tienen una profunda capacidad de leer la realidad y saben vivir las contradicciones y trascender peque?as historias para construir las grandes.
P. ?C¨®mo vive C¨¢ritas la crisis?
R. Quitemos el adjetivo crisis. Hemos pasado de la coyuntura a la estructura, de la emergencia social a un nuevo modelo de sociedad que sufre una pobreza m¨¢s extensa, intensa y cr¨®nica. El 40% de las personas en nuestra atenci¨®n primaria llevan m¨¢s de tres a?os como usuarios; antes ven¨ªan de una manera m¨¢s puntual. Y cada vez es mayor la distancia entre los que tienen y no tienen. Y se reduce la posibilidad de acceso a derechos y servicios. C¨¢ritas vive esto con dolor y preocupaci¨®n.
P. El decreto de Sanidad deja fuera a muchos inmigrantes.
R. Deja fuera a una parte importante de los colectivos de severa exclusi¨®n. Y ojo, no son esos que han venido en circunstancias tremendas, colados por la frontera, no; es la ecuatoriana que cuidaba a mi madre y ha perdido el trabajo; o la que limpiaba en nuestra oficina: su situaci¨®n es sobrevenida. Nos preocupa que el derecho de la salud haya pasado a ser la prestaci¨®n del asegurado. En 2010 dedicamos cinco millones a medicamentos. Ahora ser¨¢n m¨¢s. No es nuestra funci¨®n ser una red paralela de atenci¨®n sanitaria sino reclamar derechos. Habr¨¢ que racionalizar el gasto, pero no se puede empezar por el m¨¢s d¨¦bil.
P. ?Cu¨¢l debe ser la relaci¨®n servicios sociales-voluntariado?
R. Complementaria, no de sustituci¨®n. Debemos ser subsidiarios a la labor de las Administraciones P¨²blicas. El 65% de los que vienen a atenci¨®n primaria son derivados de los municipios. Es una barbaridad. Y hay que huir de falsas dicotom¨ªas como que lo p¨²blico es de mala gesti¨®n y caro.
P. ?Las subvenciones p¨²blicas que reciben est¨¢n a la altura de la gente que les est¨¢n derivando?
R. Las subvenciones est¨¢n bajando a todos los niveles, pero no queremos dar una cifra. Pero s¨ª, necesitamos la ayuda de todos.
P. Es muy recurrente la llamada al voluntariado que se hace desde la Administraci¨®n.
R. Hay cierta intenci¨®n de oenegizaci¨®n de algunos servicios sociales. Parte de la expansi¨®n del tercer sector se debe a eso. La gesti¨®n de derechos ha de estar tutelada por la Administraci¨®n, aunque hay que seguir fomentando el voluntariado.
P. ?C¨®mo se est¨¢ haciendo?
R. No de forma correcta. Desde hace 10 a?os el voluntariado se plantea para potenciar ciertos servicios hacia la comunidad y eso, como filosof¨ªa, podr¨ªa esconder cierta suplencia de algunas labores por el voluntariado.
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