¡°Atapuerca es un libro abierto de la evoluci¨®n humana en Europa¡±
El codirector de la excavaci¨®n burgalesa relata en su obra ¡®Exploradores¡¯ el descubrimiento de los f¨®siles de ¡®H. Antecessor¡¯, de hace un mill¨®n de a?os
¡°Atapuerca es un libro abierto de la evoluci¨®n humana en Europa, un registro de la ocupaci¨®n de esa zona durante m¨¢s de un mill¨®n de a?os¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa Berm¨²dez de Castro. Es uno de los tres codirectores de la excavaci¨®n (junto con Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga) y director del Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre Evoluci¨®n Humana, en Burgos, y conoce la historia y los descubrimientos de ese lugar a la perfecci¨®n. No en vano investiga y codirige los trabajos paleontol¨®gicos all¨ª desde hace casi tres d¨¦cadas. Precisamente sobre esa historia, sobre los f¨®siles hallados y su significado cient¨ªfico, as¨ª como sobre las vicisitudes y an¨¦cdotas de este proyecto ha escrito el libro Exploradores (Editorial Debate).
Ese lugar de la sierra burgalesa, la sierra de Atapuerca, ¡°es un cruce de caminos entre la cuenca del Ebro y la del Duero y los humanos siempre nos hemos desplazado por la cuenca de los r¨ªos, donde hay agua, vegetaci¨®n, animales¡¡±, argumenta Berm¨²dez de Castro, para ayudar a comprender el por qu¨¦ de esa riqueza de f¨®siles humanos en los yacimientos. Adem¨¢s, es un lugar un poco elevado desde donde se divisa todo el entorno, a?ade, y con agua abundante, vegetaci¨®n¡ ¡°Los hom¨ªnidos, encima, ten¨ªan all¨ª una urbanizaci¨®n, un sistema de cuevas donde encontrar refugio¡±, explica el paleont¨®logo. Para colmo de suerte para ¨¦l y sus colegas, ¡°las condiciones de fosilizaci¨®n en esas cuevas son ¨®ptimas porque todo hueso que ca¨ªa all¨ª se ha conservado, mientras que si ca¨ªa en campo abierto se perd¨ªa¡±.
Ahora se excava en varios lugares de ese sistema de cuevas -algunas cortadas y expuestas- y cada una tiene un inter¨¦s especial y un gran valor. Berm¨²dez de Castro se centra en su libro, sobre todo, en la excavaci¨®n Gran Dolina, donde se encuentran los f¨®siles de la especie Homo antecesor, de hace en torno a un mill¨®n de a?os. Tambi¨¦n se refiere a de El Elefante, donde se ha encontrado un enigm¨¢tico f¨®sil humano de hace 1,2 millones de a?os. De ambas excavaciones se ocupa ¨¦l directamente, junto con Carbonell. La Sima de los Huesos, en el fondo de una cueva, donde se han rescatado ya unos 6.500 f¨®siles de hace medio mill¨®n de a?os, es responsabilidad Juan Luis Arsuaga y su equipo.
Berm¨²dez de Castro es un gran especialista en dientes f¨®siles, ¡°la caja negra del organismo¡±, dice, citando a una colega, ¡°que aporta much¨ªsima informaci¨®n sobre alimentaci¨®n, biolog¨ªa del desarrollo, enfermedades que haya sufrido el individuo, etc¨¦tera¡±. En total se han encontrado ya m¨¢s de 700 dientes en Atapuerca.
La riqueza de los yacimientos desvela mucha informaci¨®n sobre el pasado del g¨¦nero Homo, pero tambi¨¦n abre nuevas inc¨®gnitas y Berm¨²dez de Castro reconoce que la historia evolutiva humana que los cient¨ªficos van reconstruyendo sigue cambiando a medida que hacen nuevos descubrimientos. ¡°Este libro refleja tambi¨¦n las dudas que nos van surgiendo¡±, se?ala. Las dudas cient¨ªficas est¨¢n tan presentes en el trabajo de estos especialistas que el fragmento de diente de El Elefante, ¡°lo hemos clasificado como especie indeterminada de Homo¡±, a?ade.
Una faceta siempre sorprendente de los primitivos europeos que se descubri¨® en los f¨®siles de Atapuerca, es el canibalismo que ellos practicaban, a la vista de las marcas de corte, de desgarro con cuchillos de piedra, que se distinguen en los f¨®siles humanos y que son id¨¦nticas a las que aparecen en huesos de otros animales. ¡°Es canibalismo territorial, o cultural, no tiene nada de ritual¡±, explica Berm¨²dez de Castro. ¡°En la sierra de Atapuerca hab¨ªa unas condiciones clim¨¢ticas ¨®ptimas para vivir, mejor que las actuales, con calor, mucha vegetaci¨®n, animales¡. No es canibalismo por hambre¡±. Si un grupo tiene un territorio muy bueno, como ese, y llega otro grupo que pelea por hacerse con ¨¦l, ¡°ataca el campamento, mata a la gente y se quedas con el territorio, pero ya que lo ha matado se los comes. Es canibalismo gastron¨®mico territorial¡±, concluye.
Descubridores no s¨®lo se ocupa de los descubrimientos cient¨ªficos en Atapuerca, sino que Berm¨²dez de Castro combina el relato con la historia humana de los investigadores all¨ª. ¡°Es un trabajo muy especial porque, durante el invierno, cada equipo desarrolla la labor en su laboratorio, pero el trabajo de campo en el que estamos todos es la base esencial: si no encontramos f¨®siles no hay nada que hacer¡±, destaca. ¡°Y la vida en el campo es totalmente distinta, ah¨ª se entrelaza amistad, los recuerdos, el reto¡. En el libro tambi¨¦n quiero reflejar eso, las vivencias personales con la ciencia¡±.
Pese a que ya se acumulan tres d¨¦cadas de trabajo cient¨ªfico intenso en los yacimientos, el potencial sigue siendo enorme, ¡°estamos en los comienzos¡±, dice Berm¨²dez de Castro. ¡°Atapuerca no tiene fin, puede haber millones de f¨®siles. Pero es esencial que siga habiendo inter¨¦s cient¨ªfico, medio econ¨®micos y equipos de investigadores para que siga funcionando¡±. Encima est¨¢ dando dinero. La Consejer¨ªa de Cultura y Turismo de Castilla y Le¨®n, expone el paleont¨®logo, se plante¨®, tras haber invertido en Atapuerca 350 millones de euros en hacer el Museo de la Evoluci¨®n Humana, el centro de investigaci¨®n, un palacio de congresos, etc¨¦tera¡., si estar¨ªa dando alguna rentabilidad. ¡°Se encarg¨® un estudio a una consultora que concluy¨® que, en 2010, en plena crisis, Atapuerca produc¨ªa 54 millones de euros y daba trabajo a 1.130 personas¡±.
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