El bochorno de Eurovegas
Los pol¨ªticos de Madrid y de Catalu?a se disputan la bicoca y cada vez somos m¨¢s los que contemplamos el espect¨¢culo con aut¨¦ntico pavor
Eurovegas ofrece el para¨ªso. Las cifras que baraja para un futuro pr¨®ximo son espectaculares: 800 hect¨¢reas de terreno para crear una ciudad del ocio de ensue?o, la construcci¨®n de un m¨ªnimo de cuatro macrohoteles y la de un macrocasino, elemento esencial, una inversi¨®n de 17.000 millones de euros y ¡ªhe aqu¨ª la perspectiva m¨¢s embriagadora de todas¡ª la creaci¨®n de 250.000 empleos.
Los pol¨ªticos de Madrid y de Catalu?a se disputan la bicoca y cada vez somos m¨¢s los que contemplamos el espect¨¢culo y el rumbo de las negociaciones con aut¨¦ntico pavor, porque todo es tan bochornoso y abominable como parece. Dos terceras partes del dinero lo deber¨¢ poner la banca espa?ola, que, como sabemos, no est¨¢ para fiestas, lo de los empleos generados es, a falta de mayores pruebas, el cuento de la lechera y las contrapartidas que algunos de nuestros pol¨ªticos est¨¢n dispuestos a ofrecer, como la suspensi¨®n de la ley antitabaco, es de un entreguismo que cuestiona nuestra dignidad como pa¨ªs. Resulta que Rajoy saca pecho reivindicando la soberan¨ªa nacional frente a los objetivos macroecon¨®micos de la Uni¨®n Europea y, mientras tanto, algunos de sus correligionarios, como la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se muestra complaciente con un multimillonario americano llamado Sheldon Adelson y su pretensi¨®n de modificar el marco legal espa?ol acordado en el Parlamento a cambio de un dudoso bot¨ªn.
Es un insulto suspender leyes para satisfacer? la avaricia de un millonario
La guinda la puso el jueves la ministra de Sanidad, Ana Mato. Es verdad que dijo que no prev¨¦ modificar la ley, pero a?adi¨® a rengl¨®n seguido estar ¡°abierta al di¨¢logo¡± y a ¡°escuchar todos los argumentos¡±. Es urgente que la ministra puntualice; que aclare si eso significa que s¨ª, que no o todo lo contrario. Porque, de otro modo, hay razones para sentirse traicionados por un plato de lentejas de gusto m¨¢s que amargo. Un plato cuyos efectos secundarios se conocen de sobra: unas 1.500 personas mueren cada a?o prematuramente en Espa?a por culpa del humo ajeno. Son los llamados fumadores pasivos; la raz¨®n fundamental, de salud p¨²blica, por la que instaur¨® la ley. Es una norma que proh¨ªbe fumar en lugares p¨²blicos cerrados y que no solo fue aprobada por el Parlamento, sino que cuenta con el apoyo del 70% de la poblaci¨®n espa?ola. Pero los profesionales del juego lo tienen claro. Que sus clientes salgan a la calle a fumar es correr el riesgo de que algunos no vuelvan a entrar. Debe ser que aprovechar ese descanso da demasiado tiempo para reflexionar y huir del casino sin perder m¨¢s de la cuenta.
Dado que estamos en tiempos de austeridad, cabe pedirle a Aguirre y compa?¨ªa que nos ahorren este bochornoso espect¨¢culo. Dejar en suspenso leyes nacionales para satisfacer la avaricia de un millonario es, adem¨¢s de un insulto, un agravio para todos esos empresarios espa?oles del juego que no obtuvieron, a cambio, las mismas prebendas. Fiar la generaci¨®n de empleo a proyectos inmobiliarios ¡ªno otra cosa es la construcci¨®n de esa ciudad del juego¡ª es parte de la raz¨®n de la ruina en la que est¨¢ sumido este pa¨ªs. Apostar por ello, como hace Miguel Arias Ca?ete anunciando la modificaci¨®n de la ley de costas, es persistir en el error, pero tambi¨¦n aplicar criterios cortoplacistas que generan, como sabemos, poco valor a?adido, mucha corrupci¨®n y crecimiento poco sostenible.
Es verdad que las cifras que exhiben los promotores del proyecto son espectaculares, pero seguro que tambi¨¦n ser¨¢n espectaculares los gastos p¨²blicos que generar¨¢. Adivinen qui¨¦n se encargar¨¢ de construir, por ejemplo, los accesos necesarios y todas las infraestructuras de esa ciudad del juego y adivinen tambi¨¦n qui¨¦n se har¨¢ cargo de las p¨¦rdidas de los bancos si las cosas no funcionen adecuadamente. Basta con repasar la historia algunas cajas de ahorros y, en especial, de la CAM (Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo) para saberlo.
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