Paso de gigante hacia la certidumbre

Es muy probable que usted, lector, haya o¨ªdo hablar del bos¨®n de Higgs y de la emoci¨®n que suscita entre los cient¨ªficos que estudian las part¨ªculas elementales. Aunque es tambi¨¦n probable que no comprenda muy bien las razones de esta emoci¨®n, dada la naturaleza abstracta y compleja del proceso que nos ha llevado a predecir su existencia. Se trata de completar y dotar de sentido a una teor¨ªa, la llamada Teor¨ªa o Modelo Est¨¢ndar, que se ha mostrado excepcionalmente exitosa en explicar todos los resultados experimentales obtenidos en este campo de investigaci¨®n. Esta teor¨ªa, sin la part¨ªcula de Higgs, no acaba de ser consistente, y una forma de manifestarse esa inconsistencia es su incompatibilidad con que muchas de las part¨ªculas elementales conocidas tengan masa.

No fue nada f¨¢cil encontrar un modo de restaurar la compatibilidad entre la Teor¨ªa Est¨¢ndar y la existencia de part¨ªculas con masa; al final, se vio que pod¨ªa hacerse postulando la existencia de un nuevo campo de fuerzas, el campo de Higgs, y su part¨ªcula asociada, de caracter¨ªsticas bastante extra?as y de masa indeterminada. Pero en ciencia todas las hip¨®tesis deben ser cotejadas con el experimento. Justamente, uno de los objetivos de la construcci¨®n y la operaci¨®n del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) situado en el laboratorio europeo CERN, ha sido la verificaci¨®n de la existencia de la part¨ªcula de Higgs, aunque las dificultades objetivas del experimento eran enormes. En efecto, de entre billones de interacciones en las que se generan centenares de part¨ªculas elementales, hab¨ªa que demostrar que apenas unas decenas de ellas, en las que podr¨ªa haberse formado la hipot¨¦tica part¨ªcula, pose¨ªan las caracter¨ªsticas inequ¨ªvocamente asociadas a su formaci¨®n y posterior desintegraci¨®n.

Pues bien, este martes a las nueve de la ma?ana, en un hist¨®rico seminario desde el sal¨®n de actos del CERN, los responsables de los grandes detectores en los que se analizan las interacciones entre las part¨ªculas que circulan por el colisionador, informaron de un avance decisivo hacia la certidumbre de que tal part¨ªcula existe. Las probabilidades de que se trate de un efecto estad¨ªstico y no responda a un fen¨®meno real son min¨²sculas, pero nos advierten de que debemos acumular m¨¢s datos antes de dar su existencia por definitivamente demostrada. Seguramente este a?o tengamos nuevos resultados que aumenten la solidez de las conclusiones ya alcanzadas y, lo que parece definitivo, cuando se reanude la operaci¨®n del LHC para llegar al m¨¢ximo de su energ¨ªa de dise?o, tendremos la respuesta definitiva a la cuesti¨®n de si el mecanismo que los f¨ªsicos idearon para completar una teor¨ªa exitosa pero incompleta es una realidad en el mundo f¨ªsico. Ayer se anunci¨® un nuevo descubrimiento; ahora tenemos que analizar en detalle sus propiedades y estar seguros de que responde a lo que hab¨ªa sido predicho te¨®ricamente o a otra cosa distinta, lo que llevar¨¢ alg¨²n tiempo. En todo caso, se habr¨¢ dado un paso de gigante en la comprensi¨®n del mundo f¨ªsico y seguramente su an¨¢lisis nos llevar¨¢ a profundizar en la naturaleza del universo, sus propiedades y su historia.

Cayetano L¨®pez es director general del Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (Ciemat).