Stephen Covey, el gur¨² de los buenos h¨¢bitos
Uno de sus libros de mejora personal consigui¨® 25 millones de lectores
Con su carrera de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas y su m¨¢ster MBA en Harvard, lo natural y l¨®gico es que Stephen Covey (Salt Lake City, 1932) hubiese acabado dirigiendo el imperio empresarial de su familia. Pero en lugar de eso emple¨® sus conocimientos para formar a l¨ªderes y crear los empresarios del ma?ana. Como ¨¦l mismo afirm¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n, su misi¨®n en la vida era ense?ar a otros.
En 1989, Covey ya era un fil¨®sofo del management de reconocido prestigio, sobre todo en el ¨¢mbito de la ense?anza, pero su fama se multiplic¨® con la publicaci¨®n de su obra culmen, Los siete h¨¢bitos de la gente altamente efectiva. El libro se convirti¨® en un aut¨¦ntico best-seller, vendi¨® la friolera de 25 millones de copias en todo el mundo.
Para Covey, el car¨¢cter est¨¢ compuesto por los h¨¢bitos, son factores poderosos que repercuten en nuestras vidas. Son pautas consistentes, a menudo inconscientes, que hacemos con constancia y cotidianamente. Seg¨²n el autor, una persona solo puede tener verdadero ¨¦xito en la vida y en el trabajo cuando aprende y desarrolla estos h¨¢bitos. ¡°El ¨¦xito no es la base de la felicidad, la felicidad es la base del ¨¦xito¡±, afirm¨® Covey en una entrevista a EL PA?S.
"El ¨¦xito no es la base de la felicidad, la felicidad es la base del ¨¦xito", cont¨® en una entrevista
La base del libro son los siete h¨¢bitos, pormenorizados por el autor a lo largo de m¨¢s de 300 p¨¢ginas. En el primero, ser proactivo, destaca la libertad del individuo para escoger una respuesta ante los est¨ªmulos que recibe; ¡°arquitectos de nuestro destino¡±, precisa Covey. En el segundo invita a comenzar una tarea o una misi¨®n con el final en mente, ya que as¨ª se encaminan nuestras acciones. Lo primero es lo primero, nos ense?a el autor en el tercero; hay que priorizar, dedicarnos a lo que da sentido a nuestra vida. En el cuarto insta a pensar en ganar / ganar, esto es, buscar el beneficio mutuo; no para que alguien triunfe otro tiene que fracasar. Comprender y ser comprendido es el quinto h¨¢bito, clave para las relaciones humanas. En el sexto habla de la sinergia, de que el todo es m¨¢s que la suma de las partes; la s¨ªntesis de las ideas divergentes produce ideas mejores. Y el s¨¦ptimo h¨¢bito es el que Covey llama ¡°afilar la sierra¡±, buscar la mejora continua, renovarse f¨ªsica y mentalmente.
Stephen Covey aplicaba estos mandamientos a su propia vida, predicaba con el ejemplo. Dec¨ªa que, para motivarse a s¨ª mismo en la mejora constante, se visualizaba asistiendo a su propio funeral y se imaginaba c¨®mo ser¨ªa recordado por sus allegados. Esa visi¨®n le ayudaba a comprometerse con ciertos valores que le ayudar¨ªan a convertirse en la persona que quer¨ªa ser.
El ¨¦xito de Los siete h¨¢bitos¡ hizo que publicase otros libros, como El octavo h¨¢bito, El l¨ªder en m¨ª o Los siete h¨¢bitos de las familias altamente eficientes, siempre enfocados a la tem¨¢tica de la autoayuda y la mejora personal. Tal fue su fama que hasta el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton afirm¨® que la productividad americana crecer¨ªa si se aplicaban las ense?anzas de Covey. Y cientos de empresas hicieron caso porque acudieron a pedir consejo a la consultora que el fil¨®sofo fund¨®.
Como la mayor¨ªa de los nativos del Estado de Utah, Covey era morm¨®n, pero ¨¦l siempre neg¨® que la religi¨®n marcase sus ense?anzas, dec¨ªa que estas estaban basadas en grandes pensadores, como Buda, S¨®crates o Viktor Frankl, al que conoci¨® en persona y con el que entabl¨® una buena amistad. Al finalizar la carrera de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas, pas¨® dos a?os de misiones en el Reino Unido e Irlanda. A su regreso a Estados Unidos, entr¨® como profesor ayudante en la universidad de Bringham Young. All¨ª fue donde vio que su destino era dedicarse a la ense?anza, cosa que har¨ªa el resto de su vida, tanto en clases, como en conferencias, como con sus libros.
Siempre fue fiel a su doctrina: intentaba aprovechar el tiempo, siempre ten¨ªa un objetivo en la cabeza y buscaba continuamente la mejora personal. Tuvo nueve hijos y m¨¢s de 50 nietos, y seg¨²n narra en su famoso libro, procur¨® siempre educarlos con buenos h¨¢bitos. Hace unos meses sufri¨® una ca¨ªda mientras practicaba deporte con su bicicleta, no pudo recuperarse de las heridas y falleci¨® el pasado lunes 16 de julio a los 79 a?os.
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