¡°Solo cambia que Mubarak no est¨¢¡±

Bothaina Kamel, en otros tiempos el esp¨ªritu de la energ¨ªa y el optimismo, est¨¢ ahora deprimida. Abre la puerta de su apartamento en El Cairo vestida de andar por casa y con el pelo alborotado. Egipto tiene nuevo presidente, s¨ª. Elegido libremente, tambi¨¦n. Pero para esta conocida presentadora de televisi¨®n egipcia y ¨²nica mujer que present¨® candidatura a la presidencia el mes pasado, la transici¨®n del pa¨ªs hacia la democracia hace agua por todas partes. El Ej¨¦rcito, con su poder reci¨¦n consolidado, se reparte el pastel con unos islamistas de cuyas intenciones, esta mujer minifaldera no se f¨ªa. ¡°No ha cambiado casi nada. La ¨²nica diferencia es que Mubarak ya no est¨¢ y que los militares est¨¢n m¨¢s presentes¡±.

La Junta Militar emiti¨® una nueva Constituci¨®n justo cuando los egipcios terminaban de ir a las urnas para elegir presidente. Mediante ese decretazo se atribuyeron buena parte de los poderes que le correspond¨ªan al nuevo presidente y al Parlamento.

Kamel siente que la revoluci¨®n por la que se dej¨® la piel en la plaza Tahrir agoniza. Que va a hacer falta mucho tiempo para acabar con los tejemanejes que han regido la vida pol¨ªtica durante d¨¦cadas. ¡°La cuesti¨®n es si vamos a tener la energ¨ªa suficiente para seguir con la revoluci¨®n¡±.

¡°La cuesti¨®n es si vamos a tener la energ¨ªa suficiente para seguir con la revoluci¨®n¡±

Convencida de que no iba a ganar, Kamel present¨® su candidatura para las presidenciales. Enviaba el mensaje de que la alta pol¨ªtica tambi¨¦n es cosa de mujeres. Le falt¨® poco para lograr los apoyos necesarios y convertirse en candidata oficial, a pesar de que, dice, su proyecto fue boicoteado por los militares.

Kamel pertenece a la legi¨®n de egipcios que no votaron en la segunda ronda. Ninguno de los dos candidatos ¡ªun militar y un islamista¡ª le parecieron digeribles. A los islamistas los considera parte del sistema contra el que lucharon los revolucionarios y desaprueba las negociaciones que desde que cay¨® Mubarak mantienen con la Junta Militar. ¡°Adem¨¢s, soy profundamente laica y no pod¨ªa votar a los Hermanos Musulmanes¡±. Ahmed Shafiq, ¨²ltimo primer ministro de Mubarak y candidato oficioso del ej¨¦rcito le repele a¨²n m¨¢s. ¡°Si hubiera ganado Shafiq me sentir¨ªa a¨²n peor¡±.

Tarde o temprano volver¨¢ a la pol¨ªtica, pero ahora lo que le pide el cuerpo es tomar distancia y dedicarse a pelear por los derechos de la mujer. ¡°Los islamistas ahora hablan de que el lugar de la mujer est¨¢ en la casa. A las que salimos a protestar nos llaman prostitutas¡±. Aun as¨ª no cree que las mujeres vayan a sufrir un recorte de libertades dr¨¢stico en el nuevo contexto pol¨ªtico. ¡°Nadie va a obligarme a ponerme el hiyab. Pero creo que no es bueno pensar en las desgracias que puedan pasar. El miedo es una enfermedad¡±.

Kamel trabaj¨® como presentadora en la televisi¨®n estatal dos d¨¦cadas, hasta 2006. Despu¨¦s de la revoluci¨®n que tumb¨® a Mubarak, Kamel volvi¨® a la televisi¨®n. Pero solo dur¨® dos programas. ¡°Me quitaron. Mi jefe me explic¨® que no hab¨ªa sido ¨¦l, que fueron los militares¡±.

Al acabar la entrevista, una pegatina en la puerta despide al visitante: ¡°Abajo la Junta Militar¡±.