Las c¨¦lulas madre inductoras del c¨¢ncer
La presencia de este material en modelos animales confirma su relaci¨®n con la enfermedad El descubrimiento apunta una nueva diana para los tratamientos
La hip¨®tesis m¨¢s pujante, pero tambi¨¦n m¨¢s pol¨¦mica, de la oncolog¨ªa moderna es que los tumores se forman del mismo modo que los ¨®rganos: a partir de una peque?a poblaci¨®n de c¨¦lulas madre que, adem¨¢s, ser¨ªan las responsables de que el c¨¢ncer se reproduzca despu¨¦s de haberlo tratado. Tres nuevos trabajos ¡ªdos en Nature y uno en Science¡ª han a?adido este mi¨¦rcoles mucha fuerza a esa idea al demostrar la existencia de esas c¨¦lulas madre en modelos animales de tres de los c¨¢nceres humanos m¨¢s refractarios al tratamiento, los de cerebro, piel e intestino. Los resultados resaltan la importancia de dirigir f¨¢rmacos espec¨ªficos contra las c¨¦lulas madre del c¨¢ncer.
Los onc¨®logos saben desde hace tiempo que, en muchos casos, no basta con destruir la mayor parte de un tumor, porque las pocas c¨¦lulas que sobreviven al tratamiento son capaces de reconstruir el c¨¢ncer y causar una reca¨ªda, a menudo fatal. Estas y otras evidencias han extendido la hip¨®tesis de que la parte resistente del tumor original, por peque?a que sea, contiene c¨¦lulas madre programadas para reproducirlo. Confirmar ¡ªo refutar¡ª esta idea es una prioridad de la investigaci¨®n oncol¨®gica.
La nueva teor¨ªa es
que un tumor se
forma a partir de unas pocas c¨¦lulas madre
De confirmarse, la nueva hip¨®tesis supondr¨ªa un cambio de paradigma ¡ªel t¨¦rmino acu?ado por el fil¨®sofo Thomas Kuhn para las nuevas miradas a los viejos problemas¡ª en la biolog¨ªa del c¨¢ncer. Los tumores se han visto tradicionalmente como c¨¦lulas enloquecidas que se escapan de los controles habituales y empiezan a proliferar de una forma ca¨®tica. La nueva teor¨ªa, explican los investigadores a EL PA?S, es que un tumor se forma a partir de unas pocas c¨¦lulas madre por un programa de crecimiento ordenado y jer¨¢rquico muy similar, en su l¨®gica interna, al de los ¨®rganos y tejidos normales del cuerpo.
Luis Parada, un bi¨®logo molecular de origen colombiano, y sus colegas del departamento de biolog¨ªa del desarrollo de la Universidad de Tejas en Dallas han utilizado ratones modificados para servir como modelos del glioblastoma humano, el c¨¢ncer primario (no debido a met¨¢stasis) de cerebro m¨¢s com¨²n, actualmente incurable. La agresividad de este tumor ¡ªtiene una supervivencia media de un a?o¡ª se debe precisamente a su resistencia a la terapia y a su r¨¢pida recurrencia incluso tras la extirpaci¨®n quir¨²rgica.
Una enfermedad en aumento
- Mortalidad. El c¨¢ncer es la primera causa de muerte en el mundo, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, que le atribuye unos ocho millones de fallecimientos al a?o. En 2030 ser¨¢n 13,1 millones.
- Tendencia. Va en aumento. Hay dos motivos: los cambios en los h¨¢bitos de vida y que las enfermedades infecciosas est¨¢n en retroceso.
- Causas. Un 30% de los c¨¢nceres son prevenibles reduciendo la obesidad, aumentando la ingesta de frutas, reduciendo el consumo de tabaco y alcohol y haciendo ejercicio.
Los detalles t¨¦cnicos del experimento de los cient¨ªficos de Dallas son de una complejidad disuasoria, pero un vistazo sobre ellos permite captar la idea general. Estos cient¨ªficos, como muchos otros investigadores del c¨¢ncer, utilizan modelos del c¨¢ncer humano. Son ratones con modificaciones gen¨¦ticas que, en este caso, les hacen desarrollar de forma espont¨¢nea, y con alta frecuencia, c¨¢nceres cerebrales muy similares al glioblastoma humano.
¡°Hemos identificado un subconjunto de c¨¦lulas de tumor cerebral que crecen despacio o permanecen en descanso¡±, explica Parada, ¡°y que parecen ser la fuente de la recurrencia del c¨¢ncer tras la terapia est¨¢ndar¡±. Se trata de la quimioterapia con la temozolomida, f¨¢rmaco que se administra habitualmente a los pacientes de glioblastoma para tratar de detener el crecimiento del tumor. ¡°Esta terapia ataca a las c¨¦lulas cancerosas que crecen m¨¢s deprisa, pero no a esas otras que son las responsables de reconstruir los nuevos tumores¡±.
¡°Por todo lo que sabemos¡±, prosigue Parada, ¡°esta es la primera identificaci¨®n de una c¨¦lula madre del c¨¢ncer en un tumor formado espont¨¢neamente dentro del cuerpo de un mam¨ªfero¡±. Hasta ahora, las evidencias sobre estas c¨¦lulas eran m¨¢s indirectas: las c¨¦lulas de un tumor humano se separaban, se seleccionaban las que conten¨ªan los marcadores propios de las c¨¦lulas madre neuronales y se inyectaban en ratones para ver si produc¨ªan tumores.
En los nuevos experimentos, como vimos antes, los tumores se desarrollan espont¨¢neamente, y los investigadores se limitan a marcar las c¨¦lulas madre y comprobar que el nuevo tumor deriva enteramente de ellas, explica Parada. Este y sus colegas tambi¨¦n demuestran que destruir esas c¨¦lulas madre es una t¨¦cnica eficaz para impedir el crecimiento del tumor.
Destruir las c¨¦lulas madre da?adas
podr¨ªa impedir el crecimiento del tumor
En un segundo estudio, publicado en Nature como el anterior, C¨¦dric Blanpain y su equipo de la Universidad Libre de Bruselas alcanza unas conclusiones muy similares con el c¨¢ncer de piel. De nuevo mediante el uso de ratones modificados para servir como modelo de esos tumores humanos, estos cient¨ªficos han identificado una subpoblaci¨®n persistente de c¨¦lulas cancerosas que tienen todas las propiedades de las c¨¦lulas madre.
Y en un tercer trabajo presentado en Science, un grupo encabezado por Hugo Snippert, del Centro M¨¦dico de la Universidad de Utrecht, en Holanda, hace lo propio con los c¨¢nceres intestinales. Este art¨ªculo se basa en parte en investigaciones anteriores del laboratorio de Eduard Batlle, del Institut de Recerca Biom¨¨dica (IRB) de Barcelona.
¡°Los tres trabajos¡±, dice Snippert a EL PA?S, ¡°constituyen una fuerte evidencia de que hay una jerarqu¨ªa entre las c¨¦lulas de un tumor, de forma muy similar a lo que ocurre en un tejido sano normal; y las c¨¦lulas madre del c¨¢ncer son tambi¨¦n, en cierto modo, similares a las c¨¦lulas madre del tejido normal¡±.
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