Burle usted al estafador

Fue un golpe de suerte. Francisco estaba en pleno arrebato de rabia cuando, por pura casualidad, adivin¨® la contrase?a del correo electr¨®nico del hombre que le acababa de estafar. ¡°Le ingres¨¦ 100 euros para reservar un apartamento dos semanas en la costa y en cuanto tuvo el dinero desapareci¨®. Cog¨ª tal cabreo que me dio por intentar meterme en su cuenta de Gmail. Fall¨¦ con la clave de acceso inicial, as¨ª que prob¨¦ a superar la pregunta de seguridad ¡°?qui¨¦n es tu mejor amigo de la infancia?¡±. Escrib¨ª su nombre, Daniel, y¡­ ?bingo!, acert¨¦ a la primera¡±, relata. Lo que descubri¨® al entrar en la cuenta le enardeci¨® a¨²n m¨¢s. ?l no era el ¨²nico timado. Al menos otro medio centenar de personas le hab¨ªan transferido a ese hombre entre 100 y 375 euros en concepto de ¡°reserva de apartamento¡± en Conil (C¨¢diz) o Ibiza. Inmediatamente, Francisco envi¨® un mensaje de alerta a todos los que, como ¨¦l, hab¨ªan ca¨ªdo en la trampa y se fue a poner una denuncia a la Guardia Civil.

Esto ocurri¨® en junio del a?o pasado. Pero la historia hab¨ªa empezado un mes antes, cuando Francisco vio en el portal Niumba.com un anuncio prometedor. ¡°Apartamento de dos habitaciones en Conil. 650 euros la quincena. Preguntar por Daniel Vidal¡±. Como referencia de contacto, un tel¨¦fono y un correo electr¨®nico. ¡°Me pareci¨® tan barato, que le escrib¨ª para que me confirmara el precio. Enseguida me llam¨® para decirme que se hab¨ªa equivocado, que no eran 650 sino 850, pero que me lo dejaba en 725. Me segu¨ªa pareciendo demasiado barato, pero el hombre parec¨ªa honrado y me dej¨¦ llevar. Le ped¨ª que me lo reservara para la primera quincena de agosto y acord¨¦ ingresarle 100 euros como adelanto¡±, recuerda. Error. A partir de ese d¨ªa, Daniel Vidal no volvi¨® a coger el tel¨¦fono. Se esfum¨®.

Una familia con gemelos tuvo que dormir en el coche al llegar a Ibiza

Los anuncios de alquileres de apartamentos falsos proliferan en Internet todo el a?o, pero en verano se disparan. ¡°No hay cifras concretas porque las denuncias no est¨¢n centralizadas, pero el incremento es notable en estas fechas. La demanda sube y casi nadie suele desplazarse con antelaci¨®n a su destino de vacaciones para comprobar el alojamiento¡±, explica Nieves G. S¨¢nchez, inspectora jefa de la Brigada de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica de la Polic¨ªa Nacional. El gancho, advierte, es siempre un precio por debajo del mercado. ¡°Hay que sospechar de los chollos y hacer muchas preguntas. Si se detectan incoherencias, podr¨ªa ser una estafa¡±.

Gracias al mensaje de alerta de Francisco, la mayor¨ªa de los estafados se enteraron del timo a tiempo y no llegaron a verse en la calle buscando alojamiento el primer d¨ªa de sus vacaciones. Pero otros, como relata Mar¨ªa del Carmen en un foro que abri¨® el propio Francisco, tuvieron peor suerte. Ella, su marido y sus dos gemelos de cuatro meses durmieron en el coche su primera noche en Ibiza porque no descubrieron el fraude hasta llegar a la isla.

Un a?o despu¨¦s, no hay pistas sobre Daniel Vidal. Se sabe, eso s¨ª, que ese no era su nombre y que us¨® el DNI del verdadero Daniel Vidal para abrir las cuentas bancarias que utiliz¨® para su estafa. ¡°Que no se le haya pillado a¨²n no significa que no se le vaya a pillar nunca. Hemos llegado a resolver casos despu¨¦s de tres a?os de b¨²squeda¡±, asegura la inspectora S¨¢nchez. ¡°La investigaci¨®n de estos delitos suele ser larga porque el rastreo en Internet es complejo. Adem¨¢s, la mayor¨ªa utiliza identidades falsas, lo que complica a¨²n m¨¢s las pesquisas¡±, prosigue.

La polic¨ªa recomienda utilizar webs de confianza, aunque esto tampoco es garant¨ªa absoluta. Almudena Ucha, directora general de Rentalia.com, reconoce que, pese a sus filtros internos, siempre hay timadores que consiguen camuflarse entre los miles de anuncios que alberga la p¨¢gina. ¡°Tenemos un sistema de alertas autom¨¢ticas que cuestiona cualquier inmueble que, por ejemplo, tenga un precio muy bajo o exija una fianza demasiado alta. Pero cada a?o renovamos los par¨¢metros porque los estafadores siempre est¨¢n inventando nuevos m¨¦todos¡±, afirma.

Ignacio As¨ªn, director comercial de Niumba.com, apunta que en los ¨²ltimos dos a?os han aumentado los intentos de estafa, aunque muchos menos llegan a consumarse. ¡°La crisis ha incrementado la demanda de apartamentos porque resultan m¨¢s baratos que los hoteles. Adem¨¢s, como estamos m¨¢s apretados, a veces nos cegamos con las ofertas y los timadores se aprovechan de eso. Pero tambi¨¦n es verdad que los usuarios est¨¢n cada vez m¨¢s informados y toman m¨¢s precauciones¡±, explica As¨ªn.

Pero no solo podemos encontrarnos con problemas de apartamentos inexistentes en Internet. De hecho, seg¨²n la Federaci¨®n de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI), las consultas por intentos de estafa solo representan el 2% del total que recibe esta organizaci¨®n. El resto, m¨¢s de 1.000 en lo que va de verano, son quejas por enga?os sobre las condiciones del alojamiento: pisos con menor capacidad de lo publicitado, situados a mayor distancia de la playa, falta de higiene, electrodom¨¦sticos defectuosos o cobros indebidos de agua y luz. Gustavo Samayoa, presidente de FUCI, recomienda reclamar siempre: ¡°Se puede exigir la devoluci¨®n del dinero e incluso compensaciones por da?os y perjuicios. Eso s¨ª, hay que recopilar todas las pruebas posibles, hacer fotos y guardar todos los papeles¡±.

Los filtros internos de los portales de anuncios no siempre funcionan

Cristina acaba de presentar una reclamaci¨®n en FUCI. No tanto por dinero, ¡°que tambi¨¦n¡±, sino para que el propietario del piso en ¡°segunda l¨ªnea de playa¡± que alquil¨® en Santa Pola la primera semana de julio no vuelva a arruinar las vacaciones a nadie m¨¢s. ¡°Aquello no era de segunda l¨ªnea, era por lo menos de quinta. Pero lo peor no fue eso. Lo peor es que yo, que hab¨ªa dejado a mis dos hijos con mi madre para descansar, no pude pegar ojo porque hab¨ªa un ruido infernal en la calle. Y otra pareja que ven¨ªa con nosotros tampoco pudo dormir porque su cama no era de matrimonio como pon¨ªa el anuncio, era m¨¢s peque?a y se ten¨ªan que juntar tanto que se mor¨ªan de calor¡±, recuerda. ¡°Al principio intentas tom¨¢rtelo con calma, pero a medida que pasan los d¨ªas sin dormir y ves que encima el propietario es un soberbio que te dice ¡®esto es lo que hay¡¯, te vas cabreando. ?Quiero que ese hombre sea castigado de alguna manera!¡±, exclama.

Reclamar es importante para frenar las pr¨¢cticas enga?osas, dicen las asociaciones de consumidores, pero a veces resulta imposible. Le pas¨® a Manuel ?ngel el verano pasado, despu¨¦s de verse tirado en Nueva York frente al apartamento que hab¨ªa reservado por medio de Airbnb.com y habiendo pagado por adelantado el importe total: 1.124 d¨®lares (921 euros) por una semana. ¡°Resulta que la propietaria hab¨ªa anulado la reserva dos d¨ªas antes y me hab¨ªan enviado un correo electr¨®nico para avisarme. Pero con tan poca antelaci¨®n te puede pasar que no lo leas, como me ocurri¨® a m¨ª, que hab¨ªa viajado primero a Washington y estaba desconectado¡±, resume. ¡°Y como Airbnb permite cancelaciones hasta con dos d¨ªas, no pude ni reclamar. Ni siquiera me permitieron poner un comentario en la web¡±, lamenta.

A Manuel ?ngel le devolvieron su dinero, pero nadie le reembols¨® los gastos extra. ¡°Encontrar un hotel de urgencia a buen precio en una ciudad como Nueva York es imposible. Acabamos pagando 1.800 d¨®lares (1.464 euros), mucho m¨¢s de lo que ten¨ªamos pensado¡±, explica. ¡°Ya que estas webs se lavan las manos si pasa algo, al menos deber¨ªan penalizar estas cosas. Y m¨¢s Airbnb, que se lleva un 15% de cada reserva¡±, opina.