Adi¨®s, Dependencia, adi¨®s
Espa?a no puede permitirse perder la oportunidad de invertir en uno de los poqu¨ªsimos sectores con capacidad para generar riqueza
Las medidas adoptadas por el Gobierno en materia de dependencia, en especial el ¨²ltimo hachazo por v¨ªa de Real Decreto-ley del infausto y negro viernes 13 de julio, siguen causando una mezcla de sensaciones que van desde el estupor inicial a la depresi¨®n pasando, eso s¨ª, por la ira contenida.
El discurso ministerial de pretendidas ¡°mejoras¡±, ¡°racionalizaci¨®n¡± y ¡°sostenibilidad¡± del sistema, no se compadece en la pr¨¢ctica con el tratamiento aplicado de reducci¨®n dram¨¢tica de aportes p¨²blicos por importe de m¨¢s de 818 millones de euros solo para el presente a?o. Esto, adem¨¢s de ser un insulto a la inteligencia, supone ciscarse en las personas dependientes y en sus familias.
Un recorte crudel¨ªsimo del que saldr¨¢n beneficiadas fundamentalmente las arcas del se?or Montoro (con 510 millones de ahorro en 2012), mientras que a las Comunidades Aut¨®nomas se las sigue empujando al abismo de la imposibilidad de seguir prestando servicios y pagando prestaciones.
Que a nadie le quepa la m¨¢s m¨ªnima duda. Los m¨¢rgenes econ¨®micos en los que se mover¨¢ el sistema a partir de ahora abocar¨¢n a la minoraci¨®n de las intensidades de los servicios, provocar¨¢n que haya m¨¢s personas sin atenci¨®n o con peores cuidados que los que recib¨ªan hasta ahora, obligar¨¢n a las comunidades aut¨®nomas a impagos so pena de incrementar ¡°ilegalmente¡± su d¨¦ficit y supondr¨¢n el cierre de muchas de las empresas del sector, con la consiguiente p¨¦rdida de puestos de trabajo. El efecto global sobre la econom¨ªa espa?ola ser¨¢ el acostumbrado d¨¦ficit: disminuci¨®n de la recaudaci¨®n (por los menores retornos que ofrecer¨¢ el sector de los cuidados) y mayor gasto p¨²blico por la incorporaci¨®n al desempleo de decenas de miles de personas del sector y por no frenar el incremento del gasto sanitario en pacientes cr¨®nicos.
Alguna preclara mente de la macroeconom¨ªa de las cuentas p¨²blicas argumentar¨¢, sin ambages y sin que se le caigan los palos del sombrajo, que eso de la atenci¨®n a la dependencia era un invento lujoso, imposible de pagar y que estaba por encima de nuestras posibilidades actuales.
Pero lo que realmente est¨¢ por encima de nuestras posibilidades es cerrar los ojos ante una realidad socio-demogr¨¢fica evidente y apremiante. Lo que no puede permitirse Espa?a es perder la oportunidad de invertir en uno de los poqu¨ªsimos sectores de esta castigada econom¨ªa nuestra con capacidad suficiente para generar empleo masivo, boyantes retornos fiscales y ahorro inducido en gasto sanitario y en prestaciones por desempleo. Lo que resulta una canallada es dejar en la estacada a cientos de miles de personas en situaci¨®n de dependencia y a sus familiares.
En Espa?a se ha generado una nueva categor¨ªa de derechos que, junto a los derechos civiles, democr¨¢ticos y sociales, ser¨¢ digna de estudio en el futuro: los derechos ef¨ªmeros. Adi¨®s Dependencia, adi¨®s.
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