Las inyecciones ilegales de Mabel

Con motivo de su 50? cumplea?os, Lourdes Mur se gast¨® 1.730 euros en una ¡°puesta a punto¡±, como dice ella, de p¨®mulos, patas de gallo, frente, ment¨®n, labios y cejas. Mar¨ªa Isabel Oliver lleg¨® a su casa, cubri¨® el sof¨¢ de Lourdes con una s¨¢bana, se enfund¨® unos guantes y pas¨® las siguientes cuatro horas inyect¨¢ndole sustancias en el rostro. Luego garabate¨® cuatro cifras en un papel en blanco a modo de factura y se march¨®. Horas m¨¢s tarde, Lourdes recibi¨® la visita de los Mossos d¡¯Esquadra.

¡°Les dije que s¨ª, que claro que conoc¨ªa a Mabel [como la llamaban sus clientas], que me hab¨ªa pinchado b¨®tox hac¨ªa un par de horas¡±, comenta Lourdes. Tres d¨ªas despu¨¦s, el 2 de julio, los Mossos d¡¯Esquadra detuvieron a Mabel y a su socia, M¨®nica Sogas, acusadas de delitos contra la salud p¨²blica, estafa, intrusismo profesional, lesiones y contra los derechos de los consumidores. A Lourdes no le hab¨ªa pinchado solo b¨®tox, tambi¨¦n le hab¨ªa inyectado silicona l¨ªquida, una sustancia terminantemente prohibida desde hace 40 a?os en la Uni¨®n Europea por sus efectos nocivos y cancer¨ªgenos para la salud.

Al d¨ªa siguiente de la operaci¨®n, Lourdes amaneci¨® con todo el rostro repleto de hinchazones, el p¨¢rpado del ojo izquierdo ca¨ªdo y una ¨²nica respuesta por parte de Mabel: ¡°T¨² esp¨¦rate, que tu cuerpo lo absorber¨¢¡±. Lourdes la denunci¨®. E igual que ella, otras 30 mujeres, que acud¨ªan a un lujoso centro de est¨¦tica en Barcelona, Elixir Clinic, en la calle de Muntaner, en la zona noble de la ciudad.

¡°Todo est¨¢ en regla. Solo me falta la rampa para los minusv¨¢lidos¡±, respondi¨® a los agentes cuando llegaron por la ma?ana a su local. ¡°Luego aleg¨® que estaba en tr¨¢mites para dar de alta la cl¨ªnica¡±, explica el inspector de los Mossos d¡¯Esquadra y jefe del ?rea Central de Investigaci¨®n de Personas, Jordi Dom¨¨nech. Los agentes comprobaron que no ten¨ªa licencia para el local y que no estaba cualificada para lo que hac¨ªa, y que ten¨ªa b¨®tox, silicona l¨ªquida y distintos f¨¢rmacos que requieren prescripci¨®n m¨¦dica. Todos ellos adquiridos en el mercado negro. ¡°No sabemos de d¨®nde vienen, ni los controles sanitarios, ni si realmente es b¨®tox u otra cosa¡±, advierte Dom¨¨nech. Los mossos lo est¨¢n investigando. La Generalitat cerr¨® la cl¨ªnica.

Mabel, seg¨²n la versi¨®n policial, enga?aba a buena parte de sus clientas, les dec¨ªa que les inyectaba ¨¢cido hialur¨®nico, producto legal que se suele usar para aumentar labios y p¨®mulos. La acusada, en libertad con cargos, declin¨® hablar con este diario. ¡°Ya me gustar¨ªa, hay muchas cosas, pero por recomendaci¨®n de mi abogado no puedo¡±, zanj¨®. Con ella trabajaban dos m¨¦dicos, Gerardo R. y Tai S. Y., que aseguran que solo pasaban consulta a mujeres, a las que operaban en centros habilitados. El Colegio de M¨¦dicos de Barcelona les ha abierto un expediente informativo, pero no est¨¢n imputados y siguen ejerciendo en el hospital Cl¨ªnic.

Los mossos calculan que la mujer llevaba al menos 10 a?os inyectando sustancias ilegales. Al principio, funcionaba por el boca a boca. ¡°Acud¨ªa a domicilios particulares y a peluquer¨ªas¡±, relata Dom¨¦nech. En octubre de 2010 abri¨® su propia cl¨ªnica, aunque mantuvo su cartera de clientes a domicilio. Incluso se desplazaba a Canarias o a Ibiza, seg¨²n ha comprobado la polic¨ªa, que no dispone de una cifra de v¨ªctimas potenciales, porque Mabel no ten¨ªa un listado de las personas a las que les practicaba implantes. La primera denuncia lleg¨® a trav¨¦s de una doctora que intent¨® reparar el mal que Mabel hizo a una de sus clientas hace una d¨¦cada.

¡°Los tratamientos con b¨®tox suelen mejorar a los cinco meses, pero si se ha usado silicona l¨ªquida los efectos son irreversibles porque hablamos de gotitas microsc¨®picas que se han infiltrado en el tejido muscular¡±, cuenta el doctor Daniel Mar¨ªn. ?l est¨¢ reparando la cara de cinco antiguas clientas de Mabel, entre ellas Lourdes. La silicona l¨ªquida causa par¨¢lisis facial si entra en contacto con el m¨²sculo, desfiguraci¨®n del rostro y pueden aparecer bacterias y hongos.

Pero eso no es lo peor. ¡°La silicona en estado libre migra por los canales linf¨¢ticos, se acumula en los ganglios linf¨¢ticos y ah¨ª crea tumores, los siliconomas. Por este motivo est¨¢ prohibid¨ªsima¡±, indica el presidente de la Sociedad Catalana de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparado y Est¨¦tica, el doctor Carlos Li¨¦bana. ¡°Que no piensen que porque se lo hacen en una peluquer¨ªa es una cosa sin importancia¡±, sigue, preocupado por la proliferaci¨®n de estas pr¨¢cticas.

La Sociedad Espa?ola de Medicina Est¨¦tica (SEME) critica tambi¨¦n el elevado intrusismo. SEME se ha personado en la causa contra la esteticista. ¡°Lo que ha pasado con Mabel est¨¢ ocurriendo en bastantes sitios en toda Espa?a¡±, asegura su presidente, el doctor Alberto Morano, que se queja de los excesivos controles sanitarios que est¨¢n obligados a superar los centros de medicina est¨¦tica ¡ªque cuentan con m¨¦dicos titulados¡ª en comparaci¨®n con los centros de belleza. SEME alerta de que muchos de estos centros, adem¨¢s de ofrecer tratamientos ¡°por debajo del precio de coste¡±, realizan practicas irregulares como eliminar manchas en la piel con aparatos de fotodepilaci¨®n l¨¢ser.

Precisamente esos precios por debajo de mercado llevaron a Charo D¨ªez a inyectarse silicona en los p¨®mulos a manos de Mabel. ¡°Estaba montada por todo lo alto y Mabel me dec¨ªa siempre que todo era legal¡±. Esta vecina de Badalona de 56 a?os lleva gastados 10.000 euros en el arreglo de lo que hace 10 a?os le cost¨® 1.000. ¡°Ya me he hecho cinco operaciones y todav¨ªa me quedan otras tres¡±.

Marta S. se salv¨® por los pelos. En su peluquer¨ªa le recomendaron a Mabel. Esta doctora, de 40 a?os, al final se anim¨® y fue a la cl¨ªnica. El mismo d¨ªa le ofrecieron ¡°hacerle algo¡±, pero finalmente la citaron el 2 de julio, cuando irrumpieron los mossos. Hoy respira: ¡°Desde el principio hab¨ªa algo que no me cuadraba. Le pregunt¨¦ si era enfermera, y me contest¨® que no me preocupase, que llevaba 25 a?os haciendo lo mismo¡±.