Empresa busca guapo
Las personas m¨¢s atractivas logran mejores empleos y salarios, seg¨²n varias investigaciones Probar la discriminaci¨®n es casi imposible
Era un ni?o tan feo, tan feo, que cuando fue a comprar una m¨¢scara para el Carnaval, solo le dieron la goma. Era una chica tan fea que, cuando naci¨®, no llor¨® ella, lloraron sus padres. Era tan bajito que bajaba de la acera en paraca¨ªdas. Era tan obeso que... Era obeso y la empresa para la que trabajaba lo despidi¨® porque dej¨® de considerarle ¡°apto¡± para el puesto, as¨ª que llev¨® el caso ante juez y este sentenci¨® que se hab¨ªa producido un caso de ¡°discriminaci¨®n¡± y ¡°vulneraci¨®n¡± del principio de igualdad. Declar¨® nulo el despido y oblig¨® a la readmisi¨®n del empleado. J. S. trabajaba en el servicio de tierra del aeropuerto alicantino de L¡¯Altet como fijo discontinuo por 670 euros mensuales (prorrateo de pagas extras incluidas) y un a?o le comunicaron que ya no contaban con ¨¦l porque el resultado del informe m¨¦dico le hac¨ªa no apto. Pero el magistrado del Juzgado de lo Social n¨²mero 2 de Elche record¨® en su sentencia del pasado diciembre que todas las pruebas m¨¦dicas realizadas al trabajador ¡°fueron de absoluta normalidad¡± y que solo hab¨ªa una menci¨®n a sus antecedentes personales de ¡°obesidad¡±, as¨ª que tumb¨® la decisi¨®n de la empresa, Flightcare, de no seguir empleando a J. S. con su sobrepeso como motivo, ya que, se?ala el fallo del juez, esta situaci¨®n de sobrepeso no le hab¨ªa supuesto impedimento para desarrollar sus funciones anteriormente.
Un juez oblig¨® a una firma a readmitir a un trabajador despedido por obeso
El caso de J. S., que el sindicato CC OO hizo p¨²blico en enero y present¨® como ¡°sentencia pionera en la lucha contra la discriminaci¨®n por motivos personales¡±, tiene poco de chistoso. En Estados Unidos proliferan los estudios que muestran c¨®mo las personas con mayor atractivo f¨ªsico suelen ¡ªsiempre bas¨¢ndose en medias y estad¨ªsticas¡ª tener mejores empleos y sueldos que los menos agraciados. Visto desde el polo inverso, significa que un mal f¨ªsico penaliza a las personas en el mercado laboral, es un elemento de discriminaci¨®n, otra patada a la meritocracia. Pero si es dif¨ªcil de demostrar o cuantificar la discriminaci¨®n por raza o sexo, m¨¢s escurridiza resulta con relaci¨®n al aspecto. El f¨ªsico preocupa. La Sociedad Catalana de Cirug¨ªa Pl¨¢stica se sorprendi¨® hace poco de que el 30% de 500 pacientes consultados consideraban que la intervenci¨®n sobre todo les beneficiar¨ªa en el ¨¢mbito laboral. Y la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n que Espa?a aprob¨® en 2010 recog¨ªa la prohibici¨®n expresa de discriminaci¨®n por obesidad. La relaci¨®n entre belleza, fealdad, progreso y riqueza tiene poco ¡ªmuy poco¡ª de gracioso.
El 30% de pacientes de cirug¨ªa est¨¦tica en Catalu?a esperaban beneficios laborales
El economista Daniel Hamermesh, de la Universidad de Tejas, lleva desde los a?os noventa realizando estudios sobre el impacto econ¨®mico de la belleza, si a los guapos les va mejor en el trabajo, se emparejan con personas m¨¢s pudientes o, por ejemplo, tienen m¨¢s facilidades para obtener cr¨¦ditos. Son varios los investigadores estadounidenses que han prestado atenci¨®n a este asunto. ¡°No definimos la belleza en estos estudios, sino que la gente expresa su opini¨®n sobre la belleza de otros y lo crucial aqu¨ª es que el consenso es muy amplio: la belleza es subjetiva, pero la gente tiene visiones muy similares sobre qui¨¦n es atractivo y qui¨¦n no¡±, responde el profesor desde Estados Unidos. En su obra Beauty pays: why attractive people are more succesful (La belleza paga: por qu¨¦ la gente atractiva tiene m¨¢s ¨¦xito) calcula que un trabajador guapo en Estados Unidos ganar¨¢ a lo largo de su carrera alrededor de 186.000 euros m¨¢s que otro con las mismas caracter¨ªsticas, pero un aspecto m¨¢s ins¨ªpido.
En otro de sus trabajos que analiza la relaci¨®n entre belleza y mercado de trabajo, toma las encuestas laborales y de calidad de vida estadounidenses de los a?os setenta, que establec¨ªan que el 9% de los hombres considerados por debajo de la media en atractivo ganaban por hora, como promedio, entre un 7% y un 9% menos que el resto, mientras que el 33% considerados m¨¢s atractivos ten¨ªa un plus del 5%. Es decir, que la mala apariencia penaliza m¨¢s de lo que gratifica el buen f¨ªsico.
¡°La belleza es subjetiva, pero suele haber consenso¡±, dice un economista
El matrimonio tambi¨¦n puede analizarse como una suerte de mercado, seg¨²n Hamermesh, aunque nadie compre ni venda maridos y mujeres en los pa¨ªses desarrollados, porque los atributos que uno aporta a esa uni¨®n afectan a los beneficios que puede obtener, entre estos, una pareja con mejores ingresos. El profesor tambi¨¦n apunta a una encuesta estadounidense en la que hab¨ªa m¨¢s gente que declaraba haberse sentido discriminada alguna vez por su aspecto que por motivos raciales o ¨¦tnicos.
LA DISCRIMINACI?N Y LA LEY
- La Constituci¨®n espa?ola recoge la lucha contra la discriminaci¨®n en el art¨ªculo 14: "Los espa?oles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminaci¨®n alguna por raz¨®n de nacimiento, raza, sexo, religi¨®n, opini¨®n o cualquier otra condici¨®n o circunstancia personal o social".
- El art¨ªculo 4 del Estatuto de los Trabajadores en Espa?a ampl¨ªa los supuestos de discriminaci¨®n: "Los trabajadores tienen derecho a no ser discriminados para el empleo o, una vez empleados, por razones de sexo, estado civil, por la edad dentro de los l¨ªmites marcados por esta Ley, raza, condici¨®n social, ideas religiosas o pol¨ªticas, afiliaci¨®n o no a un sindicato, as¨ª como por raz¨®n de lengua, dentro del Estado Espa?ol. Tampoco podr¨¢n ser discriminados por raz¨®n de disminuciones f¨ªsicas, ps¨ªquicas y sensoriales, siempre que se hallasen en condiciones de aptitud para desempe?ar el trabajo o empleo de que se trate".
- El art¨ªculo 21 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE ampl¨ªa la prohibici¨®n de discriminaci¨®n a las "caracter¨ªsticas gen¨¦ticas": "1. Se proh¨ªbe toda discriminaci¨®n, y en particular la ejercida por raz¨®n de sexo, raza, color, or¨ªgenes ¨¦tnicos o sociales, caracter¨ªsticas gen¨¦ticas, lengua, religi¨®n o convicciones, opiniones pol¨ªticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minor¨ªa nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientaci¨®n sexual. 2. Se proh¨ªbe toda discriminaci¨®n por raz¨®n de nacionalidad en el ¨¢mbito de aplicaci¨®n del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y del Tratado de la Uni¨®n Europea y sin perjuicio de las disposiciones particulares de dichos Tratados".
¡°Imprescindible buena presencia¡±. Es uno de esos requisitos que no sorprende encontrar en una oferta de trabajo en Espa?a, como quien reclama experiencia laboral o un t¨ªtulo acad¨¦mico, y que es muy diversamente interpretable: se puede deducir que la compa?¨ªa reclama unas condiciones de higiene y correcci¨®n en el vestir, algo que tambi¨¦n se podr¨ªa dar por hecho, o se puede inferir algo distinto, que se prefiere a personas con una bonita imagen.
¡°La expresi¨®n buena presencia no es discriminatoria, porque no busca unas medidas 90-60-90, sino unos requisitos de higiene indispensables, o de correcci¨®n a la hora de vestir: no es lo mismo optar a un puesto de abogado en un bufete que de t¨¦cnico inform¨¢tico. El aspecto es fundamental y cuando se especifica no es discriminatorio, sino que no hay que dar nada por entendido¡±, arguye Bel¨¦n D¨¢vila, responsable regional de Recursos Humanos en Randstat.
Pero hay tambi¨¦n argumentos a favor de premiar la belleza, vincul¨¢ndolo con la productividad. Si se toma como ejemplo un deportista de ¨¦lite, que tiene peores resultados que otro pero resulta mucho m¨¢s medi¨¢tico y permite a su club vender muchas m¨¢s camisetas y entradas para los partidos, ?no tiene sentido que le paguen m¨¢s aunque juegue peor porque genera m¨¢s beneficios a su empresa? De la misma forma, si un comercial es m¨¢s atractivo y logra seducir a m¨¢s clientes, ?no ser¨¢ m¨¢s productivo para su compa?¨ªa que otro m¨¢s feo? ?Ayuda a llenar un bar un plantel de camareros y camareras de belleza criminal? ?Es esto discriminaci¨®n?
Tiene muy clara la respuesta Deborah Rhode, profesora de Derecho y ?tica de la Universidad de Stanford: ¡°Argumentos similares se utilizaron tambi¨¦n en EE UU sobre por qu¨¦ los empleadores no tendr¨ªan que contratar a personas de minor¨ªas raciales o ¨¦tnicas; los clientes prefer¨ªan ser servidos por gente de su misma raza. Los tribunales sostuvieron que esto no era una defensa v¨¢lida contra las quejas por discriminaci¨®n, sino que esto perpetuar¨ªa los sesgos que la ley antidiscriminaci¨®n trataba de contrarrestar. Esto mismo deber¨ªa valer para la discriminaci¨®n basada en el aspecto f¨ªsico, excepto cuando es esencial para el puesto de trabajo (actores o modelos)¡±, contesta por escrito la autora de The beauty bias: the injustice of appearance in life and law (que en espa?ol se traducir¨ªa por El sesgo de la belleza: la injusticia de la apariencia en la vida y la ley).
Hamermesh admite que esta ¡°es una cuesti¨®n muy dif¨ªcil¡±. ¡°En un sentido ning¨²n empresario est¨¢ discriminando porque todo lo que busca es contratar a personas que le ayudar¨¢n a aumentar sus beneficios, pero en otro sentido m¨¢s amplio este mismo empresario se est¨¢ lucrando de las actitudes discriminatorias de sus clientes y de la sociedad ¡ªsu preferencia de tratar con personas m¨¢s guapas¡ª, as¨ª que s¨ª ser¨ªa discriminaci¨®n¡±.
La mala apariencia penaliza m¨¢s de lo que beneficia un buen f¨ªsico
?Importa el f¨ªsico del personal que se ficha en ciertos establecimientos como las tiendas de ropa juvenil o los bares? ?Hay discriminaci¨®n por el aspecto en los procesos de selecci¨®n de personal? Esta es una de esas cuestiones gaseosas, imposibles de mostrar o demostrar, que se mueven en el ¨¢mbito de las sensaciones. Aunque hubo un caso sonado, en 2002, cuando se hallaron en un contenedor de basura notas vejatorias y xen¨®fobas sobre unas 250 solicitudes de empleo a la cadena de supermercados S¨¢nchez Romero. ¡°No, por gitana o fea¡±; ¡°No, macarra, chupa de cuero¡± o ¡°Extranjero, gordo, morenete, parece Pancho Villa¡± eran algunas de las anotaciones sobre los curr¨ªculos de los candidatos, que la empresa atribuy¨® exclusivamente a un exempleado y que rechazaron. ¡°S¨¢nchez Romero no incurre en ninguna pr¨¢ctica discriminatoria en su pol¨ªtica de personal, teniendo empleadas personas de diferentes nacionalidades, condici¨®n social, econ¨®mica, etnia y caracter¨ªsticas f¨ªsicas¡±, asegura la empresa.
?La tiran¨ªa de la est¨¦tica es peor para los hombres o para las mujeres? Rhode cree que ellas salen peor paradas. ¡°Los est¨¢ndares de apariencia son m¨¢s exigentes y las penalidades por no alcanzarlos son mayores. En algunas medidas, como el gasto en productos cosm¨¦ticos o des¨®rdenes alimenticios, la situaci¨®n ha empeorado por la persistencia de im¨¢genes en los medios de atractivas mujeres, retocadas y de bajo peso que crean est¨¢ndares de belleza poco realistas y poco saludables¡±, argumenta. Sin embargo, Hamermesh sostiene que, aunque ¡°la gente parece ser m¨¢s consciente de esto entre las mujeres que entre los hombres¡±, el hecho es que ¡°las investigaciones muestran que los efectos de la buena apariencia ¡ªo la mala¡ª es al menos tan grande para hombres como para mujeres¡±.
EE UU neg¨® la productividad como causa para no contratar a minor¨ªas
El doctor Carlos Li¨¦bana, presidente de la Sociedad Catalana de Cirug¨ªa Pl¨¢stica y Reparadora (SCCPRE), explica que la mayor¨ªa de los pacientes que acuden a la consulta destacando el ¨¢mbito laboral como un motivo importante eran mujeres de entre 40 y 55 a?os y que ha cambiado el perfil profesional de estas personas: ¡°Antes eran pacientes de puestos muy altos y vinculados con lo p¨²blico, como los artistas, pero ahora hay m¨¢s directivos y cargos medios conscientes de que el aspecto es una variable a tener en cuenta¡±. ¡°Muchos de ellos¡±, contin¨²a Li¨¦bana, ¡°se sienten en plenitud f¨ªsica y quieren que la imagen exterior les acompa?e, porque buscan un nuevo empleo o porque creen que esto les va a beneficiar dentro de su empresa¡±.
No es solo una cuesti¨®n sobre los ca?ones de la oficina. El f¨ªsico influye tambi¨¦n en pol¨ªtica y en los candidatos electorales. Hamermesh tambi¨¦n estudi¨® las elecciones a la American Economic Association entre 1966 y 2004, en las que unos 4.000 economistas escogen a cuatro miembros cada dos a?os, y concluy¨® que la mitad m¨¢s agraciada de los 312 candidatos presentados ten¨ªa un mayor margen de ¨¦xito que la otra mitad, 0,548 frente a 0,452 (con un margen de error de 0,040).
Los expertos discuten si los efectos de la imagen son iguales para hombres y mujeres
El proyecto socialista de Ley de Igualdad de Trato que no se lleg¨® a aprobar en la pasada legislatura en las Cortes preve¨ªa reforzar la protecci¨®n ante la discriminaci¨®n por raza o edad y, ante los indicios al respecto, el empleador deb¨ªa demostrar la inocencia, es decir, mostrar que hab¨ªa actuado correctamente. La Fundaci¨®n Ideas, vinculada al PSOE, defiende que el aspecto f¨ªsico se incluya entre esas variables susceptibles de discriminaci¨®n. David Gim¨¦nez Gl¨¹ck, autor del informe Por la diversidad, contra la discriminaci¨®n, se?ala: ¡°La carga de la prueba, es decir, demostrar que hay casos de discriminaci¨®n, es muy complicada en el caso de los rasgos de apariencia f¨ªsica, pero si se incluyera en la lista de elementos sospechosos ¡ªcomo el g¨¦nero, la raza, la religi¨®n, la opini¨®n o el nacimiento¡ª las personas quedar¨ªan m¨¢s protegidas¡±. El nivel de exigencia para demostrar que la diferenciaci¨®n no es discriminatoria ser¨ªa m¨¢s alto, a su juicio, aunque esta diferenciaci¨®n no siempre es negativa: ¡°Si una compa?¨ªa de teatro busca a un hombre para interpretar a Julio C¨¦sar, nadie puede considerar que hay discriminaci¨®n contra las mujeres¡±, pone como ejemplo. El problema es que no todos los ejemplos son tan cristalinos.
Deborah Rhode no tiene dudas de los problemas por la apariencia f¨ªsica. En su libro sobre el sesgo de la belleza es rotunda: ¡°El estigma es particularmente grave para las personas con sobrepeso, cuya condici¨®n se atribuye a menudo a la pereza o la autoindulgencia. En m¨²ltiples sondeos, casi el 90% de los obesos aseguran haber recibido comentarios humillantes de familia, amigos o compa?eros de trabajo. Y casi la misma proporci¨®n de antiguos obesos prefieren perder la visi¨®n a volver a engordar¡±.
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