El calor refuta a los ¡®climaesc¨¦pticos¡¯

Los peces no han podido soportar la ola de calor y la peor sequ¨ªa de los ¨²ltimos 50 a?os en Estados Unidos. Miles de bagres, carpas y esturiones han aparecido muertos en las aguas de sus r¨ªos y lagos. Las altas temperaturas amenazan con secar las cosechas y poner en riesgo el abastecimiento de alimentos. El verano en Espa?a tambi¨¦n es especialmente caluroso. En lo que va de estaci¨®n, la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa ha lanzado varias alertas por las altas temperaturas. La ¨²ltima, ayer mismo. Tampoco uno de los lugares m¨¢s fr¨ªos del mundo se salva. El 97% de la capa superficial de hielo de Groenlandia se derriti¨® en solo cuatro d¨ªas, seg¨²n observaron el pasado julio los cient¨ªficos de la NASA. Se mire donde se mire, el cambio clim¨¢tico est¨¢ presente. La evidencia del ascenso de los term¨®metros y sus consecuencias y las pruebas cient¨ªficas dejan a los esc¨¦pticos de este fen¨®meno sin argumentos.

Un reciente estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y dirigido por el cient¨ªfico de la NASA James E. Hansen, viene a avalar con datos lo que dice la observancia: el planeta se calienta. Las temperaturas medias de los veranos de los ¨²ltimos 30 a?os han subido medio grado cent¨ªgrado respecto a las tres d¨¦cadas anteriores (1951 y 1980). No parece un ascenso excesivo, pero los autores del texto Percepci¨®n del cambio clim¨¢tico (J. Hansen, M. Sato y R. Ruedy) alertan de los ¡°importantes efectos¡± que esto produce.

El cambio ¡°m¨¢s importante¡± que han observado los investigadores, comparadas las temperaturas de los veranos (junio, julio y agosto) entre 1951 y 1980 con los de los 30 a?os siguientes, es que el calor extremo en verano es cada vez m¨¢s frecuente y se produce en m¨¢s sitios. Mientras que en el primer periodo analizado este fen¨®meno afect¨® apenas al 1% de la superficie terrestre, en las tres d¨¦cadas sucesivas se ha extendido a un 10% de la misma. ¡°Las fluctuaciones clim¨¢ticas son normales, pero el r¨¢pido calentamiento global en los ¨²ltimos a?os no lo es¡±, anotan. ¡°Podemos decir con seguridad que las olas de calor de Mosc¨² en 2010 o Tejas en 2011 son consecuencia del cambio clim¨¢tico¡±, a?aden.

Carlos Duarte, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), cree que el informe no es ninguna ¡°sorpresa¡±. ¡°Esto es algo que se ven¨ªa observando¡±, dice. Pero llega en un momento ¡°oportuno¡± en el que la ola de calor que azota EE UU ha hecho cambiar la opini¨®n p¨²blica, hasta ahora reticente a creer que el aumento de la temperatura fuera cosa de los seres humanos. Uno de los esc¨¦pticos m¨¢s ilustres del cambio clim¨¢tico era el cient¨ªfico Richard Muller. El pasado 28 de julio escribi¨® una columna en el diario The New York Times en la que reconoc¨ªa su equ¨ªvoco. ¡°Pueden llamarme un esc¨¦ptico converso¡±, arrancaba el texto el profesor de la Universidad de California en Berkeley. ¡°Los seres humanos son, pr¨¢cticamente al cien por cien, la causa¡±, escrib¨ªa rotundo.

Las energ¨ªas limpias pueden ser la soluci¨®n, seg¨²n el estudio

El informe sobre el aumento de los fen¨®menos extremos es ¡°bienvenido, aunque casi obvio¡±, apunta Domingo Jim¨¦nez Beltr¨¢n, exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente, informa Emilio de Benito. ¡°No necesitamos m¨¢s argumentos; estamos cargados de raz¨®n¡±, dice en referencia a quienes afirman que el calentamiento es una realidad incontestable.

Jim¨¦nez Beltr¨¢n saca tres conclusiones del trabajo: ¡°La primera, que el cambio clim¨¢tico existe; la segunda, que para evitar sus efectos tenemos que cambiar los modelos energ¨¦ticos, productivos y de consumo; la tercera, que hasta ahora siempre hemos llegado tarde para frenar las amenazas. Nos pas¨® con el ozono, los insecticidas, y nos puede pasar ahora¡±. ¡°El estudio abunda en lo que es irreversible, y lo importante es cu¨¢ndo vamos a actuar¡±, remata.

El exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente afirma que ¡°ha llegado el momento de actuar¡±. Lo prioritario, dice, es ¡°cambiar el modelo de generaci¨®n energ¨¦tica¡±. En esta misma l¨ªnea, el estudio dirigido por Hansen, apunta que es posible frenar el calentamiento global, pero ser¨ªa necesario ¡°subir los precios a las emisiones de carbono lo suficiente como para estimular la transici¨®n a energ¨ªas limpias que no requieran quemar combustibles f¨®siles¡±.

El ¨²nico compromiso adoptado en este sentido est¨¢, pese a las alarmas, en riesgo. Washington se ha desmarcado recientemente del pacto acordado en la cumbre de Copenhague en 2009, en el que las 200 naciones firmantes fijaron que el planeta no se pod¨ªa calentar m¨¢s de dos grados respecto a la ¨¦poca preindustrial. La Comisi¨®n Europea no ha tardado en responder y ha urgido al mundo a cumplir el objetivo. ¡°La ciencia nos recuerda las consecuencias nefastas de ir m¨¢s all¨¢ de un aumento de la temperatura¡±, afirm¨® ayer el representante europeo, Isaac Valero-Ladr¨®n.