Vida tras la infertilidad
La fecundaci¨®n in vitro se consolida m¨¢s all¨¢ de la lucha por ser padres Las nuevas t¨¦cnicas permiten salvar vidas y dar a luz a mujeres con c¨¢ncer
Todo arranc¨® con el nacimiento de Louise Joy Brown el 25 de julio de 1978, en Gran Breta?a. La ciencia cruz¨® ese d¨ªa una frontera: nunca una mujer se hab¨ªa quedado embarazada de un embri¨®n concebido fuera del cuerpo. El bi¨®logo Robert Edwards y el ginec¨®logo Patrick Steptoe demostraron que era posible fecundar un ¨®vulo humano con un espermatozoide en el laboratorio ¡ªen una placa Petri, la primera ni?a probeta no fue concebida en una probeta¡ª y transferir el embri¨®n al ¨²tero para que naciera un beb¨¦ sano. No hab¨ªa por qu¨¦ resignarse a la infertilidad (o al menos, a algunas de sus causas).
Desde entonces han pasado 34 a?os y en todo el mundo han nacido unos cinco millones de ni?os gracias a la fecundaci¨®n in vitro; 350.000 lo hacen cada a?o. La Sociedad Europea de Reproducci¨®n Humana y Embriolog¨ªa (ESHRE por sus siglas en ingl¨¦s) anunci¨® recientemente estos datos y los present¨® como una prueba de la solidez de la t¨¦cnica. ¡°Cinco millones de beb¨¦s son una demostraci¨®n de que es una metodolog¨ªa totalmente consolidada y estandarizada para ayudar a parejas con problemas de fertilidad¡±, explica a este diario la bi¨®loga Anna Veiga, presidenta de la ESHRE y madre de la primera beb¨¦ probeta espa?ola.
En el caso de Lesley, la madre de Louise, el objetivo era salvar una obstrucci¨®n en las trompas de falopio. Hoy en d¨ªa, la fecundaci¨®n in vitro se ha convertido en mucho m¨¢s que un tratamiento para combatir la infertilidad. Desde luego que lo es. Nuevas t¨¦cnicas de congelaci¨®n y descongelaci¨®n de ovocitos ¡ªla vitrificaci¨®n¡ª permiten a las mujeres preservar la fertilidad y postergar la maternidad hasta que consideren que ha llegado el momento. O ser madres a pesar de que un tratamiento contra el c¨¢ncer les haya lesionado la funci¨®n de sus ¨®rganos reproductivos.
Pero, adem¨¢s de servir para dar vida, la fecundaci¨®n in vitro tambi¨¦n salva vidas. La t¨¦cnica se ha convertido en el punto de partida de tratamientos que permiten cortar la transmisi¨®n de padres a hijos de enfermedades gen¨¦ticas incurables.
El llamado diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional (DGP) permite, tras la fecundaci¨®n in vitro, descartar en el laboratorio embriones enfermos e implantar en el ¨²tero solo los sanos para romper de esta forma el eslab¨®n de la cadena de transmisi¨®n de la enfermedad.
El DGP, junto al proceso in vitro y a otras t¨¦cnicas (selecci¨®n en funci¨®n de factores de compatibilidad), tambi¨¦n ha logrado que se puedan concebir ni?os que sirvan de donantes de hermanos enfermos para curarlos mediante un trasplante de m¨¦dula.
¡°La medicina de la reproducci¨®n ha tenido un desarrollo extraordinario en los ¨²ltimos a?os¡±, destaca Antonio Requena, director m¨¦dico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Pero a¨²n existe margen de mejora. Uno consiste en incrementar las tasas de embarazo, que rondan el 50% por intento seg¨²n Requena ¡ªen 1978 eran del 20%¡ª. A¨²n se dan muchos embarazos m¨²ltiples, por encima del 20% de los casos en Espa?a, ¡°demasiados¡±, para Veiga. Y queda mucho por avanzar respecto a los problemas relacionados con la implantaci¨®n en el ¨²tero del embri¨®n, cuyos problemas representan el 30% de las causas de esterilidad.
Pese a ello, o ¡°efectos colaterales¡± de la t¨¦cnica, como alude Requena a la acumulaci¨®n de embriones congelados, el estado de desarrollo de la t¨¦cnica y el incremento de las tasas de ¨¦xito que plantea la ESHRE parecen estar fuera de toda duda.
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