La gen¨¦tica llega a la cl¨ªnica de est¨¦tica
Algunas empresas ofrecen test para detectar propensi¨®n a la obesidad Los cient¨ªficos ven con recelo que se hagan pruebas a petici¨®n del consumidor
Los genes dicen muchas cosas de las personas. No s¨®lo determinan el color de los ojos; tambi¨¦n revelan qu¨¦ enfermedades es probable que padezca en el futuro y qu¨¦ alimentaci¨®n le conviene a su organismo. Mediante un test gen¨¦tico se puede saber la predisposici¨®n de una persona a sufrir problemas cardiovasculares, c¨¢ncer u obesidad. Y a¨²n m¨¢s: permite conocer tambi¨¦n qu¨¦ f¨¢rmacos ser¨ªan m¨¢s efectivos. Toda esta informaci¨®n est¨¢ ah¨ª, pero todav¨ªa no somos capaces de manejarla. La comunidad cient¨ªfica dice que estos avances ser¨¢n el futuro. Pero algunos han corrido mucho para ofrecerlo como algo presente.
Si se combina esta t¨¦cnica prometedora con un problema de salud p¨²blica (y de est¨¦tica, que de todo hay), el resultado puede ser explosivo. A esta ola se han subido algunas cl¨ªnicas, que ofrecen en sus cat¨¢logos de servicios hacer test gen¨¦ticos para detectar si existe propensi¨®n a la obesidad y, de paso, recomendar un r¨¦gimen. En Internet abundan p¨¢ginas que ofertan pruebas a domicilio y directas al usuario (sin que lo prescriba un m¨¦dico) que manda una muestra de saliva o sangre desde casa. El problema es que la relaci¨®n entre genes y obesidad no es un¨ªvoca. No hay, como en la enfermedad de Crohn, un ¨²nico gen relacionado. La b¨²squeda es muy dif¨ªcil. El ser humano tiene alrededor de 25.000 genes, y de ellos el Centro de Control de Enfermedades de EE UU destaca 10 como posiblemente relacionados con este trastorno, aunque en la literatura cient¨ªfica la cifra llega a 40 o 60, seg¨²n los autores. Todo es, por tanto, demasiado impreciso como para poder vender un diagn¨®stico certero.
Sin embargo, siempre que las pruebas las hagan genetistas, las cl¨ªnicas que las ofrecen no violan la ley. As¨ª lo confirman desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Gen¨¦tica Humana (AEGH). La comunidad cient¨ªfica, sin embargo, ve con recelo este tipo de pruebas a domicilio a petici¨®n del consumidor. ¡°Es como si alguien pidiera que le hagan una radiograf¨ªa sin que lo prescriba un m¨¦dico¡±, argumenta el especialista Juan Cruz Cigudosa, jefe del Laboratorio de Citogen¨¦tica Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). Feliciano Ramos, presidente de la AEGH no es tan cr¨ªtico. ¡°Unos se har¨¢n bien y otros mal, como en todo¡±, dice. Pero alerta de la vaguedad de los resultados que aportan a quienes se lo hacen.
Algunos centros realizan la prueba sin elaborar un historial cl¨ªnico
Tomemos un ejemplo que ha comprobado este peri¨®dico: una posible cliente llama a L¨ªder Doctor, una de las empresas online que ofrece test gen¨¦ticos para detectar propensi¨®n a la obesidad por 199 euros. Dicen que analizan seis genes. No saben el peso, edad o historial m¨¦dico de la persona al otro lado del tel¨¦fono. Ni se pregunta. Informan de que el an¨¢lisis permite ver los motivos que producen sobrepeso. Mandan el contrato de los servicios y el kit ¡ªpara extraer la muestra de sangre¡ª a casa. Una vez enviados al laboratorio, en dos semanas aproximadamente estar¨¢n los resultados acompa?ados de una dieta en funci¨®n de los mismos.
Al ser contactada por este peri¨®dico, la empresa defiende sus procedimientos y expone que quienes realizan las pruebas son genetistas, el personal est¨¢ cualificado y las pruebas se hacen en su propio laboratorio. ¡°Con el test se detectan los alimentos que perjudican para bajar de peso y se manda una dieta en la que se eliminan o reducen sus consumos¡±, explican.
IB Biotech, laboratorio valenciano, hace test para hospitales y m¨¦dicos, pero tambi¨¦n lo ofrecen a particulares sin la prescripci¨®n previa de un profesional. Bel¨¦n Lled¨®, su directora cient¨ªfica, enfatiza que sus estudios de siete genes que predisponen a la obesidad ¡ª¡°los que intervienen en el apetito, el consumo de l¨ªpidos, el metabolismo¡¡±¡ª y la interpretaci¨®n de los resultados los hacen genetistas; los ¡°consejos terap¨¦uticos¡±, nutricionistas y endocrinos. El coste es de 500 euros.
La relaci¨®n entre algunas mutaciones, la alimentaci¨®n y la obesidad tiene, independientemente del uso que se haga, una base cient¨ªfica. Jos¨¦ Mar¨ªa Ordov¨¢s, catedr¨¢tico de Nutrici¨®n y Gen¨¦tica de la Universidad de Tufts (Boston, EE UU), ha comprobado que los genes tienen sus preferencias respecto a la dieta. Algunos alimentos les sientan bien y otros mal. Y esto es distinto en cada persona. ¡°Un ejemplo ser¨ªa el caf¨¦¡±, dice. ¡°Hay gente que puede tomarlo a cualquier hora y otra que no. Que el caf¨¦ te desvele es una cuesti¨®n gen¨¦tica¡±. El estudio de esta relaci¨®n entre mutaciones y alimentos es la nutrigen¨®mica, que podr¨ªa permitir dise?ar dietas espec¨ªficas para diferentes ¡°tribus gen¨¦ticas¡±, dice Ordov¨¢s, de forma que una sola propuesta de alimentaci¨®n beneficiar¨ªa a un gran grupo de personas que compartan parecidos riesgos de enfermedad. El objetivo es retrasar la aparici¨®n de ciertas dolencias. Por eso no le convencen los usos comerciales con fines de est¨¦tica que ya se hacen de la gen¨¦tica. ¡°En algunos casos resultar¨¢ beneficiosa porque suene la flauta o por el efecto placebo¡±, opina. ¡°En la obesidad influyen decenas de genes y todav¨ªa estamos escribiendo los c¨®digos, es decir, uniendo la informaci¨®n de las mutaciones con lo que significan en relaci¨®n a los alimentos¡±, explica el cient¨ªfico, que ha puesto en com¨²n con otros investigadores espa?oles los avances en la materia en los cursos de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo.
Hay m¨¢s de 40 genes relacionados con el sobrepeso y ninguno es exclusivo
En Estados Unidos la proliferaci¨®n de esta clase de empresas de test directos al usuario hizo saltar las alarmas hace un lustro. La Goverment Accountability Office (Oficina de Responsabilidad del Gobierno) realiz¨® una investigaci¨®n en 2006 que pon¨ªa en duda la fiabilidad de estos an¨¢lisis. Las muestras de cinco voluntarios, que mandaron a cuatro empresas, dieron resultados imprecisos, en algunos casos contradictorios, y acompa?ados de la recomendaci¨®n de comprar a las empresas productos ¡ªcomo vitaminas¡ª muy caros, y que en el mercado costaban cinco veces menos.
Una de las cuestiones que impide un mayor control de los laboratorios que realizan test gen¨¦ticos en Espa?a es que no hay un registro de profesionales. ¡°No est¨¢ reconocido ni como especialidad m¨¦dica¡±, subraya Feliciano Ramos, ¡°aunque est¨¢ en proceso¡±. Aun en el caso de que las pruebas sin prescripci¨®n las hagan genetistas, es una utilizaci¨®n que no gusta a algunos investigadores. ¡°Las empresas que hacen nutrigen¨®mica directamente con el usuario no son a las que acudir¨ªa un m¨¦dico¡±, insiste Ordov¨¢s.
Todav¨ªa falta tiempo, seg¨²n el cient¨ªfico, para que los test gen¨¦ticos orientados a la prevenci¨®n se generalicen. ¡°Cuando baje el precio y sea rentable¡±, se?ala. A finales de a?o un an¨¢lisis completo podr¨ªa costar unos mil d¨®lares (800 euros). En NIM Genetics, laboratorio que dirige Cigudosa, un test cuesta entre 600 y 1.000 euros. Pero ¡°nunca¡±, dice el cient¨ªfico, lo hacen a petici¨®n de un particular. ¡°Espero que no se generalice hacer test sin indicaci¨®n m¨¦dica¡±.
Pese a las reticencias de los cient¨ªficos, en Internet abundan las p¨¢ginas y los foros sobre cuestiones est¨¦ticas en los que se habla de los test gen¨¦ticos como una soluci¨®n a la obesidad. ¡°Siempre hay gente dispuesta a pagar estas cosas¡±, dice el presidente de la AEGH. Los comentarios son dispares. Hay quienes cuentan las proezas de esta prueba como m¨¦todo adelgazante, aunque son m¨¢s numerosos los esc¨¦pticos. ¡°Me hice un an¨¢lisis gen¨¦tico y aun me estoy arrepintiendo... despu¨¦s fui a un endocrino para ponerme a dieta y me dijo que esto solo sirve para sacar dinero¡±, lamenta Betty (alias) en un foro. ¡°Antes de hac¨¦rmelo le preguntar¨ªa a mi m¨¦dico de cabecera o a alg¨²n profesional de confianza¡±, comenta otra voz en relaci¨®n al tema.
M¨¢s favorables son las experiencias que cuentan quienes se han hecho un test gen¨¦tico para detectar la posibilidad de padecer una enfermedad oncol¨®gica o cardiovascular. Agradecen, sobre todo, las posibilidades de prevenci¨®n. Pero conocer una predisposici¨®n podr¨ªa ser un inconveniente en algunos casos. ?Puede influir un test gen¨¦tico positivo para una dolencia en que se niegue un seguro m¨¦dico? No. ¡°La ley proh¨ªbe cualquier tipo de discriminaci¨®n¡±, asegura tajante el doctor I?aki Ferrando, director de comunicaci¨®n m¨¦dica de Sanitas.
¡°Cuando un cliente solicita un seguro no se puede tener en cuenta un test gen¨¦tico. Adem¨¢s de existir legislaci¨®n y directivas europeas contrarias y que impiden este uso por parte de las aseguradoras, tener una predisposici¨®n gen¨¦tica familiar no significa que se vaya a desarrollar la enfermedad, ya que tambi¨¦n influyen factores ambientales, h¨¢bitos (saludables o no) de la vida cotidiana y finalmente, la suerte¡±, explica Jaime Espa?ol, directivo de SegurCaixa Adeslas.
Los test gen¨¦ticos se hacen, en algunos casos, una vez la persona ya est¨¢ asegurada. Normalmente para validar la eficacia de un medicamento para un paciente concreto. ¡°No se realizan pruebas para mirar si una persona es propensa a ser obesa o desarrollar un c¨¢ncer¡±, asevera Espa?ol. ¡°La medicina personalizada ser¨¢ el futuro. Pero ahora est¨¢ en mantillas¡±, previene Ferrando.
Para luchar contra la obesidad, m¨¦dicos y cient¨ªficos coinciden: una dieta sana y equilibrada, ejercicio f¨ªsico y sentido com¨²n.
Los l¨ªmites (actuales) de la t¨¦cnica
Todo est¨¢ en los genes. Pero la mayor¨ªa de las veces, no en uno solo. Adem¨¢s, muchos de los que se conocen (hay ya decenas asociados al p¨¢rkinson, al autismo o al alzh¨¦imer y cada c¨¢ncer tiene al menos uno) solo indican predisposici¨®n, no determinan el resultado. Pero la idea es tentadora: saber qu¨¦ va a pasar en el organismo a lo largo de una vida.
Los tumores son de las enfermedades gen¨¦ticamente mejor estudiadas. Esa es la base de los tratamientos personalizados, en los que el estudio del ADN permite predecir qu¨¦ f¨¢rmacos van a funcionar. Cristina Atienza, conquense de 24 a?os, sabe desde hace unos meses que es muy posible que sufra c¨¢ncer de colon en la edad adulta. El test gen¨¦tico al que sometieron el tumor que acab¨® con la vida de su padre (cuando ella ten¨ªa 9 a?os) revel¨® su dolencia: la joven tiene s¨ªndrome de Lynch, un mal hereditario. Casi sinti¨® alivio cuando se lo dijeron. Ahora tiene que hacerse pruebas cada tres a?os con la esperanza de que cuando el tumor aparezca (si lo hace) lo pillen pronto.
¡°Surge un problema ¨¦tico, ?d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite de la prevenci¨®n?¡±, se pregunta Juan Cruz Cigudosa, jefe del Laboratorio de Citogen¨¦tica Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). ¡°?Debe una mujer hacerse una mastectom¨ªa si le dicen que tiene entre un 40% y un 80% de probabilidad de tener un c¨¢ncer de mama?¡±, plantea.
A ese dilema se enfrent¨® Carolina Piris, santanderina de 70 a?os. Le hicieron un test gen¨¦tico para saber si sus hijas, casi en la cincuentena, ten¨ªan predisposici¨®n a desarrollar un c¨¢ncer de mama. Piris, sus tres hermanas, su madre y sus t¨ªas lo han padecido. La historia familiar alertaba de que el mal podr¨ªa ser hereditario y los m¨¦dicos prescribieron la prueba. Dio negativo. Si no, tendr¨ªan que estar en continua revisi¨®n.
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