Los tigres de la India, amenazados por la prohibici¨®n del turismo en sus h¨¢bitats
El Tribunal Supremo indio condena a un "desastre total" al felino y a quienes viven del turismo
Es f¨¢cil adivinar por qu¨¦ animal apuesta la ciudad de Sawai Madhopur. ?Te apetece una copa? Puedes tomarla en la barra del tigre del Hotel Taj. ?Echar una cabezada? Puedes hacerlo en el Resort ¡®Tiger Moon¡¯, (¡®luna del tigre¡¯, en castellano). ?Ir de compras? Pijamas de tigre, delantales, manteles, colchas¡ Pocas cosas en este pueblo de Rajasthan no han sucumbido a la man¨ªa por el felino.
Yadvendra Singh entrega su tarjeta de visita coloreada con rayas naranjas y negras, por supuesto, sentado con las piernas cruzadas junto a la carretera principal. Desde 1992, trabaja en Tiger Eye Adventure Tours, llevando a turistas de todo el mundo de safari por el cercano Parque Nacional de Ranthambore.
Pero en las ¨²ltimas semanas, Singh no ha podido entrar en el parque para ver a los 27 tigres adultos y 25 cachorros. Nadie puede hacerlo despu¨¦s de que la Corte Suprema de la India emitiese una orden por la que prohib¨ªa realizar turismo en los h¨¢bitats comunes del tigre.
El decreto es temporal hasta el 22 de agosto, cuando el tribunal vuelva a reunirse para analizar si los tigres y los turistas pueden coexistir en la India. La decisi¨®n no solo tendr¨¢ consecuencias para unos 1.700 tigres que viven en la India, tambi¨¦n para las decenas o cientos de miles de ind¨ªgenas cuya subsistencia depende de los grandes felinos.
¡°No pod¨ªa creerlo¡±, dijo Singh. ¡°He estado haciendo esto durante 20 a?os. Y, de repente, se supone que debo encontrar un trabajo nuevo¡±. Porque el gu¨ªa y muchos ecologistas insisten en que los verdaderos perdedores ser¨¢n los animales que han ayudado a pagar sus cuentas durante dos d¨¦cadas. ¡°Si la prohibici¨®n de hacer turismo contin¨²a, ser¨¢ el fin del tigre en la India¡±, dice. ¡°Nosotros somos los que ponemos la energ¨ªa en el seguimiento de ellos. Nosotros disuadimos a los cazadores furtivos. Los turistas solo pueden visitar el parque durante seis horas cada d¨ªa, pero los gu¨ªas hacemos turnos y patrullamos el parque desde el amanecer hasta la puesta de sol voluntariamente¡±.
Belinda Wright, directora ejecutiva de la Sociedad de Protecci¨®n de Vida Silvestre de la India, con sede en Nueva Delhi, dice que la prohibici¨®n de turismo ser¨ªa un "desastre total". ¡°No hay forma de que el departamento forestal pueda proteger a los tigres de los cazadores furtivos y prevenir la invasi¨®n de la tierra¡±, explica, recordando que ella es defensora del tigre, no del turismo.
La Fundaci¨®n Corbett, otra protectora de la fauna en la India, est¨¢ de acuerdo. ¡°Todos estamos de acuerdo en que el turismo en la vida silvestre en la India tiene que ser controlado y regulado estrictamente, pero colocando una prohibici¨®n total sobre todo tipo de actividades tur¨ªsticas en las ¨¢reas centrales no van a ayudar a las reservas de tigres", anunci¨® en una comunicado.
Desde la sentencia de la Corte del 24 de julio, Singh no ha ganado un centavo. Junto con decenas de gu¨ªas y conductores que viven del turismo del tigre, ha estado protestando en una carretera recordando a las autoridades lo integrados que est¨¢n los tigres en una ciudad de un mill¨®n de personas.
No hay cifras fiables para afirmar cu¨¢ntos turistas visitan Sawai Madhopur cada a?o, en en 2011 se vendieron 288.000 entradas. La demanda es mucho mayor, pero los tickets est¨¢n restringidos para un m¨¢ximo de 40 veh¨ªculos que pueden transportar como m¨¢ximo a 520 turistas al parque.
La sentencia, aunque provisional, ha golpeado con fuerza, dice Goverdhan Singht Rathore, m¨¦dico que dirige un hospital que funciona con los beneficios derivados de su casa de hu¨¦spedes, Villas Kehm. ¡°Ya se han cancelado un 10% de las reservas para la pr¨®xima temporada¡±, dice sentado en el patio de su casa, que est¨¢ decorado con azulejos con rayas naranjas y negras. ¡°El cuarenta por ciento d elos clientes nos han pedido hacerles saber lo que ocurre el 22 de agosto. Si la prohibici¨®n se ampl¨ªa, la pr¨®xima temporada habr¨¢ terminado¡±. Agrega que tendr¨ªa que cerrar el hotel y el hospital, que trat¨® a 90.000 pacientes el a?o pasado.
?Ajay Dubey, un activista que present¨® la petici¨®n a la Corte Suprema, afirma que lo ¨²nico que hace es cumplir la Ley para la protecci¨®n de la Vida Silvestre de 1972. Afirma que la Ley proh¨ªbe el turismo en las zonas de cr¨ªa de tigres de la India. "Gracias a Dios, solo quiero respeto del Estado de Derecho. Nada m¨¢s", dijo en un correo electr¨®nico.
Nadie ha cumplido la ley, agreg¨® Dubey, y con resultados tr¨¢gicos. Se?ala al Estado central de Madhya Pradesh, que cuenta con seis reservas de tigres: "Hab¨ªa 700 tigres en el a?o 2000, y ahora el n¨²mero ha bajado a 257". "Se habla mucho", dice. Y agrega: "La conservaci¨®n del tigre se ve afectada por el turismo sin sentido, y la gran cantidad de veh¨ªculos cargados de personas son traum¨¢ticos para las especies en peligro de extinci¨®n¡±.
Pero Wright responde que Dubey usa cifras poco fiables. "Hasta el censo 2008, la poblaci¨®n de tigres se calcul¨® utilizando un m¨¦todo sin credibilidad cient¨ªfica que permiti¨® a los estados a sobrestimar dram¨¢ticamente", dice por tel¨¦fono desde Delhi.
La ley dice que las reservas de tigres deben tener un ¨¢rea central al que s¨®lo los funcionarios forestales pueden entrar, pero los veh¨ªculos de tur¨ªsticos pueden acceder a los alrededores. En abril, el tribunal orden¨® a 13 estados donde viven tigres a presentar sus planes para demarcar estas zonas. S¨®lo tres los presentaron, debido a que tuvieron muchas dificultades para hacer informes sobre la adquisici¨®n de tierras, la compensaci¨®n para los pobladores reubicados y las pol¨ªticas locales.
El Tribunal Supremo, enfadado por la pobre respuesta de los estados, el 24 de julio dict¨® una orden provisional prohibiendo todo el turismo del tigre hasta que los estados cumplan con sus obligaciones. Disponen hasta el 22 de agosto para presentar pruebas argumentando por qu¨¦ creen que se debe permitir a los turistas en las zonas centrales.
Esto significa, en el caso de Ranthambore, que no solo no podr¨¢n entrar en los 393 kil¨®metros cuadrados del parque nacional, sino que tampoco podr¨¢n hacerlo en los 900 kil¨®metros cuadrados colindantes. El funcionario forestar divisional en Rathambore, Y.K. Sahu, cree firmemente que la presencia de turistas protege m¨¢s a los tigres que la prohibici¨®n de acceder al parque. "Solo entre un 6% y un 10% del parque, es visitado por los turistas, y sin embargo, es en esas zonas donde los tigres crecen." Los turistas, adem¨¢s, informan de la tala ilegal de madera y ayudan a disuadir a los cazadores furtivos, explica. "Si el Taj Mahal no hubiese sido un lugar tur¨ªstico, ?estar¨ªa tan bien conservado?", se pregunta. "Todo el m¨¢rmol habr¨ªa sido robado a esta altura", sentencia.
Rathore, cuyo padre fund¨® la ONG Tiger Watch y que fue uno de los expertos en tigres m¨¢s reconocidos de la India, afirma que "no hay una pizca de evidencia" para demostrar a los turistas pueden acabar con los tigres, directa o indirectamente , ni que impidan su reproducci¨®n con su presencia. Y asegura que "la relaci¨®n entre la presencia de turistas y el n¨²mero de tigres no es inversamente proporcional, sino directamente proporcional". En 2005, el parque contaba con 26 tigres. Desde entonces, el turismo ha aumentado, y los tigres tambi¨¦n. Ahora son 53.
"La gente cree por su cuenta que el turismo es malo para los tigres sin estar informados. Ven una foto de una cola de jeeps repletos de turistas con c¨¢maras r¨¦flex apuntando a un ejemplar y dicen: ¡®pobre tigre¡¯. Pero, ?c¨®mo saben ellos que el animal es infeliz? Tal vez est¨¢ disfrutando. La ecolog¨ªa dice que, cuando una criatura se siente mal, deja de cr¨ªa. Sin embargo, la poblaci¨®n de tigres de Ranthambore se ha incrementado con el turismo".
El Tribunal Supremo pretende que los estados restrinjan las zonas del turismo de tigres. Pero antes de que el turismo del tigre llegase a la zona, las comunidades se ganaban la vida talando ¨¢rboles en la actual reserva y, en algunos casos, mediante la caza furtiva tigres para el lucrativo negocio de la medicina china.
En el parque nacional de Kanha, una reserva de tigres en Madhya Pradesh, los pueblos tribales realizaron una protesta contra la prohibici¨®n del turismo. "Uno hace lo que puede para ganarse la vida, ya sea mediante la tala de ¨¢rboles ... e incluso tigres de caza", dec¨ªa uno de los asistentes.
De vuelta en Ranthambore, agosto siempre es un mal mes porque la mayor¨ªa de los d¨ªas, el parque se cierra por el monz¨®n. Pero algunos turistas suelen venir a visitar las tres zonas que normalmente permanecen abiertas, y los temores sobre el efecto de una prohibici¨®n permanente est¨¢ muy extendido en la comunidad. "No son s¨®lo las gu¨ªas que se ver¨¢n afectados", dice Singh. "Tambi¨¦n los servicios mec¨¢nicos de los jeeps, los vendedores ambulantes que venden camisetas, los hoteleros, las mujeres que hacen la artesan¨ªa", asegura.
"Si los turistas no est¨¢n permitidos en la zona donde hay tigres, nuestra econom¨ªa se derrumbar¨¢", dijo Satish Jain, gu¨ªa del parque desde 1997. "Nuestra econom¨ªa est¨¢ basada en el turismo. Mucha gente estaba empleada en una f¨¢brica de cemento, pero hab¨ªa cerrado por el parque nacional. Hubo una planta embotelladora de gas, que tambi¨¦n se cerr¨®. ?C¨®mo esperan que nos ganemos la vida? ", se queja.
India es el hogar de la mitad poblaci¨®n de tigres en el mundo. Seg¨²n el ¨²ltimo censo publicado en marzo de 2011 por la Autoridad Nacional de Conservaci¨®n del Tigre, la poblaci¨®n actual se estima en 1706, frente a 1.411 en 2008, pero muy lejos de los 45.000 ejemplares que vagaban por el pa¨ªs hace un siglo.
En la India, el tigre se encuentra en 18 estados, desde el Himalaya en el norte, en Tamil Nadu en el sur, y en el noreste en Birmania. Ocupan una gran variedad de h¨¢bitats, incluyendo bosques tropicales de hoja perenne, bosques caducifolios, manglares, bosques espinosos y selvas hierba. Entre 1994 y 2010, fueron abatidos 923 tigres por cazadores furtivos, de acuerdo con la Sociedad Protectora de Vida Silvestre de la India (WPSI). Una investigaci¨®n de la Agencia de Investigaci¨®n Ambiental (EIA) de aquel pa¨ªs revel¨® en 2005 que el comercio de partes del cuerpo de tigres y leopardos segu¨ªa creciendo en China.
? Guardian News & Media 2012
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