Mazaltov Behar Mordoh, superviviente de la medicina nazi
Fue sometida a experimentos sobre fertilidad en Auschwitz-Birkenau
Mazaltov Behar Mordoh, Fof¨® para su familia y amigos, resid¨ªa en una comunidad de 52.200 jud¨ªos en su ciudad natal, Sal¨®nica (Grecia), cuyo origen se remonta a la expulsi¨®n de Espa?a ordenada por los Reyes Cat¨®licos en 1492. Deportada al campo de concentraci¨®n de Auschwitz-Birkenau, sobrevivi¨® a los experimentos m¨¦dicos de los nazis. El pasado 16 de agosto fallec¨ªa en Lloret de Mar (Girona) a los 87 a?os.
Durante la II Guerra Mundial, Grecia es ocupada por el Ej¨¦rcito alem¨¢n en abril de 1941, lo que provoc¨® la progresiva implantaci¨®n de medidas antisemitas. Sin embargo, no ser¨¢ hasta marzo de 1943 cuando se produzca la deportaci¨®n de 48.533 jud¨ªos de Sal¨®nica, en 19 transportes, con destino a Auschwitz-Birkenau. La mayor¨ªa fueron asesinados en las c¨¢maras de gas tras su llegada. ?nicamente 11.200 personas fueron consideradas lo suficientemente sanas y fuertes para realizar trabajos forzados. De ellas, 4.200 eran mujeres, entre las que se encontraba Fof¨®. Le tatuaron un n¨²mero en el antebrazo: el 41.577.
Las atrocidades realizadas en Auschwitz son tristemente conocidas. No solo fue un campo de exterminio, sino tambi¨¦n un lugar de experimentaci¨®n para las teor¨ªas de los m¨¦dicos nazis. Mengele es el m¨¢s famoso, pero otros como Schuman y Clauberg probaron diferentes m¨¦todos de esterilizaci¨®n con las mujeres recluidas en el campo. Su objetivo era utilizar estos conocimientos para evitar la reproducci¨®n de aquellos grupos humanos que pudieran contaminar la raza aria.
Fof¨® ten¨ªa 17 a?os cuando fue elegida por el doctor Schuman junto con otras 17 muchachas, ¡°las m¨¢s altas y m¨¢s guapas¡±, para ser sometidas a esos experimentos. As¨ª se expresaba ella el 2 de septiembre de 2010 cuando tuvimos el honor de escuchar su testimonio en el curso de verano Ense?anzas del Holocausto para la Medicina Actual, organizado por la Universidad Aut¨®noma de Madrid y el Centro Sefarad-Israel.
En el anfiteatro del Colegio de M¨¦dicos de Madrid, frente a un auditorio de m¨¦dicos y estudiantes de Medicina, nos contaba c¨®mo fue sometida a radiaciones por orden del doctor Schuman. Sin embargo, era Samuel, un anciano m¨¦dico jud¨ªo tambi¨¦n prisionero en Auschwitz, el encargado de ejecutar sus ¨®rdenes. Fof¨® suplic¨® llorando al doctor Samuel y a la enfermera Fela, tambi¨¦n jud¨ªa, que siempre la hab¨ªa protegido, que le permitieran conservar un ovario, porque alg¨²n d¨ªa quer¨ªa tener un hijo. El doctor Samuel le dijo: ¡°Fof¨®, no llores. Si alg¨²n d¨ªa tienes un hijo, acu¨¦rdate de m¨ª, no te puedo decir nada m¨¢s¡±. El m¨¦dico jud¨ªo consigui¨® enga?ar al doctor Schuman y lo pag¨® con su vida.
Samuel, m¨¦dico amigo
Fof¨® consigui¨® sobrevivir, pero tras la liberaci¨®n de Auschwitz en enero de 1945, tuvo que ser tratada de tuberculosis en un hospital italiano. Posteriormente volvi¨® a Grecia, donde conoci¨® a su marido. Tuvo un hijo al que puso por nombre Samuel, en recuerdo de aquel m¨¦dico.
Tras concluir su relato, el anfiteatro entero puesto en pie tribut¨® a Fof¨® una ovaci¨®n que dur¨® varios minutos. Fue toda una lecci¨®n de vida y de Historia, con may¨²sculas. Nos queda su recuerdo y sus frases de ¨¢nimo: ¡°Creo que resist¨ª porque tuve una infancia feliz¡±, nos dec¨ªa. Cuando nos despedimos nos miramos de forma emocionada y dijo: ¡°Gracias. Creo que todav¨ªa en el mundo hay gente buena¡±.
Cada d¨ªa quedan menos testigos vivos de una parte terrible de nuestra historia. Los que hemos tenido el honor de compartir unas horas con ellos y enriquecernos con el relato de sus vivencias nos comprometimos a transmitir su testimonio.
Ahora nosotros somos los testigos de los testigos. Los alumnos y profesores del curso aprendimos con Mazaltov Behar Mordoh una lecci¨®n que ning¨²n libro pod¨ªa ense?arnos.
Esteban Gonz¨¢lez L¨®pez es m¨¦dico de familia y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, y Rosa R¨ªos Cort¨¦s es profesora de Historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.