¡°Quiero fotos que expliquen por qu¨¦ miente un Gobierno¡±
Simon Norfolk ha ganado tres veces el World Press Photo
Simon Norfolk tiene cuerpo de ciclista (pedalea 300 kil¨®metros a la semana en verano) y costumbres de asceta: no fuma, no bebe, es vegetariano. ¡°Si pides carne, como carne; no soy un radical. Hice un reportaje en Inglaterra sobre productos c¨¢rnicos que me dej¨® impactado¡±, asegura delante de un plato de arroz con pollo campero.
Tiene 49 a?os, se apresura a corregir a su interlocutor que le adjudica 50. Norfolk es un fot¨®grafo brit¨¢nico de prestigio. Ha ganado dos veces el World Press Photo. Este verano ha expuesto en el Museo de Arte Contempor¨¢neo Gas Natural Fenosa, en C¨®rdoba.
¡°Cuando viajo a un pa¨ªs como Afganist¨¢n quiero fotos que expliquen lo que est¨¢ pasando y por qu¨¦ est¨¢ pasando, que reflejen mis ideas sobre el conflicto, que expliquen por qu¨¦ miente un Gobierno. (...) La mayor¨ªa de la prensa brit¨¢nica publica las fotograf¨ªas gratuitas que les proporciona el Ministerio de Defensa. Eso es propaganda. A los Gobiernos les encanta que la gente no hable de los problemas reales; prefieren que se limiten a pagar la cuenta¡±.
Norfolk est¨¢ preocupado por el futuro del periodismo, aunque no se considera fotoperiodista. ¡°Mi trabajo es m¨¢s parecido al de poeta; busco la esencia, y para encontrarla necesito tiempo y paciencia. Antes, las revistas compet¨ªan con los peri¨®dicos y enviaban fot¨®grafos a los conflictos. Ahora, con Internet, esto no tiene sentido. Ni para las revistas ni para los peri¨®dicos. Tienes todo al instante. Lo que no tienes es una mirada cr¨ªtica, reflexiva, profunda. Todo el mundo hace las mismas fotos, se crea una memoria colectiva estereotipada que no es real¡±.
¡°Tienes todo al instante, pero no una mirada cr¨ªtica¡±, afirma el fot¨®grafo
Norfolk pide de postre un brazo gitano. Le llama la atenci¨®n el nombre, bromea con sus posibilidades. Cuando llega el plato lo investiga, lo prueba y devora en silencio, con una sonrisa.
¡°Cuando estuve en la base de Kandahar [sur de Afganist¨¢n], que es como una ciudad, no quise salir de patrulla, solo quer¨ªa fotografiar la oficina de correos, la lavander¨ªa, esas cosas. Me parec¨ªa que en esa base no hab¨ªa nada de Afganist¨¢n, que all¨ª estaban las razones por las que se ha perdido otra vez la misma guerra. El empotramiento es un ¨¦xito para los ej¨¦rcitos. Sit¨²an al periodista ante la disyuntiva moral: criticar a los soldados que te protegen. Cuando les disparan a ellos, te disparan a ti tambi¨¦n. Cuando eres un joven fot¨®grafo resulta mucho m¨¢s complicado no sucumbir al chantaje¡±.
Simon Norlfolk colabora desde hace 10 a?os con la revista semanal del The New York Times. Se compr¨® una c¨¢mara digital el a?o pasado, porque su instrumento de trabajo es una c¨¢mara de caja de madera con tela para ocultar la cabeza. ¡°En diciembre de 2001 fui a Afganist¨¢n con ella. Ten¨ªa miedo de que me la robaran; ten¨ªa miedo de que no me salieran las fotos. Tom¨¦ 200. Le envi¨¦ una muestra a Kathy Ryan, directora de fotograf¨ªa de la revista. Unos d¨ªas despu¨¦s me llam¨®: dijo que estaba impactada, que a trav¨¦s de esas fotos ve¨ªa el verdadero Afganist¨¢n¡±.
El 80% de sus ingresos proceden de trabajos art¨ªsticos. Realiza series de siete fotos que se venden en las galer¨ªas. Simon da clases y hace publicidad. Pasa seis meses al a?o viajando. Vive en Brighton; su mujer, en Londres, donde trabaja como cirujana. ¡°Llevamos as¨ª cinco a?os y funciona¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.