Bruno Nicolini, una vida dedicada a los gitanos
El sacerdote italiano luch¨® durante m¨¢s de 50 a?os contra la marginaci¨®n del colectivo roman¨ª
Mientras la municipalidad romana asolaba los asentamientos en que aloj¨® a los gitanos en el 2000, porque ¡°los zingari no deben estar en la Ciudad Eterna¡±, y los alejaba en aberrante revival de diseminaci¨®n artificial, mor¨ªa a los 85 a?os monse?or Bruno Nicolini, tras m¨¢s de medio siglo redimiendo para los derechos humanos y la dignidad a los elegidos del Hijo del Hombre, los despreciados, discriminados, z¨ªngaros: gitanos y otros n¨®madas. Dedicaci¨®n cuajada en 1958, cuando siendo vicep¨¢rroco en Bolzano, cre¨® el Opus Apostotalus Nomadum, auspiciado por Juan XXIII.
Con Pablo VI, don Bruno introdujo en 1964 la pastoral gitana en el Concilio Vaticano II. El 26 de septiembre de 1965 organizaba en Pomezia el primer encuentro europeo de los Rom¨¢ con un Papa que les dec¨ªa: ¡°La conciencia europea no puede olvidar tanto dolor; ?que vuestro pueblo no sea nunca m¨¢s objeto de vejaciones!; ten¨¦is que construir con los no gitanos una sociedad convivencial¡±.
Al concluir el a?o, Nicolini fundaba el Centro de Estudios Z¨ªngaros. En 1966, dirigida por Mirella Karpati, ver¨ªa la luz la revista Lacio Drom. En su 25? aniversario, 1991, la Conferencia Internacional Oriente frente a Occidente: pol¨ªtica gitana de los poderes regionales y locales, reun¨ªa en torno a Juan Pablo II al presidente de la Uni¨®n Roman¨ª Internacional y representantes de organizaciones roman¨ªes de cuatro continentes.
En su mensaje de 26 de septiembre ¡ªnegociado por don Bruno con los l¨ªderes gitanos¡ª, el vicario de Roma asegur¨® que la Iglesia respeta y alienta la conciencia de identidad de los gitanos, su forma de vida, costumbres, valores, lengua y tradiciones, su libertad de autodeterminaci¨®n responsable y su anhelo de participar en el destino de toda la humanidad, remontando una historia de marginaci¨®n y discriminaci¨®n tantas veces letal desde la autonom¨ªa de su voluntad como comunidad transnacional dispersa por todo el mundo.
Este entendimiento de la cuesti¨®n gitana por el papa Vojtyla supuso un giro copernicano respecto a la rigidez dogm¨¢tica de una Iglesia que defin¨ªa su estatus de excluidos por peligrosos para la comunidad cristiana y una moral unitarista excluyente de los ajenos, soporte de superadas actitudes seculares de rechazo, persecuci¨®n, condena y estigmatizaci¨®n, ejercidas por el poder eclesial o aconsejadas al poder pol¨ªtico, que lastra todav¨ªa su situaci¨®n presente.
Al final de los a?os ochenta, don Bruno asumi¨® la capellan¨ªa para la pastoral gitana en Roma. Ya delicado de salud, asesor¨® la preparaci¨®n del encuentro del Papa con gitanos de toda Europa. En su alocuci¨®n del 11 de junio de 2011, Benedicto XVI les dijo: ¡°Vuestra historia es compleja y, en algunos periodos, dolorosa. Sois un pueblo que no ha vivido ideolog¨ªas nacionalistas, que no ha aspirado a poseer una tierra o a dominar a otras gentes. Permaneciendo sin patria, hab¨¦is considerado todo el continente como vuestra casa¡±.
El 16 de agosto perdi¨® su comp¨¢s gitano el coraz¨®n romano de Bruno Nicolini. Con ¨¦l aflor¨® la nueva conciencia eclesial hacia la comunidad gitana, especialmente con los rom¨¢ pentecostales, hermanos en Cristo y no una secta esot¨¦rica. En su sentir, intransigencia, imposici¨®n, amenazas y prohibicionismo hab¨ªan impedido transmitir el gozo de Jes¨²s con el mensaje evang¨¦lico a la santa apisonadora contra gentiles, que dir¨ªa Antonio Gala ¡ª¡°intr¨¦pido cantor de la dignidad humana descubierta en el rostro de los despreciados y excluidos entre nosotros¡±, como le defini¨® el pater al recoger ambos en Madrid el Premio Hidalgo 1991, que les entregaba la asociaci¨®n Presencia Gitana, en su 20? aniversario, por defender la dignidad de la causa roman¨ª.
Manuel Mart¨ªn Ram¨ªrez es presidente de la asociaci¨®n Presencia Gitana.
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