¡°Una parte del mundo lucha por comer y otra, por adelgazar¡±
El obispo de ?frica defiende el uso correcto del cond¨®n para frenar el sida
Se le ha borrado el acento. Una ¡°factura de ser universal¡±, dice este cordob¨¦s de la quinta de 1954. ¡°Pierdes eso, y muchas cosas: el gusto por el jam¨®n serrano, la paella de tu madre, la siesta, ver el telediario por las noches. Lo cambias por descubrir d¨®nde est¨¢ Ori¨®n, por hacer colecci¨®n de miradas en tus pupilas: las de los pobres, las mujeres en fase terminal de sida, las esperanzadas de los ni?os. Intentar conectar con esas miradas es un ejercicio m¨¢s interesante que ver la televisi¨®n¡±. Habla Juan Jos¨¦ Aguirre. Iba para m¨¦dico, pero es obispo. Su di¨®cesis est¨¢ en Bangassou, en la Rep¨²blica Centroafricana, ¡°el segundo pa¨ªs m¨¢s pobre del mundo¡±. Un lugar donde la vida vale poco.
A intentar que valga m¨¢s y sea mejor dedica Aguirre sus d¨ªas en Espa?a. Comparte un caf¨¦ al bajarse del tren en medio de dos trayectos y est¨¢ contento: acaba de lograr un gran cargamento de leche en polvo. Los ni?os desnutridos y los hu¨¦rfanos del sida ¡ªse ocupa de 1.100 para los que busca familias de acogida a las que apoya¡ª son parte de su parroquia. Como otros tantos enfermos ¡ªsu centro atiende en gran medida a personas con sida terminal¡ª. ¡°Muchas veces vienen en una carretilla, muri¨¦ndose. Intentamos llenarlas de positividad. Las lavamos bien, las alimentamos, las ponemos en una cama limpia¡±.
Aguirre afirma que la muerte sale demasiado barata en mucho sitios
Conseguirles un tratamiento no es f¨¢cil. ¡°A Centro¨¢frica llega muy poca ayuda internacional. Con tres millones y medio de habitantes, no es un pa¨ªs importante para justificar la log¨ªstica extraordinaria que suelen gastar¡±. Cree que muchas organizaciones optan por actuar en pa¨ªses muy poblados, ¡°para poder hacer informes muy grandes a ordenador y poder recibir m¨¢s cada vez¡±. ¡°Llega algo de Onusida, que se queda el Gobierno¡±. As¨ª que este obispo ha impulsado una fundaci¨®n propia, con el nombre de su di¨®cesis, para obtener apoyos. Pero tampoco basta: a veces ¡°alguien roba la medicaci¨®n en las aduanas, lo que supone una gran angustia para los enfermos¡±.
¡°No es cierto que la Iglesia cat¨®lica est¨¦ en contra del preservativo. Puede salvar vidas de personas muy expuestas a contagiarse de sida, pero mal utilizado es veh¨ªculo de muerte. En ?frica lo hemos visto muchas veces, porque no existe el concepto de usar y tirar. Si una persona compra uno, lo va a usar hasta que est¨¦ hecho trozos y puede contagiar creyendo que no. La Iglesia entiende que el preservativo es un arma eficaz contra el sida si est¨¢ bien utilizado¡±, sostiene el prelado mientras saborea el caf¨¦ con calma.
No es solo la salud. En Bangassou tambi¨¦n faltan escuelas. Y adem¨¢s est¨¢ la guerrilla, las partidas de Joseph Koni, el l¨ªder del Ej¨¦rcito de Resistencia del Se?or (LRA) buscado por el Tribunal Penal Internacional, que secuestran, matan, violan en la zona. ¡°Causan un sufrimiento enorme¡±. ¡°Tengo listas de 300 j¨®venes que a¨²n est¨¢n en manos de esos criminales¡±, afirma.
Al cabo de 33 a?os en la di¨®cesis, Aguirre ve que la calidad de vida ha empeorado. ¡°Hoy la muerte est¨¢ muy barata. Se muere por muy poco. Hay m¨¢s mortalidad infantil que hace 30 a?os¡±, lamenta. Cosas de un mundo en el que ¡°tres cuartas partes de la humanidad luchan por sobrevivir, por comer cada d¨ªa, mientras otra cuarta parte gasta dinero en quitarse los kilos de m¨¢s¡±.
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