El agotamiento de los servicios sociales agita la marea naranja
El recorte en las partidas sociales agrava la situaci¨®n de miles de familias que atraviesan una gran crisis
¡°Tengo dos hijos con una enfermedad degenerativa incurable. Es mortal, no se conocen casos en el mundo que pasen de los 18 a?os de edad. Mis hijos tienen 9 y 16 a?os. Los dos son grandes dependientes y a los dos les han reducido la ayuda un 15%. En mi casa no entra m¨¢s sueldo que el m¨ªo, de profesor, y recortado tambi¨¦n. Mi mujer dej¨® de trabajar hace unos a?os para cuidarlos¡±, dice Jos¨¦ Luis G¨®mez, desde Toledo. Su caso es uno entre los de miles de familias que en estos tiempos est¨¢n m¨¢s necesitados de las ayudas sociales p¨²blicas que se prestan en Espa?a y que se han visto gravemente recortadas. Jos¨¦ Luis ir¨¢ ma?ana con toda su familia, sus hijos incluidos, a protestar en la manifestaci¨®n que se celebrar¨¢ en Madrid.
Cuando un pa¨ªs cuenta casi 5,7 millones de parados, 205 familias viven amenazadas por el desahucio de sus viviendas a diario y m¨¢s de 11 millones de personas soportan unas condiciones que les acercan a los umbrales de la pobreza, los servicios sociales p¨²blicos son la red que ha de impedir la ca¨ªda al abismo de la exclusi¨®n social. Sin embargo, la marea naranja aunar¨¢ ma?ana la protesta de familias, colectivos profesionales y entidades sociales contra los recortes, tanto en derechos como en prestaciones, que ha sufrido este pilar del Estado de bienestar. ¡°Recortar en servicios sociales con la situaci¨®n de crisis prolongada que vive Espa?a es como si en una fuerte epidemia se decidiera reducir los recursos sanitarios¡±, repiten como un mantra los expertos en esta materia.
Las cifras acercan al drama que cada d¨ªa viven miles de familia, mientras los servicios sociales taponan como pueden la herida. Pero est¨¢n exhaustos. En 2009, los ¨²ltimos datos que se conocen, los servicios sociales atendieron casi a ocho millones de usuarios, un 36% m¨¢s que el a?o anterior y en los presupuestos estatales han perdido un 43% de sus recursos que eran apenas de 86 millones de euros. Desbordados, estos centros derivan muchos de sus casos a las entidades sociales, de corte caritativo y asistencial. Son la pen¨²ltima red y est¨¢ rozando una situaci¨®n cr¨ªtica: ¡°Estamos muy debilitados, algunas entidades est¨¢n cerrando, desaparecen los recursos que recib¨ªamos, por ejemplo de las cajas de ahorro. Y justo ahora, cuando miles de familias van a pasarlo muy mal¡±, dice Carlos Sus¨ªas, presidente en Espa?a de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusi¨®n Social (EAPN).
La ¨²ltima red es la familia, que en Espa?a se ha portado como una campeona. Tanto es as¨ª, que los expertos aseguran que de no ser por el apoyo de los familiares la paz social que a¨²n se vive en las calles se habr¨ªa quebrado. Pero advierten que la familia est¨¢ al borde ya de sus posibilidades. Un 40% de las personas mayores, seg¨²n una encuesta encargada por la Uni¨®n Democr¨¢tica de Pensionistas, ayudan econ¨®micamente a alg¨²n familiar o amigo, a costa de la tranquilidad en sus a?os de retiro y viendo con desaz¨®n c¨®mo han vuelto a casa derrotados los hijos (nueras, nietos) que un d¨ªa salieron con un horizonte prometedor.
Con una epidemia as¨ª, los servicios sociales deber¨ªan recibir refuerzos urgentemente. Pero en estos colectivos a¨²n resuenan con pavor las ¨²ltimas declaraciones del ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, avisando de que el dinero para pagar los servicios sociales se est¨¢ agotando. De seguir as¨ª, dijo el mi¨¦rcoles, ¡°ser¨¢ imposible¡± mantener las prestaciones.
Y, para colmo, los gastos de las familias no dejan de incrementarse, ¡°se est¨¢n acabando las ayudas a los comedores escolares, para libros, para el transporte, sube el IVA, bajan los sueldos. Este septiembre ser¨¢ duro porque se est¨¢n materializando muchas medidas anunciadas¡±, dice Sus¨ªas. ¡°Nos preocupan los comedores escolares, puede aumentar la malnutrici¨®n, para muchos ni?os era la comida m¨¢s completa que hac¨ªan¡±, lamenta. Y advierte: ¡°Estamos luchando como podemos contra los efectos de la pobreza; contra la pobreza misma es una batalla que las Administraciones han abandonado¡±.
El hachazo al sistema de la dependencia, pr¨¢cticamente paralizado, que ha perdido en prestaciones y casi 1.000 millones, sume en una gran debilidad el mayor derecho conquistado para los servicios sociales desde hace d¨¦cadas. ¡°Esto no es la crisis, es pol¨ªtica, porque este sector es pr¨¢cticamente el ¨²nico que hab¨ªa generado empleo en los ¨²ltimos a?os y ahora los est¨¢ perdiendo a chorros. Se crean 30 puestos de trabajo por cada mill¨®n de euros invertidos en servicios sociales y la inversi¨®n en este sector genera un 43% de retornos a trav¨¦s de impuestos y cotizaciones a las seguridad social¡±, asegura Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. ¡°En Espa?a se abre la brecha entre ricos y pobres, los ciudadanos cada vez pintan menos, se est¨¢ desmontando la red de servicios sociales b¨¢sicos y nos hallamos ante una derogaci¨®n encubierta de la Ley de Dependencia. No hay que olvidar que maltratar este sector tiene, adem¨¢s, unas terribles consecuencias para las mujeres que son, en su mayor¨ªa, las que trabajan en ¨¦l, y las que volver¨¢n a cuidar de los suyos si no hay derechos que los amparen¡±, a?ade Ram¨ªrez.
La mujer de Jos¨¦ Luis G¨®mez dej¨® de trabajar hace unos cuatro a?os para cuidar de dos de sus hijos con enfermedad degenerativa incurable. Viven en Toledo y est¨¢n sufriendo los recortes de las ayudas de dependencia. Jos¨¦ Luis preside la plataforma a favor de esta ley que se ha creado en Castilla-La Mancha. Viven estrechamente con un sueldo de maestro al que le han mordido 300 euros al mes en complementos retributivos. Y la paga que recib¨ªa cada hijo por su gran dependencia ha perdido un 15%, el m¨ªnimo que permite la ley. Los dos muchachos, de 16 y 9 a?os, avanzan sin pausa hacia un estado vegetativo. ¡°Tenemos muchos gastos, en pa?ales, en medicinas, en un coche amplio y adaptado que tuvimos que comprar, porque todav¨ªa los sacamos a la calle, con pena, s¨ª, pero los sacamos¡±. ¡°Nos matar¨¢n, pero no ser¨¢ dulce, alg¨²n coste tiene que tener para ellos¡±, dice en referencia a los gobernantes. ¡°Que se enteren de a qui¨¦n est¨¢n maltratando, porque un parado tiene dos brazos, y puede buscar trabajo, pero nosotros no tenemos nada, solo nos queda esperar. Y adem¨¢s, que ahorrar en esto no soluciona la crisis¡±, asegura.
Conocedor de este caso y de cientos de dramas similares, Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez zanja: ¡°Hay miles de razones y todas ellas de gravedad para que ma?ana marchemos por los servicios sociales en una marea naranja de ciudadan¨ªa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.