L¨ªneas rojas en atenci¨®n primaria
Los recortes van contra la idea de que el paciente que est¨¢ bien atendido en los ambulatorios necesita menos de otros servicios
Se cumple justo un a?o del fallecimiento de Barbara Starfield, la que fue sin duda la especialista en salud p¨²blica que m¨¢s y mejor defendi¨® los beneficios que supone una Atenci¨®n Primaria de calidad para cualquier sistema sanitario. Los trabajos de la estadounidense publicados en The New England Journal of Medicine dejaron claro que las tasas de enfermedad y muerte son siempre inversamente proporcionales al n¨²mero de m¨¦dicos de familia: a mayor n¨²mero de especialistas de Primaria, menor mortalidad. Espa?a tiene unos ¨ªndices de salud que la sit¨²an a la cabeza de Europa y ello, siguiendo el razonamiento de la profesora Starfield, se debe en buena medida a la labor que realizan los profesionales de nuestro primer nivel asistencial.
Cada d¨ªa nos desayunamos con la necesidad de un nuevo recorte si no queremos renunciar a las bondades de un sistema sanitario que no dejan de recordarnos que es insostenible. Nadie pone en duda que la deuda sanitaria requiere asumir medidas urgentes. Algunas ya se han tomado y muchas de ellas afectan directamente a la Atenci¨®n Primaria. Una vez alcanzado el ecuador del a?o desde la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) decidimos aprovechar nuestra estructura federal para saber c¨®mo est¨¢n las cosas en el primer asistencial. El resultado fue el primer Informe sobre los Recortes en los Servicios Sanitarios de las Comunidades Aut¨®nomas.
Es la foto del momento actual que atraviesa nuestra atenci¨®n primaria, de lo que est¨¢ pasando a d¨ªa de hoy en los puntos de atenci¨®n continuada, consultorios y centros de salud de cada una de las comunidades aut¨®nomas. Y como era de esperar el retrato no sale nada favorecedor: se est¨¢n cruzando algunas l¨ªneas rojas que pueden acabar teniendo consecuencias indeseables para la salud de la poblaci¨®n; predomina en casi todas las regiones la adopci¨®n de medidas de forma precipitada y sin estudiar los efectos de las mismas a largo plazo.
Nadie pone en duda que la deuda sanitaria requiere asumir medidas urgentes"
Detectamos que muchas comunidades confunden la urgencia por hacer algo con la necesidad de exhibir un resultado inmediato. Prescindir de un consultorio o cerrar en horario de tarde un centro de salud supone un ahorro indudable que el interesado puede poner al d¨ªa siguiente encima de la mesa como supuesto ejemplo de eficiencia. Pero es pan para hoy y hambre para ma?ana:?los pacientes ir¨¢n al hospital encareciendo un servicio que de otra manera ser¨ªa m¨¢s eficaz y econ¨®mico. All¨ª donde han irrumpido los cierres completos y parciales, no se han habilitado servicios de contraprestaci¨®n. Por eso corremos el riesgo de que se produzca un alejamiento del paciente cr¨®nico que acabar¨ªa recalando en el hospital, que es justo lo contrario de lo que establecen los planes de atenci¨®n al paciente cr¨®nico. En cambio, es dif¨ªcil encontrar gestiones de calado como evitar duplicidades en pruebas diagn¨®sticas, establecer una central de compras, mejorar la gesti¨®n de personal, unificar centros para la alta tecnolog¨ªa, o trasplantes, etc¨¦tera.
Se est¨¢n pasando por alto los consejos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) sobre las ventajas asociadas a una atenci¨®n primaria con verdadera capacidad resolutiva. As¨ª observamos con extraordinaria preocupaci¨®n que en la mayor¨ªa de autonom¨ªas el gran recorte sanitario se est¨¢ aplicando precisamente sobre el primer nivel asistencial, con cambios constantes y de forma un tanto ca¨®tica. Ser¨ªa rid¨ªculo negar la necesidad de ser solidarios en el esfuerzo a tenor de las graves dificultades actuales pero no apreciamos por ahora en modo alguno que los recortes est¨¦n siendo proporcionales. Las medidas de gesti¨®n podr¨ªan tener mayor impacto si se tuviera en cuenta que el gasto es mayor en el ¨¢mbito hospitalario. De hecho, el presupuesto de primaria en la pr¨¢ctica totalidad de comunidades aut¨®nomas no llega al 15%.
Resulta alarmante tambi¨¦n comprobar que en muchas comunidades da la sensaci¨®n de que la metodolog¨ªa que predomina en la aplicaci¨®n de medidas es la de ensayo-error. Hay, por ejemplo, una tendencia a descapitalizar la atenci¨®n primaria cuando no se cuenta con evidencia alguna de que las gerencias integradas redunden en una mejora del continuum asistencial y que de ese modo se favorezca la coordinaci¨®n entre los especialistas del primer nivel y los de hospital.
en muchas comunidades da la sensaci¨®n de que la metodolog¨ªa que predomina la de ensayo-error"
En mayor o menor medida la tijera ha entrado ya en estructuras (gerencias, centros de salud, material¡), personal, cartera de servicios, formaci¨®n continuada, docencia, urgencias y farmacia y prestaciones. A nivel estructural y de dotaci¨®n de material, las m¨¢s afectadas son Catalu?a, Castilla La Mancha, Madrid y Extremadura. En el polo opuesto se sit¨²an Arag¨®n, Asturias y Pa¨ªs Vasco. No obstante, el grueso de los recortes se concentra en la situaci¨®n del profesional, con menos retribuciones, disminuci¨®n de plantillas, despidos, menos tiempo de formaci¨®n, menos apoyo a la investigaci¨®n¡ Al final todo ello acabar¨¢ por impactar negativamente en la calidad asistencial, con menos tiempo de dedicaci¨®n y una cartera de servicios cada vez m¨¢s mermada y sin visos de incorporar prestaciones nuevas.
En una de sus ¨²ltimas visitas a Espa?a, Barbara Starfield dijo en una entrevista que, en beneficio del sistema y la salud de la poblaci¨®n, ¡°cuanto m¨¢s tiempo pase un paciente en atenci¨®n primaria, mejor¡±. Todo apunta a que seguir este consejo se va a poner cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil.
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