La ¨²ltima conquista polar
Exploradores brit¨¢nicos intentar¨¢n cruzar por primera vez la Ant¨¢rtida en invierno
El Libro Guinness de los R¨¦cords dice que sir Ranulph Fiennes es ¡°el m¨¢s importante explorador vivo¡±. Este brit¨¢nico de cejas pobladas, ojos azules y piel curtida no representa m¨¢s de 60 a?os. Tiene 68 y quiere ser el primer hombre que logre cruzar la Ant¨¢rtida en invierno, lo que implica completa oscuridad y temperaturas de entre 70 y 90 grados bajo cero. ¡°En esas condiciones el aliento se convierte en cristales de hielo apenas sale de la boca. Las extremidades se entumecen y se congelan f¨¢cilmente y el viento cubre de hielo las pesta?as¡±, describi¨® el lunes el m¨¦dico que monitoriza la expedici¨®n, Mike Stroud, en la presentaci¨®n en Londres de este viaje que pretende hacer historia.
En 1911, otro ingl¨¦s mucho m¨¢s joven, el capit¨¢n Robert Falcon Scott, prob¨® a adentrarse en esas tierras g¨¦lidas, y su final es conocido. Scott muri¨® en el intento con 44 a?os el 29 de marzo de 1912. En pocos meses, y 101 a?os m¨¢s tarde, Fiennes liderar¨¢ una expedici¨®n de seis nuevos valientes que durante seis meses tratar¨¢n de esquiar unos 3.200 kil¨®metros por la superficie Ant¨¢rtida. Suceder¨¢ entre el 21 de marzo y el 21 de septiembre, el tiempo que dura el invierno en el hemisferio sur.
Ellos llaman a su aventura ¡°el viaje m¨¢s fr¨ªo del mundo¡± o tambi¨¦n White Mars Project, porque ¡°es el lugar en el planeta Tierra que m¨¢s se aproxima a las condiciones de una ruta espacial debido a la falta de luz y la convivencia en extremo aislamiento. Esto supondr¨¢ un gran reto psicol¨®gico para los exploradores¡±, explica el doctor y tambi¨¦n explorador Stroud, cuya responsabilidad es asegurarse de que todos los componentes llegan a la Ant¨¢rtida en su punto ¨®ptimo de salud f¨ªsica y mental.
Cuando la expedici¨®n marche, Stroud har¨¢ un seguimiento desde Londres con los datos que le env¨ªen los exploradores para intentar averiguar cu¨¢les son los l¨ªmites de la resistencia humana en las condiciones de fr¨ªo m¨¢s extremas del planeta.
Otro grupo de cient¨ªficos noruegos complet¨® recientemente una expedici¨®n similar en el invierno del ?rtico, pero si esta ruta es la m¨¢s fr¨ªa de la tierra es porque la Ant¨¢rtida est¨¢ m¨¢s elevada sobre el nivel del mar (2.500 metros de altura media) que el ?rtico. La bandera que llevar¨¢n los exploradores es la de Commonwealth, uno de los mayores patrocinadores. Un amplio equipo de cient¨ªficos, exploradores y bi¨®logos ha preparado durante cinco a?os este viaje que, desde su salida en barco desde Londres hasta su regreso, durar¨¢ m¨¢s de un a?o.
La expedici¨®n est¨¢ liderada por un
hombre de 68 a?os
El doctor Stroud ha hecho una revisi¨®n a todos los miembros de la expedici¨®n ¡°para estar seguros de que est¨¢n en perfectas condiciones al llegar all¨ª y no surgen imprevistos cuando est¨¦n en puntos remotos del polo. Fiennes ha demostrado tener una salud y un f¨ªsico de hierro¡±. ?l ser¨¢ el l¨ªder de la expedici¨®n. El segundo ser¨¢ otro veterano, Anton Bowring, cuya labor principal ser¨¢ dirigir la investigaci¨®n a bordo del barco que les acercar¨¢ a las costas del Polo Sur. Les acompa?ar¨¢n en su aventura y har¨¢n historia con ellos estos nombres: Brian Newham, jefe de log¨ªstica; Ian Pricket, experto en meteorolog¨ªa extrema, o ¡°experto en fr¨ªo¡± como le define Fiennes, Tristam Kaye, el jefe de operaciones, y Spencer Smirl, un canadiense de 28 a?os, el miembro m¨¢s joven de la expedici¨®n.
El 6 de diciembre de 2012 estos seis exploradores partir¨¢n en el rompehielos SA Agulhas. Desde el barco obtendr¨¢n datos sobre la vida marina, oceanograf¨ªa y meteorolog¨ªa. ¡°Desde el punto de vista cient¨ªfico es una oportunidad ¨²nica para llevar a cabo tareas en un entorno polar extremo, haremos una contribuci¨®n muy significativa a la comprensi¨®n del cambio clim¨¢tico en el continente Ant¨¢rtico¡±, asegur¨® a Sir Ranulph Fiennes durante la presentaci¨®n a la prensa de su reto en la Royal Society de Londres.
Las mediciones de los exploradores sobre el terreno permitir¨¢n validar los datos recogidos por el sat¨¦lite CryoSat-2, enviado al espacio por la Agencia Europea del Espacio en 2010 y dise?ado para detectar cambios en la masa de hielo de los polos.
Entre el 21 de marzo y el 21 de septiembre llegar¨¢ el momento m¨¢s duro. En completa oscuridad se ver¨¢n obligados a ser autosuficientes y no habr¨¢ ning¨²n punto de rescate accesible. Los aviones tienen muy dif¨ªcil acceso durante el invierno debido a la oscuridad y al riesgo de que el combustible se congele.
Vivir¨¢n en completa
oscuridad cuatro de los
seis meses de su ruta
Durante meses estos hombres se han sometido a entrenamientos en Suecia, en el C¨ªrculo Polar ?rtico, el ¨²nico lugar donde encuentran condiciones similares (aunque menos extremas) que en la Ant¨¢rtida. Entre su pesado equipaje llevar¨¢n dos bulldozer que arrastrar¨¢n 70 toneladas cada uno, incluidos 100.000 litros de fuel especialmente dise?ado para evitar que se congele. Como ellos, los bulldozer dormir¨¢n bajo pesados sacos de dormir para resistir el fr¨ªo, aunque la experiencia en el ?rtico les dice que muchas ma?anas tendr¨¢n que dedicar un buen rato a calentar el combustible antes de emprender camino.
Los veh¨ªculos est¨¢n equipados con radares para identificar los peligros que constituyen las fisuras en el terreno. A menudo, encontrar¨¢n espacios de aire escondido bajo sus pies que podr¨ªan hacerles caer metros bajo la nieve. El segundo bulldozer servir¨¢ para tirar del primero en el caso de que los radares no detecten las fisuras del terreno y sus m¨¢quinas o, peor, alg¨²n miembro del equipo quede sepultados bajo la nieve.
A rastras llevan tambi¨¦n la comida, la mayor¨ªa precocinada. Fiennes y Anton Bowring, los dos l¨ªderes, tendr¨¢n que ingerir unas 6.000 calor¨ªas diarias para afrontar sus jornadas de ocho horas diarias en las que pretenden caminar 35 kil¨®metros.
Cuando se les pregunta por qu¨¦ lo hacen, Fiennes sonr¨ªe y, con un gesto un tanto ambiguo, entre t¨ªmido y c¨ªnico, contesta: ¡°Mi respuesta no tiene por qu¨¦ ser pol¨ªticamente correcta, ?no? Durante la Guerra Fr¨ªa estuve ocho a?os en la armada. Ense?aba a soldados escoceses a montar en canoa, esquiar y escalar. Entonces me pagaba el contribuyente. En 1970 me cas¨¦ con una exploradora y decidimos romper juntos algunos r¨¦cords, pero el contribuyente ya no estaba all¨ª para financiarme y tuve que buscar patrocinadores. Lo hago porque es mi modo de vida. Tras este viaje escribir¨¦ un libro que, espero, me permita vivir por un tiempo¡±.
?Es consciente de que podr¨ªa morir? ¡°Estad¨ªsticamente hay m¨¢s posibilidades de morir en las autopistas brit¨¢nicas, y la mayor¨ªa de los que se quedan all¨ª no han vivido una experiencia como esta¡±, concluye.
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