El Nobel de Medicina premia la reprogramaci¨®n de c¨¦lulas adultas
El brit¨¢nico Gurdon puso las bases en los sesenta y el japon¨¦s Yamanaka desarroll¨® el sistema en 2006
John B. Gurdon y?Shinya Yamanaka han sido galardonados con el premio Nobel de Medicina y Fisiolog¨ªa 2012. El trabajo de ambos investigadores ha revolucionado la medicina regenerativa, al establecer las bases para reprogramar c¨¦lulas adultas en c¨¦lulas pluripotentes (madre).
Se trata de uno de los premios m¨¢s cercanos a la actualidad, ya que los trabajos de Yamanaka, que estableci¨® los genes que hab¨ªa que manipular, son recientes: los public¨® en 2006.
El investigador japon¨¦s fij¨® que bastaban cuatro genes para que c¨¦lulas adultas (¨¦l lo hizo con piel) volvieran a un estado similar al de las c¨¦lulas embrionarias, con lo cual se pod¨ªan despu¨¦s diferenciar en cualquier otro tejido. Con ello consigui¨® lo que ya se conocen como iPS (c¨¦lulas pluripotenciales inducidas por sus siglas en ingl¨¦s). Este material tiene la ventaja de que es f¨¢cil de conseguir (no necesita un embri¨®n) y, en un futuro, podr¨¢n aprovecharse con facilidad ya que como tienen los mismos genes de la persona en la que se va a usar, evitar¨¢ el complicado problema de los rechazos.
Yamanaka ha dado, hasta ahora, el ¨²ltimo paso en este campo, el brit¨¢nico Gurdon ya hab¨ªa empezado el camino 40 a?os antes, cuando demostr¨® que el n¨²cleo de cada c¨¦lula manten¨ªa la informaci¨®n para diferenciarse en cualquier otro tejido, y que lo que suced¨ªa era que las instrucciones correspondientes se manten¨ªan desactivadas. Para ello, en 1962 realiz¨® la primera clonaci¨®n de un vertebrado: introdujo el n¨²cleo de una c¨¦lula intestinal de una rana en un ¨®vulo (por lo tanto ya adulta y diferenciada), y demostr¨® que el embri¨®n as¨ª creado se desarrollaba hasta la fase adulta.
Lo mismo fue lo que se realiz¨® en 1996 con Dolly. Los 34 a?os intermedios fueron la confirmaci¨®n de que el proceso as¨ª contado no es tan sencillo. El n¨²cleo de una c¨¦lula no es solo genes. Cada vez est¨¢ m¨¢s claro que lo verdaderamente importante desde un punto de vista pr¨¢ctico es lo que hace que uno de estos se exprese o no lo haga, y de eso se encarga lo que se ha denominado epigen¨¦tica, que estudia los factores de activaci¨®n o silenciamiento. Es como si se dispone en una biblioteca de toda la informaci¨®n para fabricar todos los tipos de autom¨®viles del mundo. Eso est¨¢ bien y es clave, pero para construir el Maclaren de Alonso solo sirven algunos de esos manuales (los genes), e intentar mezclarlos con otros o no usarlos todos no solo no servir¨¢ de nada, sino que puede suponer un desastre. El sistema de se?alizaci¨®n ¡ªla epigen¨¦tica¡ª es el que permite identificar qu¨¦ libros hay que usar para construir el veh¨ªculo adecuado, y disponer de un b¨®lido, un utilitario o un veh¨ªculo de carga si hace falta.
De hecho, parece que con la evoluci¨®n este sistema de c¨®digos se va complicando, y el hecho de que todav¨ªa no se haya conseguido clonar seres humanos ¡ªcuestiones ¨¦ticas aparte¡ª es lo que ha impedido que, salvo el falso anuncio del coreano Hwang, se haya utilizado la t¨¦cnica en humanos.
Precisamente son las cuestiones ¨¦ticas unas de las que m¨¢s han empujado el trabajo de Yamanaka. La idea de conseguir c¨¦lulas madre sin la necesidad de recurrir a las primeras fases del desarrollo embrionario fue muy bien recibida por algunos sectores, que interpretan que destruir el blastocisto (la pelotita de c¨¦lulas de los primeros 14 d¨ªas de gestaci¨®n) es ya una persona, y que, destruirlo es, por tanto, un aborto.
Con los trabajos de Yamanaka estos reparos se solventan, aunque no es su principal aportaci¨®n. Su relativa simplicidad puede apostar porque en un futuro cercano habr¨¢ una cantidad de c¨¦lulas madre disponibles casi sin l¨ªmite. Claro que todav¨ªa hay algunas pegas, como que la reprogramaci¨®n no es total, y las c¨¦lulas iPS mantienen algunas caracter¨ªsticas de las adultas, entre ellas, alguna propensi¨®n a ciertas enfermedades.
Gurdon y Yamanaka se convertir¨¢n, respectivamente, en los premiados con el Nobel de Medicina n¨²mero 200 y 201. El de mujeres que han recibido este reconocimiento sigue estancado en 10.
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