¡°Cocino, limpio y me doblo los calcetines¡±
Feminista, ecologista, vegetariano y de izquierdas. Con estas credenciales se presenta Mikael Gustafsson, presidente de la Comisi¨®n de Derechos de la Mujer e Igualdad de G¨¦nero del Parlamento Europeo. Este sueco de 46 a?os es el primer hombre que ostenta este cargo desde que se cre¨® en 1984. Desde que hace un a?os asumi¨® el puesto ha recibido las cr¨ªticas de quienes piensan que un var¨®n no debe ocupar su sill¨®n. Pero ¨¦l se ha propuesto romper con la creencia de que solo las mujeres pueden luchar por la igualdad.
¡°La igualdad de g¨¦nero es una cuesti¨®n de democracia, de derechos humanos. ?Claro que afecta a los hombres!¡±. Apenas ha comenzado la conversaci¨®n y se interrumpe. Suena su tel¨¦fono. ¡°Es mi hija¡±, se excusa y contesta. Gustafsson aprovecha este episodio para explicar que su familia es uno de los motivos por los que dud¨® si aceptar el puesto. ¡°Significaba estar lejos de casa. No quer¨ªa ser el t¨ªpico hombre que se marcha para trabajar mientras la esposa cuida de los hijos¡±, dice. Pero su mujer ¡ª¡°ella tambi¨¦n es feminista¡±, apunta¡ª le convenci¨®. ¡°Me pregunt¨® si yo har¨ªa lo mismo por ella y respond¨ª que s¨ª¡±, recuerda. Reconoce, sin embargo, que si sus hijos, de 16 y 18 a?os, hubieran sido m¨¢s peque?os no habr¨ªa aceptado.
Miembro del Partido de Izquierda de su pa¨ªs ¡ª¡°hist¨®ricamente feminista¡±, el t¨¦rmino salpica toda la conversaci¨®n¡ª, Gustafsson explica que asumi¨® el cargo porque cree que desde la pol¨ªtica se puede erradicar el machismo. ¡°Ser¨¦ raro, pero pienso que se puede cambiar la sociedad desde el debate¡±. No admite discusi¨®n, sin embargo, cuando se decide qui¨¦n cocina en casa. ¡°Siempre lo hago yo, mi mujer es un desastre¡±. Y a?ade: ¡°Pero me gustar¨ªa ser como ella, es mejor que yo¡±. Los fogones no son lo ¨²nico de lo que se encarga. ¡°Tenemos divididas las tareas. Limpio y me doblo los calcetines¡±, detalla.
Al pol¨ªtico le preocupa trasladar a su comportamiento lo que predica. ¡°Intento romper con los estereotipos en los que he sido educado¡±. Pero sabe que por mucho que empatice con el sexo femenino ¡°nunca, nunca, nunca¡± sabr¨¢ c¨®mo es ser una mujer. ¡°No puedo experimentar la violencia de g¨¦nero o la discriminaci¨®n como ellas. Soy un hombre¡±. Por eso el parlamentario dice que es muy importante ¡°escuchar¡±. Su esposa y su hija son sus consejeras, pero tambi¨¦n aprende de las f¨¦minas de su equipo. ¡°Les pido que me hablen claro y a veces son muy duras y me dicen: ¡®?Lo est¨¢s haciendo mal!¡±.
Una de las prioridades de Gustafsson es luchar contra la violencia machista. ¡°Es un reflejo de la sociedad¡±, explica. ¡°No todos lo hacen, por supuesto, pero si un hombre se toma la libertad de pegar a su pareja es porque cree que tiene permiso¡±. Pero lo que es ¡°extremadamente importante¡± para alcanzar la igualdad es, seg¨²n el pol¨ªtico, un Estado de bienestar fuerte. ¡°Los Gobiernos est¨¢n aprovechando la crisis para desmantelarlo. ?Adivina qui¨¦n cuidar¨¢ de los necesitados si no lo hay? No ser¨¢ un hombre¡±, responde ir¨®nico. Por eso le preocupan los recortes en servicios sociales que se est¨¢n aplicando en muchos pa¨ªses europeos, entre ellos, Espa?a. ¡°?C¨®mo est¨¢n all¨ª las cosas para las mujeres? Deber¨ªa ir para ver cu¨¢l es la situaci¨®n¡±, comienza otra entrevista.
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