?Tengo derecho al tratamiento de fertilidad?
La mayor¨ªa de las autonom¨ªas no asumen la terapia para solteras o parejas homoparentales La revisi¨®n de la cartera de servicios amenaza con eliminar esta posibilidad donde a¨²n se permite
En el Pa¨ªs Vasco, Andaluc¨ªa o Baleares, una lesbiana o una mujer soltera puede acudir a un centro de reproducci¨®n asistida de la red sanitaria p¨²blica y someterse a un tratamiento para ser madre. En Madrid, Catalu?a, Murcia o Castilla-La Mancha, no. En estas comunidades aut¨®nomas la mujer no tendr¨¢ m¨¢s remedio que pagar a un centro privado para quedarse embarazada.
La ley es igual para todas las administraciones sanitarias. Lo que marca la diferencia es la interpretaci¨®n que se hace en cada una de ellas. En especial del requisito que alude a la necesidad de que exista ¡°un diagn¨®stico de esterilidad o una indicaci¨®n cl¨ªnica¡±. M¨¢s a¨²n, depende de lo que los departamentos de salud entienden por esterilidad. Si es una cuesti¨®n estrictamente fisiol¨®gica o si va m¨¢s all¨¢, en cuyo caso, se considera que no solo se trata de resolver problemas puntuales de trastornos de la capacidad reproductiva, sino hacer accesible la maternidad a los distintos modelos de familia. De ah¨ª las acusaciones de que los posicionamientos m¨¢s restrictivos est¨¢n alimentados por argumentos ideol¨®gicos que limitan el concepto de familia a la uni¨®n formada por un hombre y una mujer.
Cobertura por comunidades
Existen diferencias asistenciales entre regiones, como refleja la informaci¨®n facilitada a este diario por diversos sistemas de salud auton¨®micos.
- Andaluc¨ªa: En la gran mayor¨ªa de los hospitales se atiende a solteras o lesbianas, salvo alg¨²n ginec¨®logo que se acoge a la literalidad de la norma que exige un diagn¨®stico cl¨ªnico de esterilidad para negarse.
- Baleares: Tambi¨¦n se atiende, los requisitos son ser mayor de 40 a?os, no tener un hijo sano de la misma pareja o ser VIH negativo.
- Pa¨ªs Vasco: Las mujeres sin pareja masculina pueden acceder siempre que sean menores de 40 a?os. Se permiten hasta tres ciclos de fecundaci¨®n in vitro y entre cuatro y seis de inseminaci¨®n artificial.
- Madrid: Solo pueden acceder mujeres con diagn¨®stico de esterilidad. Tampoco se permite a personas con vasectom¨ªa o ligadura de trompas.
- Catalu?a: Limitado a parejas heterosexuales con diagn¨®stico cl¨ªnico de esterilidad. Esta misma condici¨®n se aplica en otras autonom¨ªas como es el caso de Asturias, la Comunidad Valenciana, Murcia o Castilla-La Mancha.
La ley de Reproducci¨®n Asistida de 2006 deja bien claro que las usuarias de estas t¨¦cnicas son las mujeres mayores de 18 a?os ¡°con independencia de su estado civil y orientaci¨®n sexual¡±. Ello, expl¨ªcitamente, incluye a las solteras y a las lesbianas. Adem¨¢s, la medicina reproductiva actual no se limita a combatir los problemas de esterilidad de las parejas que no pueden tener hijos (normalmente, se entiende que hay un trastorno cuando transcurrido un a?o de relaciones sexuales no hay embarazo). Tambi¨¦n se extiende a parcelas como la prevenci¨®n de enfermedades a trav¨¦s de t¨¦cnicas como la selecci¨®n gen¨¦tica de embriones. O a la medicina reproductiva con finalidad sustitutiva, aquella que sirve de alternativa a la reproducci¨®n sexual, no necesariamente vinculada a problemas de esterilidad. Bajo este concepto encajan los tratamientos tanto de mujeres solteras como de lesbianas con pareja.
En ambos casos, la ley no deja dudas de que son susceptibles de recibir tratamientos de reproducci¨®n asistida. E incluso que no cabe discriminaci¨®n por orientaci¨®n sexual o estado civil. De hecho, no existe ning¨²n problema en acceder a t¨¦cnicas de inseminaci¨®n artificial o fecundaci¨®n in vitro en centros de reproducci¨®n asistida privados.
Entonces, ?cu¨¢l es el problema? No es lo mismo que sea legal con que la prestaci¨®n est¨¦ incluida en el cat¨¢logo de servicios m¨ªnimos que ofrece la red sanitaria p¨²blica. El real decreto 1030/2006 define la lista de servicios que ofrece la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud. En lo que hace referencia a la reproducci¨®n humana asistida, la cobertura se limita a los casos en los que exista ¡°un diagn¨®stico de esterilidad o una indicaci¨®n cl¨ªnica establecida, de acuerdo con los programas de cada servicio de salud (...)¡±.
La ley es igual para todos, pero se interpreta de forma diferente
A esta redacci¨®n, un tanto abierta y ambigua, se han acogido los distintos sistemas de salud auton¨®micos que o han cerrado las puertas a las mujeres solteras o a las lesbianas, o nunca las tuvieron abiertas. Pero tambi¨¦n para negar a otros potenciales pacientes como a mujeres que se hayan sometido previamente a una intervenci¨®n de ligadura de trompas y deseen ser madres.
El debate sobre si la red p¨²blica debe hacer distinci¨®n entre las parejas heterosexuales u homosexuales o si debe dejar al margen a las solteras no es nuevo. Hace algo m¨¢s de un a?o una pareja de mujeres asturianas denunci¨® el veto de su comunidad aut¨®noma a permitirles acceder a este servicio en un hospital p¨²blico y puso el foco sobre esta cuesti¨®n. Pero desde entonces, la cuesti¨®n no ha perdido vigencia. Una muestra de ello es lo sucedido recientemente en la Comunidad Valenciana.
Las unidades de reproducci¨®n asistida de los principales hospitales p¨²blicos, salvo alguna excepci¨®n, trataban con normalidad tanto a solteras como a lesbianas, seg¨²n apuntan distintas fuentes sanitarias. Y as¨ª ha sido a lo largo de los ¨²ltimos a?os, hasta que la Generalitat ha dado un golpe de tim¨®n y se ha alineado con las autonom¨ªas que siguen la interpretaci¨®n m¨¢s limitada de la cartera de servicios.
Lo ha hecho a trav¨¦s de un documento distribuido entre las unidades de reproducci¨®n asistida y los servicios de ginecolog¨ªa de la red p¨²blica titulado Criterios para la prestaci¨®n de t¨¦cnicas de reproducci¨®n humana asistida en centros hospitalarios p¨²blicos que ha comenzado a aplicarse a la vuelta del verano.
Este texto solo reconoce como poblaci¨®n subsidiaria de los tratamientos de fecundaci¨®n a aquella ¡°afectada por un trastorno cl¨ªnico documentado de la capacidad reproductiva¡±. Adem¨¢s, a?ade: ¡°los solicitantes deben acreditar su situaci¨®n de pareja de convivencia, de hecho, o matrimonial¡±. Tambi¨¦n recuerda que se encuentran excluidas de financiaci¨®n las prestaciones de reproducci¨®n asistida que se realicen ¡°cuando la esterilidad de alg¨²n miembro de la pareja se haya producido voluntariamente¡±, lo que deja fuera a las parejas en las que la mujer se haya sometido a una ligadura de trompas o, en el caso de los hombres, a una vasectom¨ªa.
El documento remite al Real Decreto 1030/2006 para restringir de esta forma las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida e impedir el acceso de personas en las que ¡°el motivo de la demanda sea una opci¨®n personal y no responda a motivos cl¨ªnicos¡±. Y lanza una velada justificaci¨®n econ¨®mica al enmarcar este cambio de postura en ¡°la evoluci¨®n de la sociedad y de la sanidad p¨²blica¡±, motivos que han provocado la necesidad de ¡°redefinir¡± los criterios de selecci¨®n de pacientes valencianas.
Si algo aporta este documento es transparencia, al fijar unos criterios claros para acceder a los tratamientos de reproducci¨®n asistida. Tanto Luisa Notario, que hasta el mes de marzo fue responsable del grupo de familia de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), como Francisco P¨¦rez Mil¨¢n, presidente de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad (SEF), coinciden en la inequidad que supone para las lesbianas o a las mujeres solteras que el hecho de que puedan someterse a tratamientos de fecundidad en centros p¨²blicos dependa de su lugar de residencia. Incluso entre los distintos sistemas de salud que corren con los gastos, existen diferencias. ¡°Algunas regiones asumen el coste del semen que se adquiere de los bancos privados para el proceso de fecundaci¨®n [puede alcanzar los 300 euros]; otras no, y es la paciente la que corre con ello¡±, indica el presidente de la SEF.
Este argumento, el de la indefinici¨®n normativa y la consecuente heterogeneidad en las prestaciones en reproducci¨®n asistida de los centros p¨²blicos es uno de los principales motivos planteados por el Ministerio de Sanidad para comenzar por esta parcela la revisi¨®n de la cartera de servicios del sistema de salud (junto a la reproducci¨®n asistida est¨¢n en el punto de mira los cribados, la rehabilitaci¨®n y los implantes oftalmol¨®gicos).
Pero conviene no olvidar que la revisi¨®n de prestaciones forma parte del paquete de medidas de ajuste emprendidas por el departamento que dirige Ana Mato para ahorrar. Hasta el punto de que el ministerio prev¨¦ ahorrar hasta 700 millones de euros cuando se complete el cribado de prestaciones de la cartera.
Los profesionales niegan que vetar a estos colectivos implique ahorros
Por ello, desde algunos sectores ¡ªtanto profesionales de la reproducci¨®n asistida como asociaciones vinculadas a colectivos homosexuales¡ª existe el temor de que, con la excusa de la homogeneizaci¨®n y, sobre todo, el ahorro, este proceso acabe por traducirse en una equiparaci¨®n a la baja de prestaciones y se excluya en toda Espa?a la financiaci¨®n p¨²blica de las t¨¦cnicas de fecundaci¨®n a lesbianas y solteras.
P¨¦rez Mil¨¢n, que acudi¨® a la reuni¨®n del grupo de expertos convocada el pasado 14 de septiembre por el ministerio para abordar la revisi¨®n de las prestaciones en reproducci¨®n artificial, quiere darle una oportunidad a Sanidad. Este ginec¨®logo, que dirige el servicio de reproducci¨®n asistida del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, sostiene que se pueden adoptar medidas de ahorro ¡°sin que ello implique una contracci¨®n en la cartera¡±.
Un ejemplo de ello estar¨ªa, seg¨²n profesionales del sector, en la selecci¨®n y adquisici¨®n de medicamentos m¨¢s baratos, por ejemplo, los relacionados con la estimulaci¨®n ov¨¢rica. Por ello considera que la revisi¨®n de la cartera puede ser una oportunidad para arrojar luz a la situaci¨®n actual.
Luisa Notario es bastante menos optimista. ¡°Creo que con la excusa de la situaci¨®n econ¨®mica y la crisis se va a meter la tijera y nos van a sacar fuera¡±. La activista del movimiento LGTB est¨¢ convencida de que detr¨¢s de los argumentos econ¨®micos, como plantean tanto las nuevas directrices de la Comunidad Valenciana como el Ministerio, existe un sustrato ideol¨®gico que trata de obstaculizar el acceso a la maternidad a modelos de familia alternativos al tradicional.
Ana Monz¨®, es coordinadora de la unidad de reproducci¨®n asistida del hospital La Fe de Valencia y vicepresidenta de la SEF. M¨¢s all¨¢ de estos cargos, ¡°como profesional¡± sostiene que no debe restringirse el acceso a lesbianas o mujeres solteras a los centros p¨²blicos: ¡°lo considero muy injusto¡±. ¡°La esterilidad es un problema m¨¦dico y emocional¡±, a?ade. Pero adem¨¢s advierte de que dejar de atender a mujeres solteras o lesbianas no supondr¨ªa ning¨²n ahorro para las arcas p¨²blicas. Por un lado, porque este tipo de intervenciones son muy poco numerosas respecto a las que se practican a parejas heterosexuales. Pero, adem¨¢s, si se impide el acceso a estas mujeres, su lugar en la lista de espera lo ocupar¨¢n otras pacientes, por lo que la ¨²nica consecuencia ser¨¢ que se tratar¨¢ al mismo n¨²mero de casos, con la diferencia de que todos ser¨¢n parejas heterosexuales.
Hay quien cree que los motivos econ¨®micos ocultan discriminaci¨®n
Aqu¨ª es donde Luisa Notario considera que existe un factor de discriminaci¨®n. La exrepresentante del grupo de familia de la FELGT insiste en la idea de que no habr¨¢ ning¨²n ahorro. No solo por los motivos apuntados por Ana Monz¨®. A?ade uno m¨¢s. Al no presentar, en general, problemas de esterilidad funcional, las mujeres con pareja homoparental tienen mayores probabilidades de quedarse embarazadas mediante inseminaci¨®n artificial, un proceso que en los centros privados cuesta a partir de unos 1.000 euros, frente a los 6.000 de un ciclo de fecundaci¨®n in vitro. De cerrarse definitivamente los quir¨®fanos de los centros p¨²blicos a este grupo de pacientes, el potente mercado de los centros privados concentrar¨ªa toda de demanda, incluida la peque?a porci¨®n de mujeres solteras y lesbianas que a¨²n se le escapa en contadas autonom¨ªas.
Una portavoz del Ministerio de Sanidad apunta que el criterio ideol¨®gico no tendr¨¢ ning¨²n peso en la revisi¨®n de la cartera de servicios, que est¨¢ sujeta a razones cient¨ªficas. ¡°Por eso se ha convocado a especialistas de sociedades cient¨ªficas y de las distintas autonom¨ªas¡±, apunta.
?Cu¨¢l es la opini¨®n de los especialistas respecto a la atenci¨®n en centros p¨²blicos a solteras o lesbianas para que puedan acceder a sus deseos de maternidad? Su presidente se?ala que la SEF ¡°no tiene una postura definida¡±. Este ¡°no es un debate sanitario o de salud reproductiva, sino social¡±. Y a?ade: ¡°Son los sistemas sanitarios los que deben definir si est¨¢n dispuestos a financiar este tipo de tratamientos. No creo que sea una cuesti¨®n sanitaria, sino que entra dentro del posibilismo econ¨®mico¡±.
¡°Es una discriminaci¨®n ideol¨®gica¡±
El caso del matrimonio de Raquel, de 36 a?os, y Elena, de 33, es tan rid¨ªculo que podr¨ªa resultar c¨®mico si no estuviera en juego el deseo de ser madre y la lucha por conseguirlo en al ¨¢mbito de la sanidad p¨²blica. Raquel tiene esterilidad de origen no especificado. As¨ª figura en un documento elaborado por el ginec¨®logo que la atendi¨® cuando la pareja acudi¨® a su consulta, en un centro p¨²blico de salud sexual y reproductiva de Valencia, para trasladarle que eran una pareja homoparental y que quer¨ªan que Raquel fuera la madre biol¨®gica de su hijo.
La primera visita fue en marzo de este a?o. Entonces, el especialista le encarg¨® a Raquel distintas pruebas (citolog¨ªa, an¨¢lisis de sangre y una histerosalpingograf¨ªa para ver el estado del ¨²tero y los ovarios) y la remiti¨® a la unidad de reproducci¨®n asistida del Hospital Cl¨ªnico. Todos los resultados confirmaron la esterilidad. Sin embargo, en julio, el hospital les deneg¨® la solicitud. Entre marzo y ese mismo mes de julio, la Generalitat hab¨ªa cambiado las reglas de juego y hab¨ªa vetado el acceso a lesbianas y solteras a sus centros de reproducci¨®n asistida.
Raquel y Elena acudieron al servicio de informaci¨®n al paciente de la Consejer¨ªa para presentar una queja. All¨ª les comunicaron que, de acuerdo con un real decreto del a?o 2006 y los nuevos criterios de la Generalitat, solo se tratar¨ªan casos con ¡°diagn¨®stico de esterilidad o indicaci¨®n cl¨ªnica¡±.
Raquel, seg¨²n su ginec¨®logo, es est¨¦ril. ¡°No puede ser otra cosa que una discriminaci¨®n por raz¨®n de orientaci¨®n sexual¡±. ¡°Si el m¨¦dico nos extiende un informe con un diagn¨®stico de esterilidad, ?c¨®mo pueden tumbarnos la solicitud precisamente por no ser est¨¦ril?¡±, se?ala Raquel. El caso est¨¢ pendiente de recurso.
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