Sandy refuta el negacionismo
El hurac¨¢n que ha sacudido Am¨¦rica devuelve a la agenda el cambio clim¨¢tico, ausente del debate pol¨ªtico Un pa¨ªs lleno de esc¨¦pticos se descubre vulnerable
En un pa¨ªs como Estados Unidos, donde cunde el escepticismo sobre si de verdad se est¨¢ calentando el clima, las fuerzas de la naturaleza han vuelto a poner en la agenda un asunto que estaba siendo ignorado en el debate p¨²blico y en particular en la carrera por la presidencia. Romney lleg¨® a burlarse de Obama por su intenci¨®n de tomar medidas para detener el cambio clim¨¢tico; sin embargo, la realidad es que tampoco la actual Administraci¨®n adquiri¨® compromisos en la cumbre del clima de Copenhague, en la que deb¨ªa pactarse un acuerdo para limitar emisiones de CO2 que sustituya al de Kioto. La crisis econ¨®mica aparc¨® completamente el debate del cambio clim¨¢tico. Hasta que el hurac¨¢n Sandy vino a recordar a todos que, mientras tanto, el clima se sigue calentando. Y que, seg¨²n numerosos cient¨ªficos, ello influye en la gravedad de los fen¨®menos meteorol¨®gicos.
¡°La influencia del clima es un tema sobre el que se lleva hablando demasiado tiempo, pero si estamos aprendiendo algo con este hurac¨¢n es que el cambio clim¨¢tico es una realidad. Y la realidad es que somos vulnerables a ¨¦l¡±, asegur¨® en rueda de prensa el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, horas despu¨¦s de la llegada de Sandy. Es el mismo mensaje que llevan repitiendo no pocos cient¨ªficos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Solo hay que observar lo ocurrido el a?o pasado en Estados Unidos: la sequ¨ªa, las olas de calor y el gran n¨²mero de incendios forestales. El cambio clim¨¢tico est¨¢ asomando la cabeza¡±, explica por correo electr¨®nico el cient¨ªfico Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigaci¨®n Atmosf¨¦rica en Nueva Zelanda.
La actividad de huracanes ha sido muy alta en la costa Atl¨¢ntica del pa¨ªs desde 1994, hasta alcanzar su m¨¢ximo en 2005, con el hurac¨¢n Katrina. ¡°M¨¢s o menos se da uno fuerte cada cinco a?os¡±, afirma en conversaci¨®n telef¨®nica Katharine Hayhoe, profesora asociada en el Departamento de Ciencia Pol¨ªtica y directora del Centro de Impacto del Clima en la Universidad Tech en Tejas.
La tormenta ha dejado a su paso m¨¢s de 150 muertos en el Caribe y en 12 Estados de la costa este de Estados Unidos. Algunos se enfrentaron durante m¨¢s de 48 horas a r¨¢fagas de viento de m¨¢s de 145 kil¨®metros por hora y lluvias que llegaron a anegar literalmente, entre otras, la ciudad de Atlantic City. ¡°Nuestro clima est¨¢ cambiando. Y si bien el aumento de fen¨®menos meteorol¨®gicos como los que hemos vivido en la costa Este y Nueva York pueden ser o no el resultado del mismo, el riesgo de que haya una posibilidad de que sea el causante deber¨ªa ser suficiente para obligar a los l¨ªderes mundiales a actuar de inmediato¡±, explic¨® el alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg, en una rueda de prensa tras cuatro d¨ªas del desastre.
Las autoridades de Nueva York piden medidas urgentes sobre el clima
El cambio clim¨¢tico estaba ausente del debate pol¨ªtico durante la larga campa?a para las presidenciales. En la Convenci¨®n Republicana de Tampa, en septiembre, el candidato republicano Mitt Romney declar¨®: ¡°El presidente Obama prometi¨® parar las mareas de los oc¨¦anos y a sanar el planeta. Mi promesa es ayudarle a ustedes y a sus familias¡±. A lo que el presidente contest¨®: ¡°El cambio clim¨¢tico no es una broma, cada vez hay m¨¢s sequ¨ªa y m¨¢s incendios. Y es una amenaza para el futuro de nuestros hijos, y si eligen bien estas elecciones, haremos algo al respecto¡±. Los republicanos no se lo pusieron f¨¢cil aline¨¢ndose con las industrias contra los l¨ªmites a las emisiones.
Los huracanes son comunes, pero el calentamiento influye en su fuerza
Y entonces lleg¨® Sandy. Lo sucedido en la ciudad de los rascacielos es ¡°un suceso raro¡±, pero ¡°hay que admitir que las probabilidades de que esto vuelva a ocurrir est¨¢n aumentando¡±, afirma Trenberth. ¡°Est¨¢ claro, el cambio clim¨¢tico no es la causa directa de Sandy pero s¨ª se ha visto influenciada por este fen¨®meno¡±, a?ade el experto. ¡°No creemos que el n¨²mero de huracanes vaya a crecer en los pr¨®ximos a?os, pero creemos que la energ¨ªa de los mismos, s¨ª¡±, contin¨²a Hayhoe. ¡°Un dato que la gente debe recordar es que el 60% de las capitales mundiales se asientan cerca del oc¨¦ano, por lo que, si sigue aumentando el nivel del mar, vendr¨¢n otras tormentas como Sandy¡±.
Sandy comenz¨® como un hurac¨¢n normal que se aliment¨® de las aguas c¨¢lidas superficiales del Oc¨¦ano Atl¨¢ntico. En el momento en que la tormenta toc¨® tierra, se hab¨ªa convertido ya en cicl¨®n extratropical con alguna caracter¨ªstica de tormenta tropical, y con una gran cantidad de tormentas activas pero sin ojo. A este fen¨®meno se le uni¨® una precipitaci¨®n de invierno procedente de Colorado que convirti¨® a Sandy en un h¨ªbrido que lleg¨® adem¨¢s a mezclarse con contrastes de temperatura que se producen en latitudes medias. ¡°El resultado fue que la tormenta dobl¨® su tama?o, llev¨® la misma fuerza que un hurac¨¢n y cubri¨® una gran parte de la costa Este cuando toc¨® tierra¡±, explica Trenberth.
A ello se unieron la marea alta, una fase lunar favorable y una presi¨®n atmosf¨¦rica demasiado baja que conllev¨® un r¨¦cord de oleaje de hasta casi cuatro metros en el sur de Manhattan y en las zonas costeras del tercio norte de EE UU, seg¨²n explican los expertos. ¡°Esta perfecta combinaci¨®n dio, adem¨¢s, lugar a la erosi¨®n de las playas, inundaciones masivas y r¨¢fagas de vientos muy fuertes que han causado miles de millones en da?os¡±, enfatiza este cient¨ªfico. Adem¨¢s de las m¨¢s de cien vidas arrebatadas, m¨¢s de ocho millones de personas en esta regi¨®n sufrieron cortes de luz y m¨¢s de un mill¨®n de hogares y negocios fueron devastados.
La consultora experta en cat¨¢strofes Eqecat estim¨® el pasado jueves que la tormenta costar¨¢ m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares (15.500 millones de euros) a las aseguradoras y m¨¢s de 50.000 millones (39.000 millones de euros) al Gobierno de EE UU. ¡°Esto dobla las previsiones, y se puede asegurar que va a ser mucho m¨¢s costoso que el paso de Irene, en 2011¡±, asegur¨® un portavoz de la compa?¨ªa a la cadena Fox. El m¨¢s costoso de la historia de EE UU fue el Katrina, en 2005, que cost¨® m¨¢s de 180.000 millones de d¨®lares (140.000 millones de euros) y la vida de 1.200 personas.
La temperatura en la superficie marina superaba 2,8 grados la media de 30 a?os
¡°La temperatura de la superficie marina, antes de llegar la tormenta, era 2,8 grados cent¨ªgrados superior a la media de los ¨²ltimos 30 a?os, aunque se considera normal para esta ¨¦poca del a?o en la franja de 800 kil¨®metros de costa que se alarga entre los Estados de Carolina del Sur y Canad¨¢. Y es muy probable que un 20% de este calentamiento se haya producido por el cambio clim¨¢tico¡±, explica Trenberth. Normalmente, con cada aumento de temperatura de un grado Fahrenheit (0,60 grados cent¨ªgrados), la atm¨®sfera suele retener un 4% m¨¢s de humedad, seg¨²n calculan los expertos.
California ya ha preparado planes de contingencia para varias d¨¦cadas
Todas estas condiciones hicieron que ¡°Sandy cogiera m¨¢s humedad, lo que la convirti¨® en una gran tormenta que aument¨® las condiciones de lluvia entre el 5% y el 10% en comparaci¨®n con las condiciones de hace m¨¢s de 50 o 60 a?os¡±, a?ade Hayhoe. El calentamiento tambi¨¦n es el causante del aumento del nivel del mar a un ritmo de medio metro cada siglo, en parte por la fusi¨®n del hielo de los glaciares y el ?rtico.
Sandy ha seguido los pasos de Isaac, que lleg¨® en agosto de este a?o, y de Irene, en agosto del a?o pasado, ambos acompa?ados de inundaciones que evidenciaban el incremento de la humedad en la atm¨®sfera asociada al calentamiento del mar. ¡°Mientras siga aumentando el efecto invernadero, seguir¨¢ existiendo el calentamiento de los oc¨¦anos y los niveles altos del mar est¨¢n garantizados. Estamos pagando el precio de no tomar medidas, y la reconstrucci¨®n de lo destruido no es suficiente¡±, contin¨²a la experta.
Algunos Estados ya han empezado a prepararse. En California se han elaborado planes con una proyecci¨®n de d¨¦cadas, tras sufrir inundaciones de carreteras y del aeropuerto de San Francisco; una terrible sequ¨ªa en el parque nacional de Yosemite y en su regi¨®n agr¨ªcola, y la p¨¦rdida de gran parte de su zona costera debido a la erosi¨®n del Pac¨ªfico. ¡°Sin embargo, los Estados no pueden elaborar los planes solos, el Gobierno federal tiene que estar comprometido¡±, contin¨²a la cient¨ªfica de Tejas. ¡°Esta tormenta nos ha ense?ado que somos vulnerables ante los efectos del impacto clim¨¢tico. Mi trabajo es prevenirlos en distintas ciudades de Estados Unidos. Acabo de terminar proyectos para Chicago y Cambridge. En la Costa Este, nuestro primer objetivo es contener las fuertes y abundantes precipitaciones. Una medida viable es amurallar ciudades como Nueva York¡±, contin¨²a Hayhoe. ¡°Debemos actuar ahora, aunque no se vean los resultados hasta dentro de 20 o 30 a?os. Hay que planear un plan de acci¨®n, todav¨ªa hay tiempo¡±, concluye Hayhoe. Un mensaje que podr¨ªa empezar a calar entre los ciudadanos: seg¨²n un sondeo de Gallup del mes de marzo, un 52% cree que los efectos del cambio clim¨¢tico ya se est¨¢n notando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.