¡°El Estado debe vigilar al mercado como un ¨¢guila¡±
El profesor y periodista avisa que la crisis debilita la fe en la democracia
¡°Fui ayer al Museo Reina Sof¨ªa, y vi las fotograf¨ªas tomadas por Eugene Smith en Espa?a en los a?os cincuenta. Hay im¨¢genes de pueblos que parecen sacadas de la Edad Media. Mujeres descalzas; rostros negros, abrasados por el sol. No hay que olvidar, en la dura ¨¦poca actual, el extraordinario progreso que ha vivido este pa¨ªs en tan solo seis d¨¦cadas. El camino de prosperidad y libertad recorrido¡±.
Ante las procelosas aguas que amenazan el nav¨ªo europeo, y a Espa?a en particular, Michael Ignatieff invita a recordar el pasado para no perder el rumbo del futuro. Para no estrellarse en las rocas del populismo y del nacionalismo. ¡°Europa sabe ad¨®nde lleva descarrilar de la senda democr¨¢tica. Espero que no lo haya olvidado¡±.
Historiador, novelista, periodista y expol¨ªtico canadiense, Ignatieff (Toronto, 1947) se halla en Madrid para recibir el premio de periodismo Francisco Cerecedo entregado por la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos. Llega a la cita implorando un caf¨¦. El jetlag no perdona ni siquiera a los viajeros m¨¢s expertos y cosmopolitas.
Ignatieff lleva d¨¦cadas estudiando los estragos causados en el mundo por los nacionalismos, como profesor de las m¨¢s prestigiosas universidades ¡ªHarvard, Cambridge¡ª y, sobre el terreno, como colaborador y columnista de grandes medios ¡ªla BBC, entre otros¡ª. La crisis econ¨®mica actual le inquieta, no solo desde el punto de vista de p¨¦rdida de prosperidad. ¡°Hay s¨ªntomas como para estar preocupados¡±.
¡°El drama de la crisis no es solo tener que leer la noticia de una viuda que se suicida ante un inminente desahucio. El drama es tambi¨¦n que la crisis erosiona la fe de la gente en la democracia¡±, dice Ignatieff, reanimado por un cappuccino.
¡°El problema es que en muchos sitios hay medidas de austeridad que solo parecen caer sobre los hombros de los pobres y no de los ricos; que la ciudadan¨ªa paga errores ajenos, mientras los responsables se salvan¡±, argumenta. ¡°La democracia liberal no puede funcionar si impone medidas duras que son percibidas como injustas. El Estado est¨¢ para proteger a los vulnerables, no para asumir el peso de las apuestas fracasadas de los mercados. Las democracias tienen que vigilar al capitalismo como ¨¢guilas, y no lo est¨¢n haciendo. El problema es la irresponsabilidad de los mercados. Por eso la gente est¨¢ enfadada¡±. Ese enfado, esa frustraci¨®n, ensancha las oportunidades para propuestas nacionalistas.
¡°En las actuales circunstancias, comprendo que desde Catalu?a haya ciertas reivindicaciones. Pero creo que pueden ser resueltas con negociaciones. Se pueden arreglar, si los pol¨ªticos quieren, sin llegar a una situaci¨®n en la que se impone a la gente optar por una identidad u otra. A menudo, dos identidades conviven en una sola persona. Muchas personas, sin duda, se sienten catalanas y espa?olas. Da igual por qu¨¦ orden. Estoy en contra de los separatismos por una raz¨®n moral: porque obligan a muchas personas a tomar decisiones que no quieren tomar. Prefiero formulas pol¨ªticas que permitan compaginar las identidades¡±.
Pese a la inquietud que genera la actual crisis, Ignatieff se muestra convencido de que las democracias liberales europeas no sufrir¨¢n graves deterioros. ¡°Hay que recordar esos pueblos espa?oles de los a?os cincuenta¡±. El progreso, la libertad, la educaci¨®n acumuladas desde entonces son nuestra garant¨ªa, cree Ignatieff.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.