La ¡®ni?a¡¯ perseguida por el Gordo
Fue la primera chica en cantar el primer premio del sorteo de Navidad y se equivoc¨® Ahora trabaja en la agencia de publicidad encargada del anuncio 'la f¨¢brica de los sue?os'
La bola con el n¨²mero 03.772 sali¨® a las 10.01 horas el 22 de diciembre de 1986 del bombo del sorteo de Navidad. David, de 13 a?os, la cogi¨® para entonarla junto a su compa?era Carolina, de la misma edad. Llevaban tres a?os cantando juntos en el sorteo navide?o, y ese, por desgracia, ya era el ¨²ltimo. Ella, una ni?a pizpireta que tuvo el honor de pertenecer al club de las cinco primeras f¨¦minas de la historia encargadas de repartir suerte, no quer¨ªa despedirse sin dar el Gordo. Esa es la ilusi¨®n de todos los ni?os del colegio de San Ildefonso. Convertirse por un d¨ªa en repartidor de sue?os. A las 10.01 cogi¨® la bola que acompa?aba al 03.772 y sonri¨®. Iba a dar un sexto premio, y cant¨®: "25 millooooones de peseeeeetas". En la mesa de presidencia, justo en el momento en que ense?aba su bola, se dio cuenta de su agradable error: se hab¨ªa tragado un cero y eran 250 millones de pesetas¡ ?acababa de dar el Gordo! El ¡®de los errores¡¯, el m¨¢s sonado de todos los tiempos.
Hoy, 26 a?os despu¨¦s, Carolina Pellico parece que sigue empe?ada en repartir suerte. Trabaja en el departamento de administraci¨®n de la agencia de Publicidad Grey, la encargada desde el a?o pasado de crear el anuncio del sorteo de Navidad, curiosamente con el logo ¡®la f¨¢brica de los sue?os¡¯. ¡°Cuando vi el spot el a?o pasado, antes de que se emitiese, me emocion¨¦. Me vinieron millones de recuerdos a la mente. Desde aquel d¨ªa ese n¨²mero no me ha abandonado¡±, cuenta en conversaci¨®n telef¨®nica, orgullosa de su historia. Cuando se enteraron en Grey de su an¨¦cdota, todos los trabajadores le hicieron un gui?o y se pusieron de acuerdo para jugar al n¨²mero de Carolina, la ni?a perseguida por el Gordo. ¡°Llevo trabajando en la agencia cinco a?os, pero con esto he revivido aquellos momentos con mucha intensidad¡±, admite.
Casada y madre de Guillermo, un ni?o de cuatro a?os, "la primera chica de la historia en cantar el Gordo" cuenta que le encantar¨ªa que su hijo pudiera vivir la misma experiencia. ¡°Ya me ha preguntado este a?o si voy a repartir otra vez suerte¡±, cuenta asombrada al comprobar que recuerda perfectamente el v¨ªdeo promocional que hicieron en su empresa el a?o pasado para relatar su historia. ¡°Pero no todos los ni?os valen para eso. Mi hermano, por ejemplo, no quiso saber nada del tema. Algunos no pueden o no saben cantar, otros solo quieren ayudar dando vueltas al bombo¡¡±, explica. Ella, sin embargo, siente que estaba y estar¨¢ siempre ligada al Gordo. ¡°Me equivoqu¨¦ al cantarlo, s¨ª, y a partir de ese momento pas¨¦ muchos nervios hasta que terminamos nuestra serie. Pero a pesar de los m¨²ltiples flashes, el bullicio que se cre¨® y de que los periodistas no nos dejaron ni comer, no fue nada traum¨¢tico, m¨¢s bien todo lo contrario¡±, rememora.
El sorteo de aquel a?o tuvo que detenerse dos veces por diferentes errores, por eso se le conoce como el m¨¢s sonado de todos los tiempos. Otra ni?a se equivoc¨® en una serie anterior al cantar el segundo premio. El runr¨²n comenz¨® en la sala. Y los nervios se instalaron en los presentes. Al reanudarse, lleg¨® el turno de Carolina. ¡°Bah, tampoco ha sido para tanto¡±, dijo la ni?a resuelta a la prensa, al ser el centro de la expectaci¨®n creada tras su desliz con los ceros. ¡°Somos ni?os, es un directo, estas cosas pasan¡±, explica ahora al recordar la mala pata de Gemma, otra de sus compa?eras, que un a?o despu¨¦s cometi¨® el mismo error que ella. ¡°A la pobre le rega?aron en directo. Imagino que despu¨¦s de nuestro a?o quer¨ªan que todo saliera bien¡ pero ¨¦ramos ni?os, no hay que darle tanta importancia¡±, insiste.
Carolina se despidi¨® del sorteo de Navidad con un buen bagaje de alegr¨ªas repartidas: un sexto premio, un segundo y el Gordo. Todos ellos racionados en tres a?os. No est¨¢ nada mal, dice, aunque la mejor manera de cerrar el c¨ªrculo ser¨ªa que ahora ella se hiciera con el n¨²mero ganador. ¡°?Te imaginas? Entonces s¨ª que volver¨ªa a salir en todos los peri¨®dicos¡±, se r¨ªe, socarrona. Al fin y al cabo hay que creer en la f¨¢brica de los sue?os. Y ella, por suerte, trabaja ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.