¡°Aqu¨ª la gente se queja de la crisis pero pide otra ca?a¡±
El actor y director cubano representa en Madrid 'En el t¨²nel un p¨¢jaro'
![Pancho García afirma que ahora la censura parte de uno mismo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IIMAL5S5UH4MALNK2TAIVUB6SI.jpg?auth=7377e1241aa51aa38f953f9b893ae2a721887f0af1715a0a58ce0a1264129372&width=414)
Pancho Garc¨ªa llega a la cita acompa?ado de una amiga que le ayuda a guiarse en Madrid. Desde hace tres a?os un desprendimiento de retina le ha dejado pr¨¢cticamente sin visi¨®n, pero eso no le impide seguir haciendo teatro, tanto como director como de actor, y con ¨¦xito considerable. Hace unos meses fue distinguido en Cuba con el Premio Nacional de Teatro por una trayectoria larga y redonda, en la que no han faltado episodios grises como el de la llamada parametraci¨®n, en los duros a?os setenta, cuando cientos de artistas y escritores cubanos fueron marginados por su homosexualidad; esto es, por quedarse ¡°fuera de los par¨¢metros revolucionarios¡±.
¡°S¨ª, en aquella ¨¦poca yo fui parametrado, estuve bastante tiempo sin poder hacer teatro, pero esa historia es el pasado¡±, afirma. El presente de Pancho (Cienfuegos, 1944) pasa por Enrique Gui?ales, el personaje protagonista de En el t¨²nel un p¨¢jaro, obra con la que acaba de presentarse en el Centro Dram¨¢tico Nacional, durante el ciclo Una mirada al mundo, con la compa?¨ªa Hubert De Blanck. Hace 10 a?os ya dirigi¨® y protagoniz¨® esta inquietante pieza de la espa?ola Paloma Pedrero, pero ahora quiso volver con una versi¨®n m¨¢s pulida y esencial, que lleva a escena con crudeza el tema de la eutanasia. ¡°Enrique es un apasionado, un glot¨®n de la vida, como yo, por eso defiende con vehemencia su derecho a vivir dignamente y a morir sin humillaciones¡±, dice, contento por el ¨¦xito de las funciones y la cr¨ªtica.
Pancho Garc¨ªa fue represaliado por homosexual en Cuba
¡°La eutanasia debiera ser un derecho esencial: uno debe tener derecho a morir con dignidad¡±, opina. Su primer contacto con la escena, en Cienfuegos, lo tuvo cuando era ni?o y su padrino lo colaba en las funciones de teatro vern¨¢culo, en las que las escenas cargadas de doble sentido y el choteo pol¨ªtico eran el modo de burlarse del poder y de hacer cr¨ªtica social. ¡°En Cuba el choteo y el humor siempre han sido un arma para sobrevivir y hacer frente a aquello contra lo que no se puede, pero a veces ese re¨ªrse de uno mismo lleva al no hacer, a la dejadez, y eso no es bueno¡±, asegura.
Reconoce que hacer teatro en Cuba ¡°no es f¨¢cil¡±. Pero no tanto por la censura, pues, comenta, ¡°hoy los l¨ªmites se los pone uno mismo, no es como antes; ahora t¨² eres el que te autocensuras y te conviertes en tu propio polic¨ªa¡±, dice, y se r¨ªe. La escasez de recursos y la precariedad para todo s¨ª son un gran problema. ¡°En m¨¢s de una ocasi¨®n yo mismo le he tenido que pagar la merienda a los actores, o traer cosas de mi casa para la escenograf¨ªa¡±, se?ala, si bien admite que a veces ese continuo ¡°inventar¡± hace que se encuentren soluciones imaginativas y se enriquezca la historia.
Garc¨ªa ha hecho todo el teatro imaginable, desde Shakespeare a Arthur Miller, pero siempre tratando de llevar a los maestros al contexto cubano. Hace alg¨²n tiempo dirigi¨® La muerte de un viajante e interpret¨® el papel de su protagonista, Willy Loman, ¡°que tiene a sus hijos en la inopia tratando de sostener una utop¨ªa absurda¡±. ¡°Estas historias de perdedores est¨¢n muy a tono con la situaci¨®n actual de crisis¡±, dice Pancho, y, cubano al fin, bromea. ¡°Para nosotros la crisis espa?ola es un poco peculiar. La gente se queja en los bares, protesta, se indigna, pero pide: ¡®Camarero, p¨®ngame otra ca?ita ah¨ª¡±. Aunque no ve casi nada, ya est¨¢ pensando en su pr¨®xima apuesta. ¡°Quiz¨¢s ser¨¢ La estrella¡±, dice, y se despide: ¡°Hay que luchar¡±.
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