¡°Estamos rodeados de datos secretos encriptados¡±
El matem¨¢tico relata las proezas de Alan Turing en la II Guerra Mundial
Si la encriptaci¨®n de informaci¨®n y el descifrado de claves parece algo misterioso, propio de esp¨ªas y de altos secretos militares o diplom¨¢ticos, lo que hace Ignacio Luengo casi supera a la imaginaci¨®n: encriptaci¨®n poscu¨¢ntica. Se trata, explica este matem¨¢tico, de investigar sistemas para ocultar datos y claves que resistan el c¨¢lculo de los ordenadores, pero no de los actuales, sino de los que tal vez alg¨²n d¨ªa se logren construir, basados en la mec¨¢nica cu¨¢ntica. ¡°Ahora, la principal amenaza para la seguridad en Internet es el trabajo de los ingenieros y f¨ªsicos con la computaci¨®n cu¨¢ntica¡±, dice, porque esas futuras m¨¢quinas podr¨ªan destripar cualquier c¨®digo actual. ¡°La criptograf¨ªa nos rodea por todas partes, no es cierto que sea cosa de diplom¨¢ticos y militares¡±, recalca. Saca de la cartera una tarjeta de cr¨¦dito con chip. ¡°Lo que est¨¢ escrito aqu¨ª es el n¨²mero secreto codificado... Pero tambi¨¦n los c¨®digos cuando compramos por Internet, o los derechos legales de una canci¨®n o una fotograf¨ªa con marca de agua... todo el tr¨¢fico de datos va cifrado...¡±.
Luengo ha dado una conferencia en la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces, en Madrid, precisamente sobre las haza?as en encriptaci¨®n del matem¨¢tico brit¨¢nico Alan Turing, padre de los ordenadores modernos, en unas jornadas celebradas por su centenario. Tras la charla rechaza el caf¨¦ y, de momento, solo bebe agua. ¡°Turing era un genio y su trabajo en criptograf¨ªa fue fundamental, hasta el punto de que se ha calculado que la II Guerra Mundial se acort¨® en al menos dos a?os gracias a que los aliados lograron leer casi sistem¨¢ticamente todo el tr¨¢fico cifrado de los alemanes, con su m¨¢quina Enigma¡±, se?ala Luengo. ¡°Turing fue el que descifr¨® el c¨®digo e hizo comprensibles los mensajes que se cifraban con Enigma¡±.
Lamentablemente, a?ade, tras la guerra, los brit¨¢nicos destruyeron todo el material y se clasificaron los documentos de Turing (algunos se han desclasificado este mismo a?o). ¡°Y todo eso lo logr¨® con matem¨¢ticas, con talante matem¨¢tico...¡±, dice este catedr¨¢tico de ?lgebra de la Universidad Complutense. A sus 59 a?os, dice que su vocaci¨®n matem¨¢tica fue algo tard¨ªa y que eligi¨® esa carrera porque le resultaba la m¨¢s sencilla.
¡°S¨ª, los c¨®digos obsesionan, como muchas cosas en matem¨¢ticas, porque al fin y al cabo nuestro laboratorio es nuestro cerebro, as¨ª que uno lo lleva a todas partes¡±, a?ade, ya con una taza de caf¨¦. ¡°Pero tampoco se puede vivir obsesionado 24 horas al d¨ªa 365 d¨ªas al a?o¡±.
?Existe el c¨®digo imbatible? ¡°S¨ª, uno en que la longitud de la clave es igual a la longitud del mensaje y si la clave se elige aleatoriamente, es indescifrable¡±, responde este especialista. ¡°Pero es poco pr¨¢ctico¡±, a?ade, ¡°porque si tienes que decirle al otro la clave te cuesta lo mismo decirle el mensaje entero; solo se usa cuando los dos interlocutores pueden ponerse de acuerdo de antemano con la clave, como el tel¨¦fono rojo entre los presidentes estadounidense y sovi¨¦tico en la guerra fr¨ªa¡±.
La verdad es que los c¨®digos que se usan normalmente son muy buenos..., explica Luengo. Lo que falla es el protocolo, lo que se hace al usarlos: ¡°Hay un virus inform¨¢tico, por ejemplo, que se mete en tu ordenador y almacena lo que tecleas; es muy peligroso porque alguien puede cazar tus n¨²meros de tarjeta y claves, por muy secretas que sean¡±. ?l aconseja, cuando se usa en Internet, escribir la clave en otro documento, arrastrar los n¨²meros con el rat¨®n e importarla a la p¨¢gina web.
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