Ni siquiera por austeridad
Deso¨ªr los planes de ahorro de los sanitarios demuestra que el objetivo es la privatizaci¨®n
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Lo que est¨¢ ocurriendo en la sanidad p¨²blica madrile?a es grave y la dimensi¨®n del problema excede con mucho el l¨ªmite de las fronteras de la comunidad aut¨®noma. Es la mejor muestra de un concepto sobre lo p¨²blico que viene de lejos, que se est¨¢ extendiendo en toda Espa?a y que puede ser extraordinariamente lesivo para los contribuyentes porque afecta a sus derechos y tambi¨¦n a su bolsillo.
Desde que el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Gonz¨¢lez, anunci¨® su plan de privatizar la gesti¨®n de seis hospitales y la del 10% de los centros de salud no ha dejado de utilizar tramposos argumentos para defender un proyecto que carece de toda l¨®gica y que, sin embargo, va a poner a la venta ¡ªveremos a qu¨¦ precio¡ª un bien p¨²blico tan esencial. Dice Gonz¨¢lez que no es verdad que se vaya a privatizar la sanidad y que nadie va a exigir pagar a los pacientes. ?Evidente! Esos centros hospitalarios y de salud van a seguir siendo de titularidad p¨²blica y los servicios, al menos de momento, no van a ser de pago.
Hasta ah¨ª lleg¨¢bamos, como tambi¨¦n llegamos a conclusiones l¨®gicas que despiertan el consecuente recelo hacia algunos procesos de privatizaci¨®n. El caso de la energ¨ªa el¨¦ctrica es un buen ejemplo. Se privatiz¨® y liberaliz¨® el servicio en una operaci¨®n culminada por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en su momento y hoy pagamos la luz m¨¢s cara de Europa y todav¨ªa debemos dinero a las compa?¨ªas: unos 24.000 millones de euros.
El servicio sanitario p¨²blico es bien distinto, pero dejarlo en manos privadas puede conllevar otras consecuencias igualmente gravosas y hay demasiadas preguntas sin respuestas. La m¨¢s importante de ellas es c¨®mo es posible que se adjudique un contrato p¨²blico a una empresa en la confianza de que esta va a ofrecer el mismo servicio y a¨²n le sobrar¨¢ dinero (de los contribuyentes) para obtener beneficios. Muchos hospitales p¨²blicos recaudan dinero gracias a las concesiones que otorgan a empresas privadas. Estas, a cambio de pagar un canon, hacen negocio con el servicio de lavander¨ªa, el aparcamiento o la cafeter¨ªa. ?Va a desviarse tambi¨¦n esa recaudaci¨®n ¡ªpor modesta que sea¡ª a los nuevos gestores de la sanidad? ?C¨®mo se adjudicar¨¢n los hospitales? ?Por cu¨¢nto? ?Se quedar¨¢n con el negocio las empresas de siempre ¡ªCapio y Ribera Salud¡ª? ?Har¨¢n investigaci¨®n? ?Aplicar¨¢n los tratamientos m¨¢s caros?
Defender la gesti¨®n privada frente a la p¨²blica es un falso debate en el que el PP quiere enredarnos
Los ciudadanos saben muy bien que la sanidad p¨²blica no es gratis. La pagan con sus impuestos. Y nadie les ha preguntado por qu¨¦ una parte de ese dinero debe desviarse hacia esas empresas privadas que sirven de acomodo a m¨¢s de un gestor del PP, como bien ha demostrado este peri¨®dico.
Tras los planes de Ignacio Gonz¨¢lez y de Cospedal, como en su d¨ªa los de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, hay mucha ideolog¨ªa; esa que promueve la iniciativa privada ¡ªlo que no es insensato¡ª, pero a costa de lo p¨²blico ¡ªlo que s¨ª lo es¡ª. Afirmar rotundamente que la gesti¨®n privada es mejor que la p¨²blica es un falso discurso en el que el PP pretende enredarnos. El sistema sanitario puede mejorar su gesti¨®n, pero ha demostrado hasta el momento su eficiencia, y Hacienda, un organismo p¨²blico, funciona como un reloj. A su lado, cientos de empresas privadas quiebran por falta de solvencia. De modo que no es el mejor momento para poner en la balanza uno u otro, sino, en todo caso, de incorporar a la gesti¨®n las mejores pr¨¢cticas en uno u otro lado.
Aqu¨ª solo parece haber ideolog¨ªa, como aquella caza de brujas contra los m¨¦dicos que sedaban a los enfermos terminales para evitarles sufrimientos in¨²tiles. Detr¨¢s del plan de Gonz¨¢lez y Cospedal solo hay ideolog¨ªa y ni siquiera af¨¢n de austeridad. Lo demuestra el hecho de que sigan sordos no solo a la rebeli¨®n del sector sanitario con sus huelgas y sus dimisiones (hist¨®ricas) en bloque. Lo demuestra particularmente que desoigan sus propuestas para ahorrar dinero en caso de que abandonen sus planes. Por cierto, ya que menciono el caso Legan¨¦s, solo recordar que Manuel Lamela, el consejero de Sanidad que persigui¨® a los m¨¦dicos de las sedaciones, pas¨® luego por Cibeles (filial de Bankia) y el a?o pasado se lanz¨® a liderar la asociaci¨®n Madrid Centro M¨¦dico, una intermediaria entre las cl¨ªnicas privadas que la constituyen y los pacientes-turistas que pasen por Madrid.
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