La medicina del futuro
Dos espa?olas estudian en Oxford aplicaciones de nanotecnolog¨ªa contra el c¨¢ncer
Las dos se llaman Sonia, son espa?olas, presumen de su origen humilde, son cient¨ªficas y trabajan en la Universidad de Oxford. Sonia Contera, madrile?a de 42 a?os, es f¨ªsica. Sonia Trigueros, barcelonesa de 39, bi¨®loga. El ser de especialidades diferentes y unir su conocimiento en investigaciones comunes les ha permitido crear el Programa Oxford Martin de Nanotecnolog¨ªa. Biolog¨ªa, f¨ªsica, ingenier¨ªa y qu¨ªmica se funden para crear herramientas que en el futuro deber¨ªan permitir a la medicina utilizar nanoestructuras (estructuras con un tama?o intermedio entre moleculares y microsc¨®picas) con las que enfrentarse a las enfermedades.
Contera, nueve a?os en Oxford, es un torbellino de carcajadas, gestos y palabras que apenas puede esperar a que acabe ¡°la doctora Trigueros¡±, como llama a menudo a su compa?era con cari?osa sorna, para meter baza ella. Trigueros parece m¨¢s cerebral, m¨¢s pensativa. Y m¨¢s paciente. Quiz¨¢s porque las cosas han sido algo m¨¢s dif¨ªciles para ella: mientras Contera tiene plaza fija, Trigueros lleva siete a?os de contrato en contrato. Un d¨ªa decidieron trabajar juntas. ¡°Tenemos ideas un poco diferentes de la ciencia y eso en Oxford se valora. Somos multidisciplinarias y tenemos ideas algo controvertidas. No nos da miedo ir contra el sistema¡±, dice Contera.
¡°Hoy un cient¨ªfico tiene que hacer de todo un poco, pero no puedes tenerlo todo. Tienes que colaborar. Sonia es f¨ªsica y yo bi¨®loga y sacamos proyectos al borde de las dos disciplinas. Tambi¨¦n tenemos proyectos con ingenieros mec¨¢nicos, m¨¦dicos, matem¨¢ticos, qu¨ªmicos. Pero cada una sabe de lo suyo y tenemos ideas muy diferentes. Cuando tenemos una idea en com¨²n, cada una le da su enfoque. El resultado es innovador, m¨¢s original de lo que se est¨¢ presentando fuera¡±, a?ade Triguero.
No es casual que est¨¦n en la Oxford Martin School, creada en 2005 con las donaciones de James Martin, un experto en sistemas de dise?o que se hizo multimillonario con varias patentes. Convertido a sus casi 80 a?os en el principal donante individual de Oxford, cree que solo con la colaboraci¨®n entre cient¨ªficos de m¨²ltiples disciplinas y pa¨ªses se pueden afrontar los retos del siglo XXI. En la escuela trabajan m¨¢s de 300 acad¨¦micos. No hay solo cient¨ªficos, sino fil¨®sofos, economistas, polit¨®logos.
Las expertas dise?an un sistema que evite los efectos adversos de la quimioterapia
¡°La escuela quiere ser un punto de encuentro multidisciplinario de los mejores acad¨¦micos de Oxford con las instituciones pol¨ªticas y econ¨®micas internacionales. Aqu¨ª est¨¢n los cient¨ªficos con m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica¡±, explica Contera. Aunque su coraz¨®n de izquierdas le invita a defender el modelo de altos impuestos y mucha inversi¨®n p¨²blica, alaba el sistema anglosaj¨®n de donaciones. ¡°A la gente que ha hecho mucho dinero en Espa?a construyendo casas no se le ocurre invertir parte de ese dinero dando becas¡±, se lamenta la investigadora.
Pero en tiempos de crisis, el dinero escasea. Incluso en Oxford. Trigueros no pide mucho: ¡°Que me den un poquito de dinero y pueda comprar mis c¨¦lulas de c¨¢ncer; tengo el laboratorio pero no hay dinero para mantener las c¨¦lulas, y trabajo con las c¨¦lulas de mi sangre. Cada d¨ªa me pincho, me saco una gota. Gracias a Dios trabajamos en nanotecnolog¨ªa y no necesito litros¡±.
Pero, ?qu¨¦ hacen estas dos Sonias? ¡°Hacemos ciencia fundamental, de biolog¨ªa fundamental, de c¨®mo funcionan las mol¨¦culas, las prote¨ªnas. Quiz¨¢s la parte m¨¢s interesante para el lector es la aplicaci¨®n m¨¦dica. Yo me dediqu¨¦ a la nanotecnolog¨ªa desde el principio de mi campo y me mud¨¦ a la biolog¨ªa porque hay un punto de intersecci¨®n entre la nanotecnolog¨ªa y la biolog¨ªa y es que las prote¨ªnas son nanom¨¦tricas, tienen tama?o nanom¨¦trico. Y de ah¨ª surge la idea de que t¨² puedes interaccionar con las prote¨ªnas con nanopart¨ªculas y con la ciencia y la f¨ªsica a la escala nanom¨¦trica. As¨ª que vamos a la vez aprendiendo la biolog¨ªa de las enfermedades o de algunas cosas que nos interesan y creando nanopart¨ªculas o nanoestructuras¡±, dice Contera. ¡°En lugar de ser medicina qu¨ªmica, es medicina f¨ªsica. Ese es el punto. Son bolitas, o tri¨¢ngulos, o tubos met¨¢licos o de carbono o de lo que sea¡±, explica.
Trigueros trabaja en un proyecto que podr¨ªa reducir los efectos secundarios en el tratamiento del c¨¢ncer con quimioterapia. ¡°Estamos dise?ando un sistema que transporte la droga directamente a la c¨¦lula del c¨¢ncer. El objetivo final ser¨ªa que la droga de la quimioterapia no estar¨ªa por todo tu cuerpo y utilizar menos. Eso permitir¨ªa evitar los efectos secundarios de la quimioterapia. En el futuro se podr¨ªa utilizar como una vacuna, para prevenirlo¡±.
Experimentando ese proyecto con bacterias, descubrieron que estas mor¨ªan de inmediato, pero las c¨¦lulas humanas segu¨ªan vivas. ¡°Se nos ocurri¨® convertirlo en un proyecto nuevo: utilizar esas nanoestructuras como antibi¨®ticos, porque lo que tenemos entre manos es una cosa que mata solo a bacterias, que es la definici¨®n de antibi¨®tico, pero es diferente porque es nanoestructurado y es met¨¢lico. El metal confiere otras propiedades a la bacteria¡±. ¡°Y adem¨¢s¡±, interrumpe Contera, ¡°el asunto fundamental en lo que Sonia ha encontrado es que en todos los antibi¨®ticos que tenemos las bacterias r¨¢pidamente se hacen resistentes, pero con la nanotecnolog¨ªa, como es una manera muy diferente de matar a la bacteria, pensamos que podemos evitar la evoluci¨®n bacterial¡±.
Eso les ha llevado tambi¨¦n a pensar en crear ¡°filtros para aviones y hospitales con nanopart¨ªculas para purificar el aire de virus y bacterias¡±. Una idea lleva a la siguiente. Porque, como explica Trigueros, en ciencia no hay fracaso: ¡°Un resultado negativo, es un resultado. Sea s¨ª o sea no, est¨¢s aportando conocimiento¡±.
¡°No nos da miedo el experimento¡±
Sonia Contera y Sonia Trigueros se declaran orgullosas de los cient¨ªficos espa?oles y de la educaci¨®n espa?ola. S¨ª, de la educaci¨®n espa?ola. ¡°Despu¨¦s de dar tantas vueltas por el mundo te das cuenta de que en Espa?a el nivel de la educaci¨®n es muy bueno y la ciencia es muy original e innovadora¡±, coinciden. ¡°Hay varios tipos de cient¨ªfico espa?ol, pero hay uno, que es el pionero que se va a todas partes porque somos¡ porque no nos da miedo el experimento¡±, explica Contera. ¡°Como no venimos de un sitio con la ciencia muy establecida, somos m¨¢s arriesgados¡±, a?ade.
¡°Siempre hay cosas que criticar, pero cuando sales al extranjero y te vuelves profesional fuera, comparas estudiantes y comparas niveles. Y entonces te dices, ¡®bueno, podr¨ªa ser mejor, pero vaya, qu¨¦ educaci¨®n¡¯. Y tambi¨¦n las facilidades que te dan, porque a m¨ª el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia me ha pagado la carrera, el m¨¢ster, la tesis¡ Una vez que acabas la tesis te tienes que ir, pero yo no me puedo quejar de nada. Lo que no he podido es volver a Espa?a, y no porque no haya querido¡±, explica Triguero. Aunque no se sabe si todo eso va a seguir siendo as¨ª. ¡°La cosa est¨¢ cambiando con la situaci¨®n en la que estamos¡±, reconoce.
Las dos han tenido siempre en la cabeza que se quer¨ªan ir de Espa?a. Sonia Contera es especialmente viajera. Estudi¨® F¨ªsica en la Aut¨®noma de Madrid y luego estudi¨® en Mosc¨², en Praga y en Pek¨ªn. "Hice mi doctorado en la Universidad de Osaka, en Jap¨®n. Despu¨¦s fui a Dinamarca y finalmente saqu¨¦ una plaza aqu¨ª de profesora titular de Oxford y ahora con Sonia hemos fundado el Instituto de Nanociencia para Medicina", relata. Habla espa?ol, ingl¨¦s, chino, sueco, ruso, dan¨¦s, japon¨¦s y alem¨¢n.
Sonia Trigueros, criada en Barcelona y en el Pa¨ªs Vasco, se fue a Harvard al acabar la tesis en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) en Barcelona. All¨ª estuvo tres a?os y medio y desde hace siete est¨¢ en Oxford. A diferencia de su amiga, s¨ª le gustar¨ªa volver a Espa?a. "Pero no ahora", matiza.
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