A un paso del carburante sostenible para todos los aviones

El desarrollo de los combustibles para la industria a¨¦rea ha llegado a un ¡°valle de la muerte¡±, seg¨²n lo describe Paul Steele, el responsable de la estrategia medioambiental de IATA (la mayor asociaci¨®n de l¨ªneas a¨¦reas del mundo). Es el espinoso camino que separa las buenas intenciones de los hechos, la diferencia entre poner a volar unos pocos aviones de prueba con gasolina ecol¨®gica o revolucionar el sector logrando que toda la industria utilice biocombustibles.

Hace un par de semanas, Steele habl¨® con preocupaci¨®n del asunto el una jornada de reflexi¨®n sobre el estado de la industria en Ginebra. Una imagen muy expresiva describe para ¨¦l el momento en que se encuentran los biocombustibles para aviones: hay que cruzar un puente largo y endeble para llegar a su producci¨®n y comercializaci¨®n a escala. Bajo el puente est¨¢ el valle de la muerte, lleno de cactus. Si la industria no lo traspasa habr¨¢ fracasado en sus objetivos de reducci¨®n de CO2.

El sector a¨¦reo ya cuenta con la tecnolog¨ªa para desarrollar combustibles de calidad que, adem¨¢s, han sido testados en aviones de prueba. El pasado 20 de junio el Secretario General de OIAC (Organizaci¨®n Internacional de Aviaci¨®n Civil), Raymond Benjamin, viaj¨® entre Montreal y Rio de Janeiro en un viaje con dos escalas y tres aviones, propulsados por distintos tipos de carburantes sostenibles. ¡°Estoy orgulloso de haber servido como pasajero simb¨®lico en este vuelo sostenible hacia el futuro¡±, asegur¨® Benjamin.

La aviaci¨®n fue la primera industria que plante¨® compromisos globales para reducir sus emisiones de CO2

En los ¨²ltimos dos a?os, otros 1.500 vuelos ecol¨®gicos han hecho viajes de pruebas pero es una cifra irrisoria al lado de los aproximadamente 93.000 aviones que sobrevuelan el planeta diariamente.

El mayor incentivo para que las compa?¨ªas sigan caminando por este puente hacia el pleno uso de biocarburantes es el desorbitado precio del fuel tradicional. Desde 2003 el precio ha pasado de ser el 14% de los costes de operaci¨®n a suponer el 30%.

Pese a todo, Steele defiende el camino que se ha recorrido hasta ahora. ¡°Desde 1990 ha habido un progreso muy significativo. Hemos ahorrado 4.000 millones de toneladas de CO2 comparado con la cantidad de fuel que habr¨ªamos desperdiciado si la tecnolog¨ªa se hubiera congelado donde estaba en 1990¡±, afirma.

La aviaci¨®n fue la primera industria que plante¨® compromisos globales para reducir sus emisiones de CO2. Las emisiones de aviones suponen s¨®lo un 10% de las globales provenientes de carburantes l¨ªquidos dedicados al transporte y es la industria automovil¨ªstica la responsable de la mayor¨ªa del CO2. En 2008, el total de la gasolina utilizada para transporte supuso 2.000 millones de toneladas. De eso, la aviaci¨®n comercial utiliz¨® 215 millones.

Para Steele el principal obst¨¢culo para cruzar el valle de parte a parte se encuentra en los gobiernos. ¡°Tienen la oportunidad de apoyar a la aviaci¨®n y descarbonizar el sector, al menos parcialmente. En dos a?os no vamos a tener el 50% de los aviones volando con biocarburantes pero s¨ª podemos esperar que ese camino vaya explotando poco a poco¡±.