Cadena ¡®online¡¯ de favores
Una web pone en contacto a 200.000 personas para ayudar o ser ayudados
Hace unos d¨ªas, la desesperaci¨®n llev¨® a Sandra hasta acabaconlacrisis.es, una web donde ha surgido una cadena de solidaridad. Cont¨® que su familia necesitaba ayuda para pagar la hipoteca, pues el desahucio parec¨ªa inminente. Tambi¨¦n les hac¨ªa falta ropa y comida. Sus padres no tienen trabajo y sus hermanos est¨¢n enfermos. Al final del mensaje puso su correo electr¨®nico, su n¨²mero de m¨®vil y una frase: ¡°Tengo 14 a?os y no s¨¦ qu¨¦ hacer. Por favor, necesitamos ayuda urgente¡±.
El tel¨¦fono no tard¨® en sonar. Contest¨® su madre. ¡°Era una se?ora que nos ofrec¨ªa comida porque hab¨ªa visto un anuncio en Internet. Yo no sab¨ªa que mi hija hab¨ªa hecho eso¡±, dice Maite G¨®mez Freire, la madre de Sandra. Maite tiene 38 a?os y ¡°una depresi¨®n de caballo¡±. ¡°Estamos muy mal. Ya nos lleg¨® la carta de desahucio. Nos echan el 14 de enero. Mi marido cobra 426 euros por el paro y ese es nuestro ¨²nico ingreso. Mis hijos, de 10 y 11 a?os, padecen trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n con hiperactividad. Y Sandra, que la ves tan responsable, tiene anorexia¡±. Dos personas ya le han regalado comida a esta familia de San Sebasti¨¢n de los Reyes (Madrid). ¡°Pero el principal problema es el desahucio. Ojal¨¢ que alguien nos pueda echar una mano. No perdemos la esperanza porque en esa p¨¢gina responde gente muy buena¡±, agrega.
La web acabaconlacrisis.es comenz¨® a funcionar en 2009. Ansel Cambra, un chef gallego afincado en Madrid, se dio cuenta de que mucha gente a su alrededor lo estaba pasando mal. ¡°Yo pod¨ªa ayudar a uno o dos, pero pens¨¦ que a trav¨¦s de un sitio web la gente podr¨ªa sumarse para ayudar¡±, recuerda. Pronto el boca a boca hizo que la p¨¢gina creciera. ¡°Hoy en d¨ªa, unas 200.000 personas se ponen en contacto cada mes en toda Espa?a para ayudar o ser ayudados¡±.
La p¨¢gina da tambi¨¦n consejosy trucos para sobrevellar la crisis
El sitio pretende levantar el ¨¢nimo y resolver problemas. Ofrece reflexiones, pensamientos, relatos y chistes. Trucos para ahorrar, listas con empresas que hacen promociones y descuentos, recetas para cocinar sano y barato, asesores (abogados, psic¨®logos, financieros), y, sobre todo, una cadena de favores. La gente pone un anuncio diciendo lo que necesita y lo que ofrece a cambio. Es un trueque. Hay quien solo desea realizar una donaci¨®n en especie. O quien comparte su experiencia acerca de c¨®mo super¨® un problema.
Sencillas o complejas, todas las necesidades tienen cabida. El otro d¨ªa, Lola Arroyo, de Alcal¨¢ de Henares, escribi¨® que su m¨®vil se hab¨ªa roto y no pod¨ªa comprar otro. ¡°Si alguien tiene alguno en un caj¨®n, a m¨ª me apa?ar¨ªa¡±. Horas despu¨¦s, el propio Cambra se puso en contacto con ella para darle uno. Elsa Rodr¨ªguez ofreci¨® ropa y juguetes de ni?o a quien le reparara una l¨¢mpara. Carlos Fern¨¢ndez se puso en contacto con ella y ahora el hijo de este no para de jugar con sus nuevos juguetes. Mario Hern¨¢ndez, un ecuatoriano que reside en Madrid desde hace 10 a?os, explic¨® que no tiene trabajo, no cuenta con la prestaci¨®n de desempleo, su esposa est¨¢ a punto de dar a luz y no tienen para pagar el alquiler de la habitaci¨®n donde viven en Villaverde (Madrid). Gemma V¨¢zquez ley¨® el mensaje y enseguida llam¨® a Mario para ofrecerle los 250 euros que necesitaba para pagar un mes m¨¢s de alojamiento. ¡°Mi nena est¨¢ a punto de nacer y yo he ido a varias entrevistas. Es casi seguro que me contraten en un bar. La ayuda de Gemma me dio un gran respiro¡±, dice Mario lleno de agradecimiento.
Pero no todas las peticiones llegan a buen fin. El pasado noviembre, Alejandra Garc¨ªa, 40 a?os, dos en el paro, pidi¨® dinero para ir a una entrevista de trabajo en Legan¨¦s (Madrid). ¡°No tengo para el transporte y no s¨¦ qu¨¦ hacer¡±, subray¨®. M¨¢s de un mes despu¨¦s, cuenta que no recibi¨® ninguna respuesta, no fue a la entrevista y sigue sin trabajo. Paulina Gonz¨¢lez necesitaba que alguien le diera clases de ingl¨¦s a su hija. A cambio, ella ofrec¨ªa ense?ar matem¨¢ticas. Nadie llam¨®. ¡°La intenci¨®n de intercambio se frustr¨® y tuve que apuntar a mi hija en una academia¡±, dice con resignaci¨®n.
Cambra, sin embargo, destaca que ¡°a trav¨¦s de la p¨¢gina se han resuelto varios casos: gente que ha dejado de vivir en la calle o que ha encontrado trabajo o le han dado ropa y comida, o gente que ahora tiene, por lo menos, otro enfoque psicol¨®gico para afrontar su situaci¨®n¡±. Y a?ade: ¡°Recuerdo el caso de una se?ora parapl¨¦jica que necesitaba alguien que le echara una mano porque no ten¨ªa dinero para pagar una asistenta. Y si no ten¨ªa una asistenta, le iban a quitar a su hija porque no pod¨ªa hacerse cargo de ella. Otra persona dijo que necesitaba un sitio para vivir. Esta se?ora la dej¨® vivir en su casa a cambio de que la ayudara. Y as¨ª evit¨® que le quitaran a su hija. Yo creo en la solidaridad entre la gente. Si no lo creyese, la p¨¢gina no tendr¨ªa sentido¡±.
Donante y receptor se encuentran cara a cara, y eso evita los recelos
Para demostrarlo est¨¢, entre otros, Mar¨ªa Franco, una viuda pensionista de 43 a?os, madre de cuatro hijos. Un d¨ªa se puso a buscar en Internet alguna ONG para donarle ropa, zapatos y libros. ¡°Encontr¨¦ algunas, pero hab¨ªa que llevarles las cosas en un horario espec¨ªfico y me dio la impresi¨®n de que hac¨ªan esperar mucho a la gente para darles ayuda. Segu¨ª buscando hasta que di con acabaconlacrisis.es. Vi que hab¨ªa personas que requer¨ªan algo concreto y me puse en contacto con dos familias. Ambas tienen tres ni?os y pude entregarles una modesta ayuda¡±.
Todos los d¨ªas, Cambra pasa cuatro o cinco horas gestionando la p¨¢gina. ¡°Hago o respondo llamadas y correos, contacto a los asesores, coordino actividades¡ Vivo con mi pareja y todav¨ªa no tenemos hijos, as¨ª que mi tiempo libre lo dedico a la web¡±. Dice que est¨¢ pendiente de los anuncios y respuestas de la gente para no permitir abusos o timos. ¡°Para ello pedimos que demuestren su situaci¨®n, con la cartilla del paro, por ejemplo. Adem¨¢s, la gente que ayuda ve directamente a las personas necesitadas y muchas veces les piden que demuestren su mala situaci¨®n. Y recomendamos que no muevan dinero¡±.
Cambra ha impartido cursos de cocina en varios restaurantes y se ha dado cuenta de que se desperdicia mucha comida. Por eso ahora, a trav¨¦s de acabaconlacrisis.es, acaba de lanzar un reto: ¡°Que los restaurantes den la comida que les sobra a personas que no tengan algo que llevarse a la boca. Puede ser de dos maneras: que a ¨²ltima hora alguien pueda ir a comer al restaurante o que la gente vaya cada d¨ªa a recoger su raci¨®n. Es otra manera de ayudar. Si alguien tiene con qu¨¦, pero no sabe c¨®mo ayudar, que se pongan en contacto conmigo y yo le digo¡±.
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