¡°Somos m¨¢s importantes que la mar, por desgracia¡±
El presidente de la Federaci¨®n de Bancos de Alimentos lamenta que su labor tenga tanta relevancia social
¡°Pues arroz con leche, que soy asturiano¡±. No importa que en la bandeja del autoservicio figure ya la paella: la asturian¨ªa tiene esas cosas, y Jos¨¦ Antonio Busto (Mieres, 1937) la ejerce. Como ejerci¨® de qu¨ªmico experto en asfaltos en una petrolera, como ejerce de banquero de algo tan b¨¢sico como la comida. Gente como ¨¦l contribuye a que la tengan un mill¨®n y medio de personas agobiadas por una crisis de la que, dice, ¡°se est¨¢ dando una visi¨®n demasiado pesimista¡±. Porque en toda Europa cuecen habas, razona: ¡°En la UE hay 42 millones de personas que necesitan ayuda alimentaria. No somos el ¨²nico pa¨ªs en dificultades y a veces lo parece¡±.
Busto, con la escultura del ¨²ltimo Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia en su despacho, aterriz¨® en esa tarea reci¨¦n enviudado y 15 d¨ªas despu¨¦s de jubilarse por su quinta. ¡°Me parec¨ªa muy raro eso de levantarme y preguntarme: ¡®A ver qu¨¦ hago hoy¡±. Ante ¡°ese panorama desolador¡±, aterriz¨® de voluntario en el banco de Madrid, uno de los 54 que conforman la Federaci¨®n Espa?ola de Bancos de Alimentos que ¨¦l preside desde hace un par de a?os. Unas organizaciones que funcionan sobre todo gracias a pensionistas como ¨¦l ¡ªincluido alg¨²n general entre los 2.000 voluntarios¡ª. Gente que quiere sentirse ¨²til, mantener la obligaci¨®n ¡°de una jornada laboral normal¡± y realizar ¡°una tarea muy gratificante¡±.
El banquero de alimentos habla junto a un ventanal que deja ver casi una dehesa. Es el recinto que alberga tambi¨¦n los almacenes desde donde se distribuyen toneladas de productos a entidades sociales. ¡°Deber¨ªamos tratar la comida como algo que hay que medir, con m¨¢s cuidado¡±, dice, mientras se esmera por no dejar nada en el plato.
Busto preside la Federaci¨®n Espa?ola de Bancos de Alimentos
Se embala a echar cuentas: ¡°En la UE se tira la mitad de los alimentos que se producen, 98 millones de toneladas de comida, es decir, 18 kilos por persona y a?o. En Espa?a suponen 12.000 millones de euros. El 42% se tira en los hogares, que desperdician 200 gramos por persona y d¨ªa, ocho veces m¨¢s que los supermercados¡±.
Un despilfarro que convive con personas que rebuscan en los contenedores ¡ª¡°Es una gran tristeza verlo¡±¡ª y contra el que Busto propone, am¨¦n de revisar normativas, ¡°educar a la gente para que compre de otra manera¡±. ¡°El otro d¨ªa le¨ª una recomendaci¨®n: ¡®No vaya con hambre al supermercado, porque seguramente compra m¨¢s¡¯. Quiz¨¢ tengamos que ir por esa l¨ªnea¡±.
Quiz¨¢ haya que cambiar tambi¨¦n otras cosas. ¡°Nuestra solidaridad es un poco sentimental. Debe ser una virtud moral: hacer lo que hay que hacer, apetezca o no¡±, reflexiona rumbo al postre. ¡°En una operaci¨®n kilo llevamos un cartel que dec¨ªa: ¡®Nos hace falta lo que a ti te sobra¡¯. Lleg¨® un se?or¨ªn de 80 a?os y nos dijo: ¡®No me sobra nada, pero como habr¨¢ gente que lo necesita m¨¢s que yo, aqu¨ª est¨¢n estas dos bolsas¡¯. Ese concepto de solidaridad es lo que nos hace falta¡±, defiende. Y eso que la crisis la ha puesto en primera l¨ªnea: desde 2010, las donaciones a los bancos han crecido ¡°un 60%¡±, pero la demanda se ha duplicado. Quedan al menos un mill¨®n de personas por cubrir, calcula Busto.
¡°Un concejal me plante¨® hace tres a?os: ¡®Como esto siga as¨ª, vas a ser un t¨ªo importante. Nos vas a dar de comer¡¯. Por desgracia, ahora somos m¨¢s importantes que la mar¡±, relata cuando los platos se han quedado limpios. Incluido el del arroz con leche.
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