¡°El inspector jefe pidi¨® salir en mi novela del ¡®C¨®dice¡±
El juez que investig¨® sobre el robo del Codex calixtinus publica una novela inspirada en el suceso
Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn (A Merca, Ourense, 1968) espera tras una cerveza, junto a su mujer, Bea, y, nada m¨¢s sentarse enfrente la periodista, la pareja se da un piquito sin importarle un pepino la presencia extra?a. ¡°Es que acabamos de discutir¡±, justifican antes de recordar que tienen poco tiempo porque luego les esperan en la radio. El juez V¨¢zquez Ta¨ªn, conocido por sus amigos como To?o, apodado por algunos como El Garz¨®n gallego, no deja de dar sorpresas. Empez¨® en 1999 en Vilagarc¨ªa (Pontevedra) dirigiendo golpes contra narcos y en 2011, ya en Santiago, le cay¨® la investigaci¨®n del robo del Codex Calixtinus. A punto de cerrar esta instrucci¨®n, hace menos de dos semanas le toc¨® juzgar al extorsionador de la baronesa Thyssen por chantajear tambi¨¦n al exde¨¢n de la catedral. Y siete d¨ªas despu¨¦s hizo crujir las catacumbas de la bas¨ªlica al anunciar la editorial compostelana Te¨®filo la publicaci¨®n de la primera novela (puede que no la ¨²ltima, porque su esposa ya reclama la secuela) del magistrado.
La leyenda del santo oculto es una intriga que se desarrolla alternativamente en los albores del siglo IX y la actualidad, durante el a?o que dur¨® la resoluci¨®n del rapto del manuscrito medieval. El libro sale a la venta la semana que viene, pero la pol¨¦mica ya est¨¢ en la calle. A Ta¨ªn le sobran detractores y estos aguardan pacientes a que alg¨²n d¨ªa el juez patine. El hecho de publicar una novela hist¨®rica y de suspense que bordea el l¨ªmite entre la realidad y la ficci¨®n, el sumario de la causa y la literatura, la autobiograf¨ªa y la invenci¨®n de personajes justo cuando se dice que el juicio es inminente, ha suscitado cr¨ªticas.
El autor asegura que quienes lo han puesto verde son de su gremio, la judicatura, y que si no ha esperado ¡°tres a?os¡± para novelar el robo es porque se dej¨® aconsejar por amigos: ¡°De septiembre a Navidad publican los consagrados. Mi momento era enero¡±. Y asegura que la idea la viene madurando desde que hizo el Camino de Santiago, en 1999. Claro que lo del C¨®dice era imposible que se le ocurriese entonces.
Aqu¨ª no hay un final prosaico, con un electricista clept¨®mano, sino una secta misteriosa, sexo clerical y puertas ocultas. Aunque s¨ª aparecen reporteros que se multiplican ¡°como ratas¡±, un de¨¢n viejo que se aferra al puesto y trabajadores del templo que roban; aut¨¦nticas ¡°cucarachas¡±. Una obra con tanto morbo recibi¨® ofertas de dos editoriales poderosas, pero ¨¦l quiso ¡°hacer pa¨ªs¡± y quedarse con una modesta, ¡°y gallega¡±.
Hay cargos de la Iglesia que han le¨ªdo el borrador y le han asegurado que alguno del cabildo se puede ¡°dar por aludido¡±. Hay un cura que en el interrogatorio reconoce sus debilidades: ¡°Una cama vac¨ªa es como una tumba en vida. No es el sexo. (...) Es notar el candor de la vida al lado¡±. Y Ta¨ªn despeja dudas: ¡°Esa confesi¨®n es real, de un momento de mi vida¡±.
Incluso los nombres y descripciones de muchos personajes se corresponden con los de los polic¨ªas que desentra?aron el robo aut¨¦ntico, el fiscal Antonio Roma, gente de la catedral y el propio juez. En la trama es To?o, es decir, Ta¨ªn, casado tambi¨¦n con Bea. Seg¨²n el magistrado, ¡°todos los que aparecen con su nombre, como el inspector jefe de Patrimonio, Antonio Tenorio, es porque pidieron salir¡±.
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