Toneladas de ropa usada se recogen en contenedores ilegales

La moneda de la crisis tiene, cuando gira, una cara amable, la de la solidaridad. Estos largos meses de penuria no han sido malos para las donaciones, que se mantienen, ni para el voluntariado, que vive tiempos de abundancia. Una sociedad, en definitiva, sensibilizada con el vecino que sufre, pero, ?ad¨®nde va la caridad? La Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un estudio en el que denuncia la aparici¨®n sin control en las ciudades de contenedores de recogida de ropa usada. Lo critican porque muchos de ellos no tienen autorizaci¨®n para estar en las calles y porque a veces llaman al enga?o con s¨ªmbolos de solidaridad cuando sus objetivos son perfectamente lucrativos. Adem¨¢s, afirman en la organizaci¨®n, est¨¢n perjudicando a ONG y empresas de reciclaje, ¡°al tiempo que supone un fraude a las expectativas de los ciudadanos¡±.

?Un solo contenedor pirata puede generar al a?o 3.500 euros teniendo en cuenta que la tonelada se compra a 350 euros. ¡°Y estas organizaciones colocan m¨¢s de un contenedor en las ciudades por lo que sus ingresos pueden multiplicarse por 10 o por 20¡±, dice la OCU.

Directamente perjudicados por estas pr¨¢cticas est¨¢n las entidades de la Asociaci¨®n Espa?ola de Recuperadores de Econom¨ªa Social y Solidaria (Aeress), que generan empleo entre colectivos desfavorecidos con el tratamiento y venta de esta ropa usada. ¡°Todas nuestras entidades trabajan de forma legal y nuestro objetivo, adem¨¢s del reciclado de residuos es la formaci¨®n y el empleo de personas en riesgo de exclusi¨®n¡±, explica la coordinadora, Laura Rubio. Aeress agrupa a 23 organizaciones que trabajan con el textil en 12 comunidades aut¨®nomas, lo que suponen 863 empleos.

En Madrid, 14 de los 16 contenedores analizados eran pirata

C¨¢ritas en Arag¨®n tambi¨¦n se queja de estos contenedores pirata y de otros a los que los Ayuntamientos autorizan la recogida de ropa pero hacen competencia a las organizaciones solidarias. ¡°Nuestro proyecto es de inserci¨®n laboral para mujeres a trav¨¦s del reciclado de ropa. Estas personas adquieren h¨¢bitos de horarios, disciplina laboral, formaci¨®n en costura, por ejemplo, y tienen unos ingresos por tratar la ropa¡±, explica el coordinador del proyecto, Jes¨²s Luesma. Despu¨¦s, las prendas se venden en tiendas de Arag¨®n, que se llaman A todo trapo, como el proyecto. Y el dinero recaudado vuelve a C¨¢ritas.

La OCU ha analizado la situaci¨®n en cuatro grandes ciudades, Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. En Madrid, de 16 contenedores revisados 14 eran piratas. Muchos de ellos no llevaban identificaci¨®n y aquellos que s¨ª la ten¨ªan, no respond¨ªan con coherencia al otro lado del tel¨¦fono, explican. Pero no todos los autorizados tienen fines solidarios, advierten.

Humana es una de las ONG que tienen m¨¢s presencia en este asunto. Son los autorizados por el Ayuntamiento de Madrid para la recogida de la ropa, por ejemplo. Tambi¨¦n dicen sentirse perjudicados por los contenedores pirata. ¡°Desprestigia la actividad, poco a poco la ciudadan¨ªa entiende que esto es algo oscuro¡±, dice un portavoz de la organizaci¨®n. Humana tiene 6.000 contenedores por Espa?a. Clasifican la ropa y parte de ella la venden en sus tiendas en Espa?a y en otras de ?frica, Mozambique sobre todo. ¡°En esos pa¨ªses cerca del 90% no puede comprar ropa nueva¡±, dicen. Clasifican unas 9.000 toneladas al a?o, la mitad de lo que recogen. La otra parte se vende por kilos. Defienden que en Mozambique entre 3.000 y 4.000 personas viven de este comercio y destacan que el dinero que recaudan lo emplean en proyectos de desarrollo all¨ª, agricultura y educaci¨®n. Humana ha estado en ocasiones muy cuestionada. Ahora recitan las cuentas ¡°auditadas¡±: 15,4 millones de ingresos y los mismos de gastos y proyectos, explican.

Pero esta actividad exterior no es bien vista por todos. Jes¨²s Luesma, de C¨¢ritas, cree que ¡°se desequilibra el comercio aut¨®ctono y se rompen los mercados de algunos pa¨ªses, sobre todo si tienen textil¡±. ¡°En todo caso, la gente deber¨ªa saber si la ropa que est¨¢ echando al contenedores vender¨¢ luego en el tercer mundo y si se trata de una actividad con ¨¢nimo de lucro¡±, dice. Y pide, como la OCU, que los Ayuntamientos retiren de inmediato los contenedores que no est¨¦n autorizados e incluyan una cl¨¢usula social en sus contratos de autorizaci¨®n.

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