¡°Ahora solo me dedico a torear a los pol¨ªticos¡±
La antigua rejoneadora ha dedicado su vida a enfrentarse al autismo
En el Parlamento brit¨¢nico la presentaron como una de las 10 mujeres toreras de Espa?a. Pero la vida de Isabel Bayonas tiene m¨¢s posos de los que deja en su caf¨¦, que pide corto ¡°y con buena leche, que mala hay mucha¡±. Adem¨¢s de exrejoneadora es la fundadora de la Organizaci¨®n Mundial del Autismo (OMA) y la presidenta, entre otros cargos, de la Asociaci¨®n de Padres de Personas con Autismo (APNA), que fund¨® en su sal¨®n.
A la C¨¢mara de los Lores fue como presidenta de la OMA. Aunque, por lo que cuenta, a los ingleses les llam¨® m¨¢s la atenci¨®n su segunda profesi¨®n. ¡°No se cre¨ªan que aparte de presidenta fuese torera. Lo fui, claro que s¨ª, pero ahora a los ¨²nicos que toreo es a los pol¨ªticos¡±, confirma flamenca esta mujer de 68 a?os. Tiene fama de batalladora y lo demuestra. Si algo queda claro durante la conversaci¨®n es que siempre consigue lo que se propone: salir del ruedo entre aplausos en una ¨¦poca, dice, en que estaba prohibido que las mujeres pusieran siquiera un pie en la arena, o levantar el primer centro para personas autistas en Espa?a: un trastorno que afecta a la comunicaci¨®n e interacci¨®n, y que muchos relacionaban entonces con los autom¨®viles, rememora.
No fue en coche, sino en avi¨®n, como ella y su marido, piloto de combate, arrojaron algo de luz. Corr¨ªa 1978 y la combinaci¨®n entre ambos, a tenor del resultado, cas¨® tan bien como la mezcla de tomate con aceite que extiende sobre la barrita de pan tostado de la que se ha encaprichado al v¨¦rsela a un cliente. Entre bocado y bocado, esta mujer recuerda que cuando naci¨® su hijo David no habl¨® hasta los nueve a?os y medio. Y c¨®mo durante ese tiempo vag¨® de consulta en consulta hasta que por fin un m¨¦dico supo decirle por qu¨¦ su hijo se autolesionaba y no se comunicaba: ten¨ªa autismo, pero en Espa?a no hab¨ªa especialistas. As¨ª que aprovechando la condici¨®n de su marido, viaj¨® hasta EE UU e Inglaterra, donde s¨ª hab¨ªa asociaciones de este tipo, y a la vuelta organiz¨® el primer simposio internacional sobre este trastorno. Cuenta que acudieron 1.800 personas de todos los pa¨ªses y que el ministro de Sanidad de la ¨¦poca, Enrique S¨¢nchez de Le¨®n (UCD), se comprometi¨® a ayudarles. Por si acaso, ella se present¨® el lunes siguiente en su despacho con los planos del centro que quer¨ªan edificar y lo que hab¨ªan calculado que costaba: 11,8 millones de pesetas.
Era mucho dinero y su obtenci¨®n no depend¨ªa de este ministro, pero sali¨® de all¨ª, dice, con la total certeza de que levantar¨ªan el centro Leo Kanner, como ocurri¨®.
Muchos a?os antes tuvo esa misma sensaci¨®n. Aquel d¨ªa de 1964 era su presentaci¨®n en el ruedo. Su padre, ganadero, quien le ense?¨® a montar a caballo, le hab¨ªa aleccionado contra el fracaso. ¡°Te estrenas en tu pueblo: o sales a hombros, o te estrellas¡±, recuerda que le dijo hace 50 a?os, ¡°cuando lo menos que te llamaban por torear era marimacho¡±. Asegura que sab¨ªa que iba a triunfar. La plaza de su pueblo, en Lorca (Murcia), estaba llena y, en un momento dado, Curro, su caballo, no respondi¨®. Quiso bajarse y rematar ella misma al toro, pero la sujetaron entre varios. Nerviosa, lleg¨® a pedirle la pistola a un polic¨ªa para terminar la faena: ¡°Obviamente, no me la dio¡±. Ten¨ªa 18 a?os, y el astado muri¨® a manos de otro. Pero ella se llev¨® las dos orejas.
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