?De qui¨¦n depender¨¢... la dependencia?
Crecen las asignaciones para que el dependiente pague el servicio fuera del sistema p¨²blico Algunos ven en ello un paso hacia la privatizaci¨®n Las aseguradoras quieren participar
Privatizar. La palabra de la pol¨¦mica, las pancartas y las manifestaciones; la que unos conjuran y otros enarbolan, ha llegado al sistema de la dependencia. No alcanza a¨²n el eco conseguido en la sanidad p¨²blica, pero no son pocos los que alertan de que se est¨¢ desvirtuando el esp¨ªritu de un sistema que naci¨® p¨²blico y universal. Los que avisan de ello empezaron a ver las orejas al lobo en algunas declaraciones de los actuales responsables gubernamentales, como las del secretario de Estado de Servicios Sociales, Juan Manuel Moreno, hace unos meses, recogidas por la agencia Efe: ¡°Queremos derivar gran parte de la actividad hacia el sector empresarial porque es lo sensato, hay muchas empresas que se dedican a ello, es un sector maduro que hace un magn¨ªfico trabajo¡±. Se trataba, repet¨ªa entonces, de hacer ¡°sostenible¡± el sistema.
El sector empresarial siempre ha estado presente en este ¨¢mbito. Servicios como los de residencias geri¨¢tricas, centros de d¨ªa o ayuda a domicilio son ofrecidos por empresas privadas, aunque lo paga el Estado y el propio beneficiario. Y no hay mucho que objetar a ello, casi nadie niega que esta colaboraci¨®n p¨²blico-privada es adecuada. La propia redacci¨®n de la ley recoge que los cuidados en casa solo se pagar¨ªan de forma excepcional, cuando los servicios profesionales no estuvieran al alcance. A pesar de ello, en los pocos a?os que lleva el sistema en marcha, desde 2007, se han concedido m¨¢s pagas para los cuidadores familiares que prestaciones para abonar estos servicios fuera del hogar. El Gobierno actual se propuso revertir esa situaci¨®n. ?Se refer¨ªa a eso Moreno con aquella frase en Sevilla? Parece claro que s¨ª, pero el resultado, dice la oposici¨®n, est¨¢ muy lejos del deseado. ¡°Lo que ahora nos est¨¢n ofreciendo es un cheque-servicio, y todo el mundo sabe lo que significa eso, privatizar el sistema¡±, dice la consejera asturiana de Bienestar Social, Esther D¨ªaz.
El cheque-servicio, que tantas veces se ha intentado implantar en el sistema educativo, consiste en dar un dinero a los padres para que ellos, supuestamente, elijan el colegio que deseen. Los cr¨ªticos sostienen que, a la larga, sucede exactamente lo contrario: es el colegio el que elige a los padres y alumnos que desea. El cheque-servicio equivaldr¨ªa en dependencia a la llamada Prestaci¨®n Econ¨®mica Vinculada al Servicio, una ayuda, de las ocho que se conceden, que no hab¨ªa tenido demasiado desarrollo hasta ahora. Se trata de dar un dinero para que el dependiente pague por un servicio, una plaza de residencia, un centro de d¨ªa o un cuidador profesional. Solo Extremadura, Castilla y Le¨®n y Arag¨®n, por ese orden, tienen un porcentaje estimable de estas prestaciones. Pero es la ¨²nica que crece en estos momentos. En los datos estad¨ªsticos que acaba de hacer p¨²blicos el Gobierno, correspondientes a diciembre, todas bajan, excepto esa.
A pesar de que la ley tampoco da car¨¢cter prioritario a esta ayuda y establece que ¨²nicamente se conceder¨¢ cuando no sea posible el servicio p¨²blico.
¡°En Asturias se hizo mucho esfuerzo por tener residencias y centros de d¨ªa p¨²blicos; hay, pues, oferta, pero primar esta ayuda aboca a los centros privados all¨ª donde no haya oferta p¨²blica. Pero para pagar estas plazas no les alcanzar¨¢ con el dinero que les dan [el cheque-servicio], as¨ª que, el que pueda completar el resto de lo que cuesta una plaza de residencia, por ejemplo, pues lo tendr¨¢ que poner de su bolsillo y el que no, se tendr¨¢ que ir a la beneficencia¡±, dice la consejera asturiana.
Son dos los peligros que los expertos ven en este cheque: la creaci¨®n de un sistema dual, donde los que puedan pagar ser¨¢n bien recibidos en geri¨¢tricos con dotaciones (con podolog¨ªa, fisioterapia, peluquer¨ªa...) y los centros p¨²blicos se quedar¨¢n para aquellos que no tengan nada que sumar a ese cheque, que tampoco es tan alto, pues puede rondar entre los 500 y los 700 euros. Por decirlo en palabras llanas: los ricos a lo privado y los pobres a lo p¨²blico.
Para calcular el copago del usuario en las ayudas que se reciben por dependencia se tiene en cuenta la renta y el patrimonio ¨²nicamente del beneficiario.
Pero si en lugar de conceder una plaza de residencia dan un cheque con dinero, en el que ya se tiene en cuenta ese copago, las familias, los hijos, podr¨¢n verse obligadas a aportar de su bolsillo para completar lo que falte para la residencia del anciano. Las que puedan, claro.
A menos que se haya sido previsor y ahorrador y se haya contratado un seguro de dependencia. Desde 2007 empezaron a aparecer t¨ªmidamente, aunque no acaban de despegar. Apenas 26.000 personas los han contratado entre los 100 millones de p¨®lizas que existen de todo tipo. ¡°Est¨¢n estancadas, en el ¨²ltimo a?o han crecido un 7,25%, pero con una cifra tan peque?a eso no significa mucho¡±, dicen en la patronal de las aseguradoras, Unespa.
¡°Lo que buscan las aseguradoras no es cambiar un sistema p¨²blico por uno de seguros privados, sino complementar lo que ya paga el ciudadano¡±, asegura el director del ¨¢rea de seguros privados de Unespa, Luis Miguel ?valos. En Espa?a, dice ?valos, ¡°no hay mucha experiencia con estos seguros, que son muy especializados, y se necesita que el Gobierno proponga incentivos fiscales para hacerlos atractivos. Y no los est¨¢n incentivando, ni jur¨ªdica ni fiscalmente. Dicen que lo tendr¨¢n en cuenta, pero que no es el momento¡±. ?valos cree que solo de esta forma se consolidar¨ªa el sistema. El problema, dicen, es que no hay desgravaciones fiscales por dependencia cuando ya se ha llegado al tope con otros seguros, por ejemplo, uno de vida o de jubilaci¨®n.
?Pero tiene la poblaci¨®n espa?ola para seguros? ¡°Normalmente los que contratan estas p¨®lizas son los que ya tienen alguna otra, de vida, por ejemplo. A los que les preocupa que puedan ser un problema para terceros. Nuestro segmento es la clase media¡±, reconoce ?valos. ¡°Aquellos dependientes a los que el Estado les paga todo porque no les llega tampoco tendr¨ªan capacidad para asumir un seguro¡±, admite.
A pesar de ello, explica que no son caros. Los hay de dos tipos, unos tienen una prima mensual muy barata, apenas el precio de salir a comer un d¨ªa a un restaurante, dice ?valos. El problema de estos es que si llegada una edad uno no se ha convertido en dependiente lo pierde todo, o como dicen las aseguradoras, ¡°no acumulas un ahorro¡±. El segundo, el de la prima m¨¢s cara, s¨ª constituye un ahorro para la jubilaci¨®n aunque no se haya ca¨ªdo en la dependencia. ¡°La capacidad de los espa?oles es limitada, pero todo es cuesti¨®n de prioridades¡±, dice ?valos.
La prioridad de Jos¨¦ Luis G¨®mez-Oca?a, presidente de la Plataforma por la Ley de la Dependencia de Castilla-La Mancha, es atender a sus hijos, con gran dependencia ambos. Se acerc¨® a una de estas aseguradoras para ver qu¨¦ le ofrec¨ªan. ¡°Yo hice como que el seguro era para m¨ª. Lo primero que me dijeron es que el sistema de dependencia no era sostenible, que no hab¨ªa dinero p¨²blico para atenderlo, lo mismo que dicen aqu¨ª los pol¨ªticos, y que si a los 85 a?os yo no hab¨ªa tenido problemas el seguro se extingu¨ªa. Adem¨¢s, no vale para gente que ya est¨¦ reconocido dependiente. Buscan gente sana¡±, lamenta.
El mensaje sobre la no sostenibilidad del sistema al que se refiere G¨®mez-Oca?a tambi¨¦n es criticado por pol¨ªticos en las filas socialistas. La consejera andaluza de Salud y Bienestar Social, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, cree que el Gobierno ¡°est¨¢ lanzando dudas sobre la credibilidad del sistema y sobre el uso que dan los ciudadanos a las prestaciones. Igual que se ha hecho con los medicamentos, que se acus¨® a los mayores de defraudar con sus recetas, se hace ahora con la dependencia, filtrando el informe del Tribunal de Cuentas para decir que las familias estaban cobrando lo que no les correspond¨ªa¡±.
El secretario de Estado de Servicios Sociales, Juan Manuel Moreno, tambi¨¦n lanz¨® mensajes de fraude al criticar las ayudas que se conceden a las mujeres que cuidan a los ancianos en casa. ¡°Venden la libre elecci¨®n del ciudadano cuando hablan del cheque-servicio, pero cuando esos mismo ciudadanos eligen libremente la prestaci¨®n econ¨®mica para cuidar en casa les penalizan¡±, dice Mar¨ªa Jes¨²s Montero. Estas ayudas han ca¨ªdo un 15% en el mejor de los casos, en algunas comunidades mucho m¨¢s. ¡°Claro que se est¨¢ privatizando la ley. El Estado se ha ido retirando de la financiaci¨®n y las comunidades se ver¨¢n abocadas a ofrecer el cheque-servicio. Eso ya no te obliga a hacer una oferta p¨²blica de centros. Bastar¨¢ con la privada¡±, a?ade Montero.
Los mensajes son importantes. Pablo Cobo, al que algunos llaman padre de la Ley de Dependencia aunque ¨¦l prefiere decir con modestia que particip¨® activamente en su redacci¨®n, trabaja hoy como director de la revista de la Fundaci¨®n Caser (Caser es un grupo de seguros con 70 a?os de experiencia), de la que es vicepresidenta Amparo Valcarce, que fue secretaria de Estado con Zapatero y responsable de esta misma ley. Cobo opina que los servicios sociales ¡°nunca han sido p¨²blicos en el ¨¢mbito institucional, la gesti¨®n siempre ha sido muy privada, tampoco hay que rasgarse las vestiduras en ese sentido¡±. Critica que hayan ¡°disminuido los presupuestos dr¨¢sticamente¡±, pero sobre los seguros privados afirma que ¡°ya se contemplaban en la ley para garantizar al ciudadano que pueda hacer frente al copago, como en el sistema franc¨¦s¡±. Reconoce que si se generaliza la prestaci¨®n vinculada al servicio, [el cheque] ¡°se cede al ¨¢mbito privado la gesti¨®n de los servicios p¨²blicos, pero no es un drama, es una forma de hacer¡±. Es, a su juicio, una f¨®rmula que compensa una parte del gasto p¨²blico en lugar de que lo cubra todo la Administraci¨®n.
El director de la Fundaci¨®n Caser, Juan Sitges, niega en redondo que la ley se est¨¦ privatizando. ¡°Son opiniones infundadas, solo se baraja complementar lo p¨²blico con f¨®rmulas del sector privado. Es como las pensiones, a las que tenemos derecho, pero donde tambi¨¦n hay cabida para productos privados¡±, defiende. ?Podr¨¢ todo el mundo suscribir un seguro? ¡°No se trata de tener m¨¢s o menos [dinero] sino de pensar desde que se es joven en planificar. Si ahorr¨¢ramos todos desde los 25 a?os tendr¨ªamos una ayuda complementaria¡±. Reconoce, sin embargo, que las hipotecas no dejan mucho margen de ahorro a los espa?oles.
¡°Las familias con menos renta se ver¨¢n afectadas si deben completar sus pagos mediante seguros privados porque no podr¨¢n pagar estos servicios¡±, dice Vicen? Navarro, catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad Pompeu Fabra. ¡°El sistema p¨²blico de dependencia estuvo subfinanciado desde el principio¡±, dice, y ¡°esta situaci¨®n ha empeorado de una manera muy acentuada en los a?os de crisis debido a los recortes de gasto en estos servicios, que han sido particularmente acentuados en este ¨²ltimo a?o¡±.
Navarro no tiene duda. ¡°S¨ª, hay signos claros de que los partidos conservadores y los de sensibilidad liberal que gobiernan Espa?a y varias comunidades, est¨¢n intentando privatizar los servicios p¨²blicos del Estado del bienestar, incluyendo los de dependencia. Y eso incluye tanto la privatizaci¨®n de la financiaci¨®n como la privatizaci¨®n de la gesti¨®n¡±, a?ade.
¡°Las aseguradoras est¨¢n detr¨¢s del pastel de la dependencia desde que se redactaba la ley. Trataban de incluirlo en la redacci¨®n a trav¨¦s de la patronal de empresarios (CEOE) o de las propias aseguradoras haciendo lobby. Ya antes de redactarse la ley, la CEOE en las mesas de negociaci¨®n defend¨ªa una financiaci¨®n mediante aseguramiento privado¡±, explica una de las responsables de UGT, Almudena Fontecha, que fue protagonista de aquel proceso. ¡°La privatizaci¨®n siempre forma parte de la ideolog¨ªa del PP, pero lo que ocurre ahora es m¨¢s grave, sencillamente se est¨¢ quitando el derecho a los ciudadanos, cada vez hay menos usuarios, es como si en la Sanidad se sacara a un 25% de los enfermos sin m¨¢s¡±.
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