Jos¨¦ G¨®mez Caffarena, te¨®logo amante de ¡°filosofar¡±
Fue uno de los referentes de la renovaci¨®n de la metaf¨ªsica
El 5 de febrero, el mismo d¨ªa que cumpl¨ªa 88 a?os, falleci¨® en Madrid el fil¨®sofo y te¨®logo jesuita Jos¨¦ G¨®mez Caffarena. Con su muerte, la metaf¨ªsica y la filosof¨ªa de la religi¨®n y la teolog¨ªa pierden a una de las personalidades de mayor reconocimiento en Espa?a y Am¨¦rica Latina. Esos fueron sus campos de estudio, investigaci¨®n, docencia y publicaciones a lo largo de m¨¢s de 60 a?os. Doctor en Filosof¨ªa por la Universidad Gregoriana de Roma en 1956, inici¨® al a?o siguiente la docencia como profesor de Metaf¨ªsica en la Facultad de Filosof¨ªa de Alcal¨¢ de Henares, de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. Posteriormente pas¨® a la Universidad de Comillas donde ense?¨® Metaf¨ªsica, Filosof¨ªa de la Religi¨®n y Filosof¨ªa del Lenguaje. Tambi¨¦n fue profesor en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y de la Universidad Gregoriana. En el Instituto de Filosof¨ªa, del CSIC, dirigi¨® durante varios lustros un seminario de Filosof¨ªa de la Religi¨®n.
De 1969 a 1973 public¨® la trilog¨ªa Metaf¨ªsica fundamental, Metaf¨ªsica trascendental y Metaf¨ªsica religiosa (esta en colaboraci¨®n con Juan Mart¨ªn Velasco), que le convirti¨® en uno de los principales referentes de la renovaci¨®n de dicha disciplina. Conocedor de las cr¨ªticas hacia ella, sit¨²a el punto de partida de la reflexi¨®n metaf¨ªsica en nuestra vida como realidad radical. El resultado es una ¡°metaf¨ªsica de sentido¡±, que subraya la doble dimensi¨®n de la raz¨®n, te¨®rica y pr¨¢ctica, al tiempo que reconoce el primado de la segunda.
Inc¨®modo con el papel auxiliar que la neoescol¨¢stica atribu¨ªa a la filosof¨ªa en relaci¨®n con la teolog¨ªa, emprendi¨® el largo y tortuoso viaje de la filosof¨ªa de la religi¨®n, que exig¨ªa reconocer autonom¨ªa a la filosof¨ªa y establecer un di¨¢logo fecundo con la religi¨®n. Su aportaci¨®n m¨¢s relevante es El enigma y el misterio. Una filosof¨ªa de la religi¨®n, su obra cumbre, muy esperada por sus disc¨ªpulos y seguidores, felizmente terminada a los 82 a?os y publicada por Trotta en una edici¨®n muy cuidada. ¡°En este tema¡±, afirma, ¡°he dedicado mucho tiempo de mi vida, por mi dedicaci¨®n como docente de filosof¨ªa y, m¨¢s, por concernimiento personal¡±. Enigma, misterio, sentido, religiones y esperanza son las claves hermen¨¦uticas de esta magna obra, que retratan la personalidad intelectual y religiosa del autor: ¡°El enigma que somos puede tener en el Misterio al que abren las religiones una clave para una esperanza fundada que puede dar sentido a las vidas humanas y alentar su quehacer en los complejos avatares del vivir en la tierra¡±.
Caffarena contribuy¨® a la creaci¨®n del Instituto Fe y Secularidad, del que fue director de 1972 a 1986, espacio privilegiado de di¨¢logo interdisciplinar, cr¨ªtico y autocr¨ªtico, con la Ilustraci¨®n, la secularizaci¨®n y las formas de increencia, donde se encontraban fil¨®sofos, psic¨®logos, soci¨®logos, cient¨ªficos o te¨®logos. En ese contexto surgi¨® unos a?os despu¨¦s el Foro del Hecho Religioso, que Caffarena dirigi¨® con el fil¨®sofo Jos¨¦ Luis L¨®pez Aranguren, donde se daban cita anualmente intelectuales interesados por la significaci¨®n ¨¦tica, cultural y sociopol¨ªtica del fen¨®meno religioso. Especial empe?o puso en el estudio de las Ciencias de las Religiones con la puesta de marcha de un m¨¢ster muy prestigioso en la Universidad de Comillas.
La teolog¨ªa fue otro de sus centros de inter¨¦s intelectual. El concilio Vaticano II fue un acontecimiento decisivo en su vida y en su pensamiento, que le puso en el brete de evolucionar, seg¨²n confes¨®. Su reflexi¨®n teol¨®gica se orient¨® hacia la b¨²squeda del ¡°verdadero cristianismo¡± caracterizado por la recuperaci¨®n de su entra?a humanista y de la dimensi¨®n ¡°¨¦tico-ag¨¢pica del Evangelio¡±, por utilizar sus propias palabras. Fue esa orientaci¨®n del cristianismo la que supo infundir en la Asociaci¨®n de Te¨®logos y Te¨®logas Juan XXIII, en cuya fundaci¨®n intervino y de la que fue secretario.
Kant le ayud¨® a filosofar con libertad y desde la humanidad. De ¨¦l aprendi¨® una importante lecci¨®n: no se ense?a ¡°filosof¨ªa¡±, sino a ¡°filosofar¡±, que puso en pr¨¢ctica ense?ando a varias generaciones de estudiantes y profesores. Bloch le invit¨® a transitar por las sendas de la raz¨®n ut¨®pica y la filosof¨ªa de la esperanza a sabiendas de que ¡°la raz¨®n no puede florecer sin esperanza; la esperanza no puede hablar sin raz¨®n¡±.
Intelectual no dogm¨¢tico, hombre de di¨¢logo, fil¨®sofo del sentido, cristiano ilustrado, Caffarena defendi¨® la plausibilidad filos¨®fica de la fe en Dios, al tiempo que hizo una cr¨ªtica racional de la religi¨®n no con voluntad iconoclasta sino con intenci¨®n purificadora de sus elementos espurios. ?Excelente contribuci¨®n a la religi¨®n y a la religi¨®n!
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