Natalie Nougayr¨¨de: ¡°La informaci¨®n de calidad no puede ser gratis¡±
La nueva directora de 'Le Monde' aboga por un cambio de modelo econ¨®mico en la prensa Pone como ejemplo a 'The New York Times', que cobra por algunos contenidos
Natalie Nougayr¨¨de (Dijon, 1966), la primera mujer que dirige el diario Le Monde, ha alcanzado la c¨²pula del vespertino fundado en 1944 sin haber pasado por un puesto de direcci¨®n. Se considera ¡°una reportera de base¡±, aunque la definici¨®n peca de modestia. Aunque nunca ha sido jefa, es una reportera cl¨¢sica. De raza. Fue corresponsal en Rusia entre 2001 y 2005, y cubri¨® jug¨¢ndose la vida ¡°los cr¨ªmenes de Estado cometidos por Vladimir Putin¡± en Chechenia, y la guerra de Kosovo. En 2005 gan¨® el premio Albert Londres, una especie de Pulitzer franc¨¦s, y de ah¨ª pas¨® a la corresponsal¨ªa diplom¨¢tica. Su historia profesional est¨¢ marcada por la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Nougayr¨¨de se cri¨® en Reino Unido y Canad¨¢ ¨Chija de un ingeniero de minas expatriado-, y all¨ª aprendi¨® ingl¨¦s y ¡°algo de ruso¡±. De vuelta a Francia, empez¨® Medicina en Estrasburgo, pero lo dej¨® pensando, seg¨²n ha contado, que el periodismo le ayudar¨ªa ¡°a viajar y a vencer una parte¡± de su timidez. Al caer el tel¨®n de acero, ¡°fascinada por un libro del expresidente checo Vaclav Havel¡±, la estudiante decidi¨® irse con unos amigos a Europa del Este para ver y contar el hundimiento del comunismo. ¡°Viaj¨¦ a Berl¨ªn, luego a Praga, Budapest y Rumania, y publiqu¨¦ mi primer art¨ªculo en Lib¨¦ration en 1989: era una entrevista con un pastor de Transilvania que hizo la revoluci¨®n contra Ceaucescu¡±. Luego fue colaboradora en Praga para Lib¨¦ration, Radio France International y la BBC; en 1993 se instal¨® en Tiblisi, ¡°y firm¨¦ mi contrato con Le Monde en 1997. Primero estuve en Ucrania y luego en Mosc¨²¡±, recuerda.
Su decisi¨®n de optar a dirigir el m¨ªtico diario franc¨¦s fue una sorpresa incluso para ella. Se anim¨® una noche de enero, y al d¨ªa siguiente mand¨® un correo electr¨®nico a sus colegas anunciando su candidatura. La muerte de Erik Izraelewicz, fulminado por un infarto el 27 de noviembre pasado, hab¨ªa reabierto el complejo proceso de elecci¨®n de director, y Nougayr¨¨de se present¨® ante los accionistas con otros tres periodistas, todos ellos hombres. Los tres miembros principales del Consejo -Pierre Berg¨¦, Xavier Niel y Matthieu Pigasse- decidieron proponer su nombre al conjunto de la Sociedad de Redactores, y estos la eligieron el 1 de marzo con un apabullante 79,9% de los votos ¨Ces indispensable un m¨ªnimo del 60%-.
Todav¨ªa desubicada y algo tensa en su nueva funci¨®n, que llevar¨¢ a cabo durante los pr¨®ximos seis a?os, Nougayr¨¦de recibe a EL PA?S -cuyo grupo editor, PRISA, es socio de Le Monde- en su despacho del edificio levantado por el arquitecto Christian de Portzamparc en el distrito XIII de Par¨ªs. La nueva directora ¨Cfrancos ojos azules, directa y menos retra¨ªda de lo que se dice- cumple con cortes¨ªa pero a rajatabla el pacto previo: media hora de entrevista, y solo un par de preguntas de propina. Su objetivo, marcado por los accionistas, ser¨¢ ¡°culminar la revoluci¨®n digital¡± iniciada por su antecesor. Aunque su vocaci¨®n digital es reciente -en su cuenta de Twitter solo hay un mensaje-, Nougayr¨¦de cree que el futuro de la prensa debe combinar ¡°la rentabilidad de las nuevas plataformas¡± con ¡°el prestigio de una edici¨®n en papel cada vez m¨¢s selecta, m¨¢s pertinente y mejor escrita¡±. Y, a contracorriente, augura larga vida a los peri¨®dicos, siempre que cumplan su pacto fundacional: independencia, pedagog¨ªa y rigor.
Pregunta. ?Qu¨¦ hace una reportera como usted en un despacho como este?
El pacto con el lector exige calidad, veracidad, rigor e independencia. La gente necesita confiar en nuestra palabra
Respuesta. Defender el periodismo que siempre he intentado hacer y que define la cultura de Le Monde. Me gustar¨ªa consolidar el ¡°¨¦lan¡± de este diario y reforzar la idea que lo inspira, lo que realmente sabemos hacer: ir a los sitios donde pasan las cosas, hablar con la gente, ver qu¨¦ hay detr¨¢s de los informes y los discursos oficiales. Podemos tener expertos en muchos temas, y hacer muy buenas piezas de opini¨®n, pero cada vez m¨¢s debemos confirmar las cosas sobre el terreno para conocer la realidad. Siempre he tenido la obsesi¨®n de ser precisa y veraz en mis cr¨®nicas, y espero que eso se refleje tambi¨¦n en el diario, y en todos los soportes.
P. En su primer editorial firmado dijo que la prensa debe huir de ¡°los relatos llave en mano¡± que nos colocan los poderosos.
R. Vivimos inundados por informaci¨®n de todo tipo de fuentes. Internet, radio, televisi¨®n¡ Las noticias llegan durante 24 horas siete d¨ªas a la semana. Le Monde debe jugar un papel de verificador, de vig¨ªa, de gu¨ªa. No ideol¨®gica, sino dando referencias a la gente que se siente desorientada por ese abrumador flujo de noticias. Cada empresario, cada pol¨ªtico, cada actor tiene hoy un asesor de prensa o una agencia e intenta colocar su relato. Los periodistas no podemos aceptar esa trampa sin m¨¢s. El pacto con el lector exige calidad, veracidad, rigor e independencia. La gente necesita tener confianza en nuestra palabra, y por eso es m¨¢s fundamental que nunca contrastar las versiones oficiales.
P. Con la velocidad que exige Internet eso es dif¨ªcil. Y los periodistas cada vez estamos peor vistos por los ciudadanos. No se f¨ªan de nosotros.
R. No s¨¦ c¨®mo es en Espa?a, pero en Francia la fractura entre los ciudadanos y los medios es cada vez mayor. Hace poco vi un sondeo que dec¨ªa que el 73% de los franceses cree que los medios est¨¢n alejados de las preocupaciones reales de la gente, y un cifra parecida considera que est¨¢n demasiado pr¨®ximos al poder. Es verdad que Le Monde tiene una marca de respetabilidad, pero ser¨ªa un error no intentar mejorar. Ser¨ªa sobre todo arrogante pensar que a nosotros nos creen mejores. El contrato de confianza con los lectores se debe consolidar todos los d¨ªas, especialmente para conquistar a los j¨®venes.
El papel no va a desaparecer, pero debemos pensar qu¨¦ damos al lector para que se gaste 1,80 euros?
P. En Italia se ha visto que el voto de protesta contra los pol¨ªticos alcanza tambi¨¦n, y muy directamente, a los medios. ?Le inquieta eso?
R. Refleja una desconfianza grave, sobre todo entre los j¨®venes, y por eso hace falta llevar el estandarte de la calidad del papel a los m¨®viles, las tabletas y la p¨¢gina web. Lo digital nos acerca a muchos lectores nuevos, pero tenemos que consolidar la innovaci¨®n tecnol¨®gica creando un nuevo modelo econ¨®mico. El valor a?adido de la informaci¨®n de calidad ¨Cy sin calidad no hay verdadera informaci¨®n- no puede seguir siendo solamente gratuito. Tendremos que dejar contenidos gratuitos en la web porque eso atrae a la gente, pero tenemos que reflexionar sobre la forma de rentabilizar mejor la calidad. No ser¨¢ f¨¢cil; no hay una soluci¨®n evidente. Pero llevamos diez o quince a?os con las webs abiertas, y aunque nadie tiene la f¨®rmula secreta, los grandes diarios, como The New York Times o el Financial Times, ya est¨¢n cobrando por algunos contenidos.
P. Ustedes ya tienen contenidos para abonados y otros abiertos. ?Cu¨¢l es el siguiente paso?
R. Vamos a enriquecer la oferta de pago en la web y en los otros soportes. A principios de abril lanzaremos una oferta con m¨¢s contenidos y funcionalidades, tratando de hacer que el viaje por la lectura sea m¨¢s atractivo, dando al internauta la posibilidad de seguir m¨¢s de cerca el trabajo de nuestros periodistas y corresponsales, personalizando m¨¢s la producci¨®n de noticias.
P. Supongo que ese proyecto lo inici¨® su antecesor.
R. S¨ª, un equipo conjunto de la web y el papel trabaja en eso desde hace algunos meses. Izraelewicz lanz¨® la idea y yo la continuar¨¦. Creo que es la l¨®gica correcta. Izra mejor¨® la oferta del papel con nuevos suplementos de fin de semana y una revista muy bien hecha, con una mezcla de art¨ªculos muy bien escritos y de informaci¨®n m¨¢s divertida, al estilo del Vanity Fair. Creo que est¨¢ bien que la revista afronte con inteligencia y buena escritura las cosas m¨¢s ligeras y que toque los temas serios de una forma m¨¢s ligera.
P. Tambi¨¦n saldr¨¢ el cuadernillo diario de Econom¨ªa. ?Contratar¨¢ m¨¢s periodistas?
R. Saldr¨¢ a finales de abril porque queremos dar m¨¢s valor a nuestra informaci¨®n econ¨®mica, que ya es muy buena, present¨¢ndola de forma m¨¢s atractiva. Tenemos magn¨ªficos periodistas e Izra hizo algunas incorporaciones nuevas, y reforz¨® el tratamiento de Econom¨ªa con el suplemento del lunes Eco y Empresas y el mensual Dinero y Patrimonio, y sobre la web. Necesitamos contar muy bien lo que est¨¢ pasando en la econom¨ªa mundial. La adaptaci¨®n de las empresas a la revoluci¨®n tecnol¨®gica se debe contar de manera din¨¢mica. Potenciaremos la informaci¨®n de macroeconom¨ªa en Asia y en los pa¨ªses emergentes, siempre desde un punto de vista pedag¨®gico. Francia necesita mucha did¨¢ctica en eso, porque la gente desconf¨ªa de la globalizaci¨®n, y si explicamos bien lo que est¨¢ pasando en el mundo ayudaremos a evitar que surjan nuevos tipos de populismo. Es una exigencia tanto period¨ªstica como democr¨¢tica.
P. Le Monde tiene 380 periodistas, y de ellos 60 en la redacci¨®n de la web. ?Va a fusionar las dos redacciones para convertirse al ¡®digital first¡¯?
Google se ha comprometido a pagar una cantidad muy escasa si vemos su facturaci¨®n
R. Las dos redacciones trabajan juntas, pero quiero que crezca el sentimiento de comunidad. Voy a crear mi equipo a finales de mes, con talentos reconocidos, y as¨ª culminaremos la idea de que todos luchamos bajo la misma bandera y que debemos canalizar mejor nuestras energ¨ªas hacia lo digital. Hoy est¨¢n mayoritariamente dirigidas hacia el papel, pero ahora la prioridad ser¨¢ la web, y debemos pensar muy bien en lo que tiene sentido dar en el papel. Yo creo que el papel no va a desaparecer, pero debemos pensar muy bien qu¨¦ damos al lector para que se gaste 1,80 euros en un peri¨®dico cuando ha recibido ya un cierto n¨²mero de informaciones el d¨ªa anterior.
P. Me alegra que crea que el papel va a sobrevivir. ?Sabe cu¨¢nto tiempo?
R. Debemos tener confianza. La edici¨®n de Le Monde en papel tiene todav¨ªa muchos lectores c¨®mplices y debemos cuidarlos d¨¢ndoles todav¨ªa m¨¢s calidad. La edici¨®n no podr¨¢ ser exhaustiva, pero s¨ª muy atractiva; debe incluir lo mejor que hayamos producido en las ¨²ltimas 24 horas. Debemos marcar la agenda y proponer nuestra mejor oferta, lo m¨¢s selecto. El internauta elige lo que quiere leer, lo que ¨¦l mismo se busca; el papel es otra cosa, y debe ofrecer cosas no buscadas, atender al placer de la lectura, la buena escritura, el ritmo¡
P. ?Un peri¨®dico sin noticias, entonces?
R. ?Tambi¨¦n con noticias, pero cada vez m¨¢s pertinentes!
P. Pero mientras tanto, caen las ventas en el quiosco. En enero, un 8,6%...
R. El contexto es dif¨ªcil, hemos tenido problemas de distribuci¨®n. Pero hemos mejorado nuestra difusi¨®n en provincias imprimiendo en Toulouse y Montpelier.
P. Los editores de prensa se quejan de que Google se come la tarta de la publicidad. ?Qu¨¦ le parece el acuerdo que se firm¨® en Francia?
R. En Le Monde, al rev¨¦s de nuestros competidores, la publicidad ha crecido en los ¨²ltimos dos a?os. Google se ha comprometido a pagar una cantidad, 60 millones, que es muy escasa si vemos su facturaci¨®n. Pero a m¨ª lo que me importa ahora es reforzar el sentimiento de comunidad en el peri¨®dico. Mejorar los contenidos, tener la ambici¨®n de ser mejores, y conseguir que la calidad sea todav¨ªa m¨¢s valorizada en todos los soportes. Eso es lo que nos dar¨¢ m¨¢s lectores y m¨¢s ingresos, y por tanto un negocio consolidado. La fuerza de un peri¨®dico son los periodistas y su capacidad de producir contenidos de excelencia. Tenemos que ser, tambi¨¦n, cada vez m¨¢s internacionales. Pensar en los lectores franc¨®fonos, por ejemplo en ?frica, donde est¨¢n surgiendo nuevas clases medias, y proponer, en el futuro, una selecci¨®n de contenidos en ingl¨¦s porque en el mundo angl¨®fono hay curiosidad por la mirada que Le Monde puede ofrecer sobre la actualidad y los nuevos retos.
P. Pero la edici¨®n de papel seguir¨¢ saliendo por la tarde, claro.
R. El debate sobre el paso a matutino ha sido recurrente estos ¨²ltimos a?os, pero esa problem¨¢tica no est¨¢ hoy de actualidad.
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