¡°En mi casa, la m¨²sica fue libertad y protecci¨®n¡±

Tres a?os rumiando sonidos. Tres a?os de reflexi¨®n. De ese sosiego naci¨® el disco In a Time Lapse que trae de gira a Espa?a al pianista Ludovico Einaudi (Tur¨ªn, 1955), prol¨ªfico y emotivo urdidor de m¨²sica cl¨¢sica, pop, folk y contempor¨¢nea, que ha dejado su impronta en teatro, danza y cine. ¡°A veces es necesario alejarse un poco. Pararse para trazar un balance de lo que has logrado y de lo que se te ha escurrido y no supiste vivir en profundidad¡±.

Los ojos, claros tras las gafas de pasta negra, acompa?an el movimiento de sus manos cuando abren el sobre de t¨¦ y lo zambullen en la barriga caliente de la tetera. Luego, se paran divertidos a estudiar un extra?o artilugio que la camarera del hotel Locarno de Roma deposita al lado de la tacita: tres relojes de arena para medir la intensidad del t¨¦: ligero, medio o fuerte. ¡°Qu¨¦ pr¨¢ctico este chisme, voy a preguntar d¨®nde se compra¡±.

Durante una ¨¦poca, Einaudi, que act¨²a ma?ana en el teatro Price de Madrid, viaj¨® much¨ªsimo. ¡°Ahora me doy cuenta de que la vida ha pasado aun sin estar yo presente¡±, admite. ¡°Lo percibo con claridad cuando voy a mi casa familiar en las colinas de Piamonte o veo c¨®mo crece mi hijita de dos a?os¡±. El m¨²sico aprendi¨® a decir que no a algunos compromisos y se impuso una regla: ¡°Ya no paso nunca m¨¢s de 10 d¨ªas seguidos lejos de mi familia¡±.

Sorbo a sorbo, muy c¨®modamente hundido en el sof¨¢ de esta cafeter¨ªa modernista ¡ªrefugio de m¨²sicos y literatos romanos¡ª, pasa de hablar sobre la dificultad para ¡°mantenerlo todo atado y controlado¡± a comentar la renuncia al pontificado de Benedicto XVI: ¡°Me enterneci¨® descubrirle tan humano. La fragilidad no es algo que se pueda mostrar con facilidad por la vida, ¨¦l tuvo coraje¡±.

?l mismo reconoce que hay veces, antes de los conciertos, en que siente una intensa presi¨®n. ¡°Es una sensaci¨®n que se presenta de repente. Pero hasta ahora he conseguido encontrar la fuerza suficiente para combatirla¡±. Su truco es sencillo. Lo aprendi¨® de una entrevista al violoncelista catal¨¢n Pau Casals: ¡°Para tocar bien hay que dormir y comer bien. Adem¨¢s de prepararte, es fundamental darle a tu cuerpo unas pautas equilibradas. La misma disciplina de los deportistas¡±. Einaudi sonr¨ªe. Sabe que no es precisamente el estereotipo que se suele asociar al m¨²sico trotamundos que ha vendido centenares de miles de copias de sus discos. ¡°La m¨²sica es una religi¨®n para m¨ª. Es mi religi¨®n. Me sirve para abrir puertas espirituales, para sintonizarme con una dimensi¨®n m¨¢s profunda o quiz¨¢s m¨¢s alta¡±.

En los primeros ejercicios espirituales de esta fe, Einaudi tuvo como maestro al compositor Luciano Berio (1923-2003), pionero en mezclar cl¨¢sica y electr¨®nica. ¡°Le conoc¨ª cuando no ten¨ªa ni 20 a?os y me cambi¨® la vida. Me hizo ganar confianza ¡ªalgo que me hab¨ªa faltado en mi familia¡ª, me hizo sentir que las piezas que hab¨ªa compuesto hasta entonces, que yo consideraba peque?as y fr¨¢giles, ten¨ªan valor. Imagino que este ser¨ªa el papel de un padre [deja caer]. Al menos, es lo que intento hacer con mis dos hijos mayores¡±. El suyo, su padre, fund¨® una de las editoriales m¨¢s refinadas e importantes del pa¨ªs. Y el abuelo fue el primer presidente elegido por el Parlamento de la Rep¨²blica italiana, en 1948. ¡°En mi casa todo el espacio estaba ocupado por los libros. La m¨²sica era un rinc¨®n de libertad y de protecci¨®n a la vez. Un lugar seguro¡±.