¡°Mi trabajo es frenar el optimismo de los cient¨ªficos y los laboratorios¡±
El matem¨¢tico asesora al CNIC y revisa los trabajos que publican 'The Lancet' y el 'BMJ'
El trabajo de Stuart Pocock, nacido en Derby (Reino Unido) hace 66 a?os, es peculiar: se encarga del dise?o de ensayos cl¨ªnicos y de trabajar con sus resultados. Pocock vive a repartido por el mundo (da clase en la Universidad de Londres, es miembro del comit¨¦ revisor de The Lancet y el British Medical Journal y asesora unos 50 ensayos en el mundo). Pero Pocock no es m¨¦dico, es estad¨ªstico. ¡°Puede parecer muy fr¨ªo, pero no lo es. No soy m¨¦dico, pero tengo que saber qu¨¦ se ensaya. Y tengo que tratar con los m¨¦dicos. Ellos est¨¢n especializados en tratar a pacientes, pero no en ensayar¡±.
Idealmente, ¡°deber¨ªa participar desde el principio¡±, dice, pero reconoce que a veces eso no sucede. Cuando esto ocurre, empieza el tira y afloja. ¡°Muchos ensayos est¨¢n financiados por las compa?¨ªas farmac¨¦uticas, y estas lo que quieren es dar la mejor imagen de su producto. Puede parecer pretencioso, pero mi trabajo consiste muchas veces en frenarlas. Lo mismo sucede con los m¨¦dicos. A veces, van ebrios de optimismo. Yo tengo que detenerlos¡±.
El matem¨¢tico tiene claro que el mejor ensayo es el doble ciego: aquel en el que ni el paciente ni el m¨¦dico sabe si est¨¢ tomando el f¨¢rmaco a probar o el placebo. ¡°Es la mejor manera para que no haya distorsiones en los resultados¡±. Pero ese no es el ¨²nico requisito para conseguir buenos resultados. ¡°Otro problema es que los pacientes abandonan los ensayos y los resultados pueden ser mal analizados: se est¨¢ buscando una conclusi¨®n y surge otra¡±.
Los m¨¦dicos son expertos en tratar gente, no en ensayar¡±
Algo t¨ªpico es que las compa?¨ªas y los investigadores quieran adelantar los resultados. ¡°A veces, el ensayo se dise?a para cinco a?os, pero a los tres los datos son tan buenos que se considera que ya se pueden publicar. Pero esto no pasa tanto como se cree. La mayor¨ªa cumple los plazos, porque lo que hay que asegurar es que, despu¨¦s de cinco a?os, los resultados son ¨²tiles¡±, indica.
Es imposible hablar de ensayos cl¨ªnicos sin mencionar la ¨¦tica. Por ejemplo, los laboratorios suelen preferir otro tipo de ensayos, afirma Pocock: los que comparan no con un placebo, sino con medicamentos ya existentes. Es su manera de promocionar sus productos, sobre todo en ¨¢reas como el c¨¢ncer, donde hay pocas novedades absolutas, y muchos avances peque?os. ¡°En cualquier caso, hay que investigar. Los ensayos en animales no bastan. Muchas veces lo que funciona en ratones o monos no se repite en personas¡±. De todo su trabajo, a Pocock le gusta ¡°especialmente¡± el que hace en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). ¡°En c¨¢ncer hay mucho hecho, pero en estas enfermedades, no tanto. Adem¨¢s, hay mucha variedad. Es verdad que en el mundo de los medicamentos hay mucho dinero por el inter¨¦s de las compa?¨ªas y en el CNIC estoy participando en un ensayo de un f¨¢rmaco para el infarto. Es un producto antiguo y muy barato, y es muy interesante porque hay que darlo enseguida y hay que contar con el permiso de las familias o del paciente en cuanto ingresa¡±, explica.
Pero en cardiolog¨ªa hay otros dos aspectos que le gustan. ¡°Uno, que no todo son medicamentos. Hay dispositivos y t¨¦cnicas, como uno sobre qu¨¦ es mejor, estents o bypass, que el CNIC present¨® hace poco. Pero, sobre todo, al ser un centro p¨²blico se puede trabajar con prevenci¨®n, con pol¨ªticas que a los laboratorios no les interesan, pero que son importantes desde el punto de vista de la salud p¨²blica¡±.
Como buen ingl¨¦s, a Pocock le gustan las citas. Y las iron¨ªas. ¡°Disraeli fue el primer ministro brit¨¢nico que dijo eso de que hay mentiras, malditas mentiras y estad¨ªsticas. Mi aspiraci¨®n es desmentirle¡±.
El papel de los pacientes
Los pacientes son los protagonistas imprescindibles de los ensayos cl¨ªnicos y su justificaci¨®n, pero, como en numerosos procesos sanitarios, muchas veces son los ¨²ltimos a los que se escucha. La web Clinicaltrials.gov tiene registrados m¨¢s de 140.000 en marcha en el mundo, de los que en m¨¢s de 5.000 hay participaci¨®n espa?ola. Una jornada organizada por el Campus de la Asociaci¨®n Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) y Lilly ha puesto de manifiesto el cambio que se est¨¢ produciendo en los ensayos. Por ejemplo, poco a poco se van incluyendo otros par¨¢metros como su impacto en la calidad de vida. Esta se puede medir, y ya un 16% de los ensayos en enfermedades cardiovasculares de EE UU la miden, dijo el director m¨¦dico de Lilly, Jos¨¦ Antonio Sacrist¨¢n. ¡°No basta con saber que un f¨¢rmaco alarga la esperanza de vida dos a?os si lo hace en unas condiciones lamentables¡±, dijo.
En la l¨ªnea de dar cada vez m¨¢s papel a los legos en estos trabajos, Sof¨ªa Mir¨®n, del Comit¨¦ ?tico del hospital Puerta de Hierro de Madrid, indic¨® que hab¨ªa que reformar estos organismos, que est¨¢n copados por los cient¨ªficos. Entre sus cometidos est¨¢ asegurarse de que los consentimientos informados no tengan letra peque?a, y en garantizar que un paciente pueda abandonar el ensayo cuando quiera ¡°sin que vaya a perjudicar su tratamiento, ni la relaci¨®n con su m¨¦dico¡±, dijo Mir¨®n.
Otro aspecto clave es que los voluntarios sepan cu¨¢l ha sido el resultado de su esfuerzo, dijo Mir¨®n. Esto no suele ocurrir. El m¨¦dico se explaya al explicar los posibles beneficios del tratamiento, pero luego no le dice si esos objetivos se han cumplido, a?adi¨®.
El psiquiatra Josep Antoni Ramos, del Vall d¡¯Hebron de Barcelona, apunt¨® otra posibilidad que empieza a ocurrir: que sean las asociaciones de pacientes las que promuevan y financien los ensayos que les interesan. Ello les dar¨ªa m¨¢s poder sobre los procesos, que no estar¨ªan principalmente en manos de los laboratorios.
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