La prensa brit¨¢nica se resiste a someterse a la nueva regulaci¨®n

La prensa brit¨¢nica ha recibido con agrios comentarios la propuesta de regulaci¨®n pactada en la madrugada del lunes por los tres grandes partidos pol¨ªticos del pa¨ªs. Aunque ninguno de los grandes peri¨®dicos ha decidido todav¨ªa si aceptar¨¢ el nuevo marco regulador o se enfrentar¨¢ al peligro de tener que afrontar ¡°castigos ejemplares¡± si se queda fuera, el director del muy influyente The Daily Telegraph, Benedict Brogan, ha propuesto ¡°a t¨ªtulo personal¡± que los diarios den la espalda a este plan y formen su propio organismo regulador.

La propuesta pactada por conservadores, laboristas y liberales-dem¨®cratas y vista en importantes sectores de la prensa como un ataque a la libertad de expresi¨®n, deja abierta la puerta a esa posibilidad al admitir que la participaci¨®n en el nuevo sistema sea voluntaria. Sin embargo, ofrece a los que participen en ¨¦l el incentivo de quedar exentos de la amenaza de ser castigados con el pago de ¡°da?os ejemplares¡± por la publicaci¨®n de informaciones falsas. Que pueden ser potencialmente superiores a las sanciones de hasta un mill¨®n de libras (1,16 millones de euros) que introducir¨ªa el nuevo sistema regulador, el primero en 300 a?os.

Varios grupos podr¨ªan seguir el consejo de Brogan. Desde el Telegraph al Daily Mail, el tabloide Express y quiz¨¢s tambi¨¦n los diarios de Rupert Murdoch, como The Times o The Sun, aunque la posici¨®n de este grupo puede acabar quedando condicionada por su papel de actor principal en el caso del esc¨¢ndalo de las escuchas del News of The World, que est¨¢ en el origen de la propuesta reguladora. Tambi¨¦n la prensa regional, que no ha participado en los excesos de Fleet Street pero se puede ver al acecho de cazadores de recompensas con la nueva regulaci¨®n, al igual que los blogs de noticias o revistas como el sat¨ªrico Private Eye. Muchos de ellos est¨¢n ahora buscando asesor¨ªa legal antes de tomar una decisi¨®n.

Un experto ve "exagerado" hablar de ingerencia de los pol¨ªticos

De cuajar esa tendencia, la nueva regulaci¨®n podr¨ªa quedar reducida a diarios como The Financial Times, The Guardian o The Independent, que muy rara vez son protagonistas de los llamados excesos de la prensa. Se podr¨ªa tambi¨¦n dar la paradoja de que los potenciales rebeldes acabaran llevando a los tribunales la cuesti¨®n del pago de ¡°indemnizaciones internacionales¡± alegando que contraviene una de las normas legales que m¨¢s detestan: la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos.

A juicio de un conocido abogado londinense especialista en litigios medi¨¢ticos que prefiere mantener el anonimato, esa es la gran diferencia entre la situaci¨®n actual y las propuestas de los partidos pol¨ªticos ¡°porque ahora nunca se otorgan compensaciones ejemplares y desde luego ahora no se otorgan por el hecho de que no est¨¦s dentro de un sistema regulatorio¡±. ¡°Solo se otorgan si el director sab¨ªa que lo que iba a publicar es falso. Y ese no es el principio por el que se otorgar¨ªan esas compensaciones en el nuevo sistema propuesto. Tener que pagar compensaciones ejemplares por no estar en el sistema regulador es un gran cambio respecto a la situaci¨®n actual¡±, subraya.

Sin embargo, este abogado, que ha defendido tanto a peri¨®dicos como a personajes que se consideraban perjudicados por ellos, opina tambi¨¦n que el peligro de que el nuevo marco abra las puertas a la interferencia de los pol¨ªticos en los medios ¡°son exageradas¡±, con la salvedad de c¨®mo se nombrar¨¢ a los encargados del nuevo regulador.

¡°Propuestas como las multas de hasta un mill¨®n de libras, la exigencia de mayor requerimiento de cumplimientos, mayores poderes de investigaci¨®n, parecen medidas inevitables dada la falta de mordiente que ten¨ªa la Comisi¨®n de Quejas de la Prensa¡±, el anterior regulador, opina. ¡°Cumpl¨ªa con su trabajo de abordar las quejas diarias sobre la veracidad o no de las noticias pero no ten¨ªa poder para investigar o para obligar a la gente a presentar pruebas en las que apoyar su posici¨®n. En general, creo que es un cambio positivo¡±, concluye.