Los mexicanos podr¨¢n viajar a las estrellas
La Agencia Espacial Mexicana y la NASA firman su primer convenio para pr¨¢cticas en EE UU
Ahora todos los mexicanos pueden so?ar con ser astronautas. El primer acuerdo entre la NASA y la?Agencia Espacial Mexicana (AEM) abre la v¨ªa para que los universitarios de M¨¦xico se formen en la agencia estadounidense.?
Los estudiantes de licenciatura o posgrado en M¨¦xico podr¨¢n participar en el Programa Internacional de Pasant¨ªas de la Administraci¨®n Nacional para la Aeron¨¢utica y el Espacio de Estados Unidos para realizar?"estudios te¨®ricos y en laboratorio sobre materia espacial, en tres periodos (primavera, verano y oto?o), junto a un amplio y diverso grupo de estudiantes" internacionales, reza el convenio. La convocatoria de plazas saldr¨¢ en los pr¨®ximos meses.
A Jos¨¦ Hern¨¢ndez (French Camp, California, 1962)?le ha hecho especial ilusi¨®n la noticia. "Desde el espacio no pude distinguir d¨®nde acababa Canad¨¢ y empezaba Estados Unidos; no vi d¨®nde acababa Estados Unidos y empezaba M¨¦xico", recuerda el segundo astronauta de origen mexicano que viaj¨® en una misi¨®n de la NASA. "Me di cuenta de que aqu¨ª abajo somos uno", insiste, afable, por tel¨¦fono desde EE UU. Hern¨¢ndez, un ejemplo de ¡®sue?o americano¡¯ de los que salen bien, se present¨® (sin ¨¦xito) a congresista por el Partido Dem¨®crata en las ¨²ltimas elecciones.
El camino se allanar¨¢ para quienes sue?en con un viaje espacial de ahora en adelante. Fue m¨¢s complicado para Hern¨¢ndez, uno de los cuatro hijos de de migrantes mexicanos, que de ni?o viajaba cada a?o de la localidad de La Piedad (Michoac¨¢n, suroeste de M¨¦xico) al valle californiano de San Joaqu¨ªn para trabajar en la cosecha de fresa, remolacha y pepino. ¡°Ten¨ªamos que trabajar. No eran unas vacaciones¡±, repite en varias entrevistas.
Precisamente en el campo cerca de Stockton (California), mientras trabajaba con la azada en una fila de remolachas, tuvo una visi¨®n de futuro. "Escuch¨¦ por la radio que Frank Chang-D¨ªaz [el primer astronauta de origen latinoamericano en el Sal¨®n de la Fama de la NASA] hab¨ªa sido elegido para el cuerpo de astronautas", cuenta. "Y pens¨¦ que si ¨¦l pod¨ªa yo tambi¨¦n", resume, en un espa?ol con ocasional acento estadounidense (Hern¨¢ndez no aprendi¨® ingl¨¦s hasta los 12 a?os).
La familia se instal¨® despu¨¦s definitivamente en EE UU. Jos¨¦ se titul¨® como ingeniero el¨¦ctrico en la Universidad del Pac¨ªfico de Stockton y consigui¨® una beca completa para el programa de graduados de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara. Despu¨¦s, ya en un laboratorio, particip¨® en la creaci¨®n del ¡°primer sistema de mamograf¨ªa digital de campo completo¡±, recuerda su biograf¨ªa en la NASA, un instrumento que ¡°result¨® ¨²til para detectar c¨¢ncer de mama en etapas m¨¢s tempranas que otras t¨¦cnicas¡±.
A las pruebas de selecci¨®n de la agencia estadounidense se present¨® en 12 ocasiones. Lo consigui¨® en 2004 y cinco a?os despu¨¦s, a los 47, consigui¨® participar en la misi¨®n STS-128 para llevar material a la Estaci¨®n Espacial Internacional.
El esfuerzo vali¨® la pena. "Las palabras no hacen justicia a la experiencia de esos 14 d¨ªas", responde cuando se le pide una descripci¨®n de c¨®mo es ver la Tierra desde tan lejos. De all¨ª volvi¨® con una gran conciencia ecol¨®gica -porque vio qu¨¦ "delgadita" era la atm¨®sfera terrestre-, m¨¢s creyente -porque "el mundo es demasiado perfecto" visto desde lejos- y con una mentalidad global ¨Cpor eso de que fue incapaz de distinguir fronteras-. Gracias al acuerdo de la NASA, los mexicanos ahora est¨¢n un paso m¨¢s cerca de ser Jos¨¦ Hern¨¢ndez.
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