La definici¨®n de innovaci¨®n
El enfrentamiento entre Novartis y el Gobierno (o los Gobiernos, que en seis a?os ha habido varios cambios) de India tiene varias lecturas. Es f¨¢cil dejarse llevar por la m¨¢s sencilla: el d¨¦bil que vence al fuerte. Claro que llamar d¨¦bil a India, uno de los pa¨ªses emergentes con proyectos aeroespaciales incluidos y un ingente gasto en armamento, incluido el nuclear, es bastante inexacto. La legislaci¨®n india, que estaba cuestionada, era muy proteccionista, y no de una manera exenta de inter¨¦s: los fabricantes de gen¨¦ricos indios son una industria potente con facturaciones millonarias. La autodenominada farmacia de los pobres no lo es solo por altruismo. Si pueden copiar las mol¨¦culas de otros, es porque esos otros ¡ªlos malos, los gigantes¡ª han invertido a?os y millones en fabricarlas.
Pero si el papel de v¨ªctima de India no est¨¢ tan claro, el de Novartis como el gigante avasallador parece indiscutible. Porque el laboratorio suizo no quer¨ªa solo proteger su mol¨¦cula. Quer¨ªa forzar al otro gigante, India, a cambiar su legislaci¨®n. De hecho, el f¨¢rmaco en cuesti¨®n, el imantinib (Glivec), es de un uso relativamente escaso. La escaramuza escond¨ªa una guerra total. Lo que en verdad se cuestionaba era el concepto de innovaci¨®n sujeta a protecci¨®n.
Lo que ha sucedido, contado de una manera resumida, es que Novartis quiso extender la patente que ten¨ªa concedida para el imantinib a una de sus formas, una sal, el mesilato de imantinib. Esta result¨® ser, despu¨¦s de los ensayos correspondientes, la m¨¢s eficaz para su uso en humanos. En los medicamentos, eso es frecuente. Por ejemplo, primero se patenta un producto inyectable, y luego se consigue la forma de administrarlo por v¨ªa oral. La mol¨¦cula que cura, el principio activo, es el mismo y no se ha descubierto una propiedad nueva, pero la presentaci¨®n es m¨¢s c¨®moda para el paciente y hasta es posible que sea m¨¢s barata. En Espa?a, por ejemplo, a esta innovaci¨®n incremental, llamada as¨ª porque es una mejor¨ªa sobre algo ya existente, tambi¨¦n se le da protecci¨®n (dos a?os).
Lo que Novartis ha intentado es que se considere la sal de imantinib como un producto completamente nuevo. Argumenta que de otra manera no habr¨ªa podido producirlo ni distribuirlo, y probablemente la forma de sal sea la m¨¢s estable y la m¨¢s f¨¢cil de usar. Pero se ha pasado de exigente. Ha intentado forzar la mano. Brasil, Tailandia y China ya se hab¨ªan resistido a jugadas similares, aunque m¨¢s en el campo de crisis sanitarias como el VIH. India no se iba a quedar atr¨¢s. La experiencia de otras ocasiones es que, despu¨¦s del disgusto y las amenazas de boicoteo, todo vuelve a su cauce. Es lo que interesa a todos: a los enfermos, a los laboratorios y a los pa¨ªses que quieren sacar pecho. Otra cosa es el da?o a la imagen del Big Pharma, siempre en entredicho: ya tiene otra herida que resta?ar.
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