¡°La mujer es ahora un s¨ªmbolo de democracia¡±
La asesora de Bachelet en la ONU no ve motivos para evitar las cuotas femeninas
¡°Ahora, si ves una foto de un Gobierno formado exclusivamente por hombres, causa repulsa. Hace 50 a?os esto no era as¨ª¡±. Drude Dahlerup, nacida en Aarhus (Dinamarca) hace 68 a?os, profesora em¨¦rita de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Estocolmo y experta en pol¨ªticas de g¨¦nero, ve la lucha por la igualdad como una carrera de fondo. Poco a poco, se han conseguido logros y la presencia de la mujer ha aumentado progresivamente en los Parlamentos, se?al del avance de muchos pa¨ªses, dice: ¡°La mujer se ha convertido actualmente en s¨ªmbolo de la democracia¡±.
Sus 30 a?os de lucha por la igualdad de g¨¦nero la han llevado a formar parte del exclusivo grupo de 20 mujeres que asesoraba, hasta ahora, a Michelle Bachelet, responsable de ONU Mujeres ¡ªque ahora vuelve a Chile para pugnar de nuevo por la presidencia de su pa¨ªs¡ª. Mencionar a Bachelet le cambia la cara: aparece la ternura: ¡°Es bueno para Chile, pero malo para la ONU¡±, dice sobre la marcha de la pol¨ªtica sudamericana.
Mientras remueve su t¨¦ negro hirviendo, Dahlerup expone su preocupaci¨®n por los pasos atr¨¢s que puede sufrir la lucha por la igualdad debido a la crisis. ¡°En algunos pa¨ªses europeos est¨¢ creciendo la presencia de partidos xen¨®fobos y ello supone un retroceso en la presencia femenina en los Gobiernos¡±.
En el pa¨ªs donde reside Dahlerup, Suecia, despu¨¦s de un siglo de reivindicaciones, se ha conseguido llegar al ¨®ptimo 45% de mujeres (se considera paridad si est¨¢ entre el 40% y el 60%) en el Parlamento. En la C¨¢mara espa?ola, este porcentaje baja hasta el 36%. La profesora considera que actualmente ya no hay motivos para rechazar las cuotas femeninas en ning¨²n ¨¢mbito, ya sea pol¨ªtico o empresarial. ¡°Las mujeres est¨¢n muy bien cualificadas y formadas, as¨ª que no se puede usar m¨¢s ese argumento¡±.
La carrera por la igualdad ha estado llena de obst¨¢culos para Dahlerup. Esta experta recuerda que en su ¨¦poca como universitaria casi no hab¨ªa profesoras. Cuando preguntaba por qu¨¦ o reclamaba que hubiera m¨¢s docentes mujeres, ten¨ªa que aguantar las mofas de sus compa?eros (el 80% de ellos eran varones) y profesores.
Tampoco la tomaron en serio (momentos duros que ahora recuerda con una sonrisa de victoria) cuando apost¨® por dedicar su carrera a luchar por los derechos de la mujer. ¡°En Berl¨ªn, en 1978, cuando empezaba a investigar sobre pol¨ªticas de g¨¦nero me sent¨ªa sola y la gente me preguntaba por qu¨¦ quer¨ªa dedicarme a ello. Ahora es un ¨¢mbito reconocido, pero entonces no¡±, asegura alegre por ver c¨®mo los tiempos han cambiado. Hace 10 d¨ªas inaugur¨® el III Congreso Europeo de Pol¨ªticas y G¨¦nero, que acogi¨® la Universidad Pompeu Fabra.
Las dificultades no arredran a Dahlerup, de esp¨ªritu combativo. Lo lleva en la sangre: su madre, cuenta, era una activista feminista que luch¨® por los derechos de la mujer durante los a?os setenta. Adem¨¢s, en casa eran cuatro hermanas. ¡°El feminismo siempre ha estado conmigo¡±, a?ade mientras apura el t¨¦.
El congreso que la ha tra¨ªdo a Barcelona le roba el tiempo. Tiene prisa, pero saca un hueco para charlar entre ponencia y ponencia. Se despide chapurreando algunas palabras en castellano. Le fascina esta lengua, especialmente, desde que tiene un yerno de Santiago de Compostela.
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