El jard¨ªn de los capellanes

La crisis, la rebaja de salarios y los ajustes de plantillas por doquier han afilado la sensibilidad de los ciudadanos ante gastos que muchos consideran prescindibles o, mejor dicho, achacables a bolsillos que no sean p¨²blicos. Es el caso de los presupuestos que diferentes Administraciones del Estado dedican a financiar la cura de almas y las misiones de la Iglesia cat¨®lica en cuarteles, c¨¢rceles, hospitales, cementerios o capillas universitarias. En lo que va de a?o, proliferan las noticias sobre el tema. He aqu¨ª un muestrario, tomado en medios de provincias: ¡°Sacyl destina 650.000 euros a pagar a los 43 capellanes de sus hospitales¡±. ¡°Valencia costea un capell¨¢n cat¨®lico en el cementerio con sueldo de funcionario¡±. ¡°El Sergas gasta 531.384 euros en pagar a 41 capellanes¡±. ¡°Interior tiene en n¨®mina a 158 cl¨¦rigos como capellanes penitenciarios¡±. ¡°Los capellanes de los hospitales de C¨¢diz llevan dos meses sin cobrar¡±.

Sacyl es el acr¨®nimo de Sanidad de Castilla y Le¨®n, el organismo que gestiona las prestaciones sanitarias en esa comunidad. Sergas alude al Servicio Gallego de Salud. Un lector envi¨® este comentario a una de esas noticias: ¡°Recortes en Ciencia: 600 millones. Recortes en Religi¨®n: cero euros. Cuando tengas un c¨¢ncer, a rezar. No faltar¨¢ un capell¨¢n que acuda a darte la extremaunci¨®n¡±. Seg¨²n c¨¢lculos que Europa Laica publica esta pr¨®xima semana, el costo en capellanes para el Estado ronda los 50 millones de euros anuales. La Fundaci¨®n 1? de Mayo, del sindicato Comisiones Obreras, rebaja esa cifra a 30 millones, en un estudio que public¨® hace tres a?os con el t¨ªtulo Financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica y gasto p¨²blico.

Que dos informes difieran tanto en sus c¨¢lculos se debe a la opacidad con que ocurre todo. Como explic¨® una portavoz del Ministerio de Sanidad, cuando EL PA?S pregunt¨® por cifras concretas, es imposible saber cu¨¢ntos capellanes hay en n¨®mina en los hospitales porque son competencia transferida a las comunidades aut¨®nomas, que se comportan ¡°cada una a su manera¡±. ¡°En muchos hospitales, ni siquiera hay ya capellanes¡±, a?adi¨®.

La ¡®cura de almas¡¯ pagada excluye a las otras religiones, que prestan el mismo servicio de forma gratuita

Tampoco fue f¨¢cil averiguar cu¨¢ntos cl¨¦rigos prestan servicio en las 77 prisiones que hay en Espa?a (66, de la Administraci¨®n central; 11 de la Generalitat de Catalu?a), adem¨¢s de en los centros de inserci¨®n social, de internamiento de emigrantes o en las llamadas Unidades de Madres. En cambio, la informaci¨®n sobre vicar¨ªas y capellan¨ªas castrenses fue precisa y por escrito, desde la Oficina de Informaci¨®n del Ministerio de Defensa: un vicario general, con rango de general, nombrado a propuesta del Rey (ahora, el arzobispo Juli¨¢n del R¨ªo); cinco vicarios episcopales (incluido el vicario general); tres vicar¨ªas en el Ej¨¦rcito de Tierra; tres en la Armada y uno en el Ej¨¦rcito del Aire, y 84 capellanes en un llamado Cuerpo Eclesi¨¢stico y Servicio de Asistencia Religiosa.

La ¨²ltima regulaci¨®n de este servicio religioso la hizo el Gobierno en 2011, con Carme Chac¨®n como ministra de Defensa a punto de dejar el cargo. En resumen, la cura de almas entre los militares queda en mano de cl¨¦rigos de plantilla que acceden al empleo mediante convocatoria de la Subsecretar¨ªa de Defensa, a propuesta del arzobispo castrense, que decide la relaci¨®n del personal id¨®neo. Lo mismo ocurre en la contrataci¨®n de los profesores de catolicismo: contrata y paga el Ministerio de Educaci¨®n, pero eligen o despiden los obispos.

Estos capellanes castrenses tienen la consideraci¨®n de oficial, con sus correspondientes salarios. Los permanentes con m¨¢s de 25 a?os de servicios tienen el empleo de coronel; con m¨¢s de 15 a?os, de teniente coronel, y el resto, el empleo de comandante. Los capellanes con relaci¨®n de car¨¢cter temporal son capitanes.

Defensa tiene contratados a 96 cl¨¦rigos castrenses con grados de general, coronel, comandante o capit¨¢n

Tambi¨¦n reform¨® la ministra Chac¨®n el distintivo del uniforme que visten estos cl¨¦rigos castrenses, a modo de las tradicionales estrellas, en el argot soldadesco. Ahora son c¨ªrculos o ruedas: una, dos o tres ruedas para comandantes, tenientes coroneles o coroneles, y un c¨ªrculo con seis radios para asimilados a capitanes.

Respecto a los capellanes de hospitales (algunos de los cuales participan incluso en los respectivos comit¨¦s de ¨¦tica), no hay cifras (quiz¨¢s unos 400), pero s¨ª una pr¨¢ctica casi general para contratarlos: en hospitales de menos de 100 camas, hay un capell¨¢n a tiempo parcial; de 100 a 250 camas, un capell¨¢n a tiempo pleno y otro a tiempo parcial; de 250 a 500 camas, dos a jornada completa y uno a tiempo parcial; de 500 a 800 camas, tres a tiempo pleno, y en hospitales con m¨¢s de 800 camas, de tres a cinco capellanes a plena dedicaci¨®n. En el convenio firmado entre el Gobierno de Castilla y Le¨®n y el episcopado, el salario pactado para estos capellanes con dedicaci¨®n completa asciende a 18.000 euros anuales en 14 pagas, con revisi¨®n anual de acuerdo al IPC.

Sostiene Francisco Delgado, presidente de Europa Laica: ¡°Nadie se opone a que se preste asistencia religiosa, espiritual o de otro tipo, pero no parece que tenga que ser a costa del erario p¨²blico. No es tarea del Estado, es de cada confesi¨®n. El Estado se debe limitar a facilitarla, no a costearla. Pensemos en los recortes en sanidad y en otros muchos servicios p¨²blicos y valoremos la hipocres¨ªa de quienes mantienen el privilegio mientras recortan en m¨¦dicos y enfermeras, y la hipocres¨ªa de quienes se lucran por realizar una tarea que solo a ellos compete¡±.

Todo lo anterior se refiere a la religi¨®n cat¨®lica, mayoritaria pero no ¨²nica en Espa?a. ?Tienen las otras confesiones capellanes pagados por el Estado? Ni uno. En los cuarteles, no hay articulada formula alguna que facilite la presencia de pastores, imanes o rabinos para ofrecer un servicio de asistencia religiosa (ARE) a sus correligionarios (pocos, la verdad sea dicha), pero tampoco hay facilidades en prisiones, hospitales o cementerios, donde abundan protestantes, musulmanes o jud¨ªos, por citar las religiones de m¨¢s arraigo en Espa?a, aparte la romana.

Hasta ahora, el ARE en hospitales solo est¨¢ formalmente constituido en Madrid, mediante un convenio de marzo de 2011. Se presta en 24 hospitales, a cargo de 20 ministros de culto y 110 personas que les ayudan. Tambi¨¦n existe servicio ARE en centros de internamiento de extranjeros (CIE), muy incipiente (solo se realiza en el centro de Aluche (Madrid), mediante dos ministros de culto acreditados.

Todos esos servicios ARE, las confesiones minoritarias los prestan de forma totalmente gratuita, salvo en Catalu?a, que tiene las competencias transferidas en materia de prisiones y facilita el ejercicio de 100 agentes pastorales protestantes y otros 200 voluntarios en un servicio que tiene dos vertientes: espiritual y social. A cambio, el centro evang¨¦lico catal¨¢n (CEC) recibe una modesta subvenci¨®n de la Generalitat, de algo m¨¢s de 3.000 euros.

La queja de Mariano Bl¨¢zquez, secretario ejecutivo de la Federaci¨®n de Iglesias Evang¨¦licas (protestantes), est¨¢ cargada de raz¨®n, adem¨¢s, porque con frecuencia surgen conflictos all¨ª donde existen capillas o centros interconfesionales. ¡°Estamos de prestado, o lo parece¡±. Un ejemplo es la capilla del crematorio del cementerio de la Almudena, en Madrid. Es multiconfesional, pero un sacerdote cat¨®lico se la ha adjudicado llen¨¢ndola de imaginer¨ªa de su religi¨®n. El conflicto se ha resuelto enviando a los familiares de los difuntos de otras religiones a un local anexo, ¡°peque?o y poco digno¡±.

Mariano Bl¨¢zquez pone sobre la mesa otro ejemplo, a¨²n m¨¢s doloroso. Se trata de la denuncia formal, ante las autoridades de Castilla-La Mancha, de la familia de Santiago Maestre, fallecido el 6 de febrero pasado. Se acord¨® con los responsables del tanatorio de Toledo una sala concreta de la capilla para celebrar el funeral al d¨ªa siguiente, y unas horas antes de la ceremonia, la familia fue informada por el tanatorio de que no pod¨ªan utilizar ¡°la sala pactada porque el sacerdote cat¨®lico Juan Domingo y la entidad que ¨¦l representa hab¨ªan prohibido que se celebrara el funeral en la forma y de acuerdo a la religi¨®n que profesaba el difunto, que es la evang¨¦lica¡±.

La familia ¡°qued¨® convulsionada ante la gravedad de la noticia¡±, relata Mariano Bl¨¢zquez. A?ade: ¡°Se ha vulnerado estrepitosamente los derechos de toda una familia por profesar una fe distinta a la cat¨®lico-romana. Lo sucedido en Toledo atenta contra nuestros derechos constitucionales y la dignidad de los difuntos a respetar sus ¨²ltimas voluntades. Creemos que un comportamiento como este es indignante, y nos lleva a un retroceso al pasado, donde reinaba la intolerancia¡±.