Casi una de cada tres resonancias magn¨¦ticas lumbares son innecesarias

En Espa?a se hacen cada a?o cerca de un mill¨®n de resonancias magn¨¦ticas lumbares. Cada una cuesta, de media, 244 euros. Solo hay que multiplicar para hacerse una idea del gasto que supone, entre la sanidad p¨²blica y la privada, esta prueba diagn¨®stica. Un gasto que, en muchos casos, es m¨¢s bien un derroche, seg¨²n un estudio publicado en la revista European Journal of Radiology y presentado hoy en la sede de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial. Sus autores concluyen que aproximadamente el 30% de las resonancias realizadas por dolor lumbar son innecesarias. Y no es ese el ¨²nico problema. Realizar esta prueba cuando no est¨¢ indicada aumenta hasta un 400% el riesgo de que el paciente sea operado in¨²tilmente, seg¨²n ha explicado hoy el autor principal del estudio, Francisco Kovacs.?

El trabajo, financiado por la Fundaci¨®n Kovacs, recopil¨® datos de 602 pacientes atendidos en 12 servicios de radiolog¨ªa p¨²blicos y privados de seis comunidades aut¨®nomas. Los resultados demuestran que, como m¨ªnimo, el 11,9% de las resonancias magn¨¦ticas (RM) lumbares prescritas a pacientes con y sin dolor referido son inapropiadas. Un porcentaje que aumenta hasta el 17,2% en la sanidad privada y hasta el 27,8% entre los pacientes sin dolor irradiado a la pierna. El estudio es muy conservador, seg¨²n Kovacs. "Se trata de porcentajes m¨ªnimos, no reales. Seguramente hay muchas resonancias entre las apropiadas que realmente no lo eran", ha explicado. La intenci¨®n de los autores era asegurarse de que las RM clasificadas como dudosas o inapropiadas realmente lo fueran, a¨²n a costa de considerar como apropiadas las que no. Kovacs a?ade que otros estudios hablan de un 80% de resonancias innecesarias.

La sanidad privada derrocha m¨¢s recursos que la p¨²blica, seg¨²n el autor del estudio

"El derroche de recursos sanitarios es mayor en la privada que en la p¨²blica, as¨ª que no tiene sentido, como se est¨¢ diciendo ahora, afirmar que la privada es m¨¢s eficiente", ha afirmado Kovacs. El porcentaje de resonancias inapropiadas se duplica en la sanidad privada (17,2%) frente a la p¨²blica (7,4%), seg¨²n los datos que proporciona el estudio, que tambi¨¦n analiza el tiempo transcurrido entre la prescripci¨®n y la realizaci¨®n de la prueba. En la sanidad privada se tardaron, de media, cinco d¨ªas. En la p¨²blica, 36.

"Estamos seguros de que ning¨²n m¨¦dico ha pedido una resonancia de mala fe, para da?ar al paciente", ha precisado Kovacs, que ha explicado los posibles motivos del exceso de prescripciones innecesarias: ejercer la medicina de complacencia, es decir, la que da la raz¨®n a las peticiones del paciente; la medicina defensiva "para cubrirse las espaldas desde el punto de vista legal" o, en el caso de la privada, "los incentivos econ¨®micos para hacer resonancias magn¨¦ticas o para operar". En los 602 casos analizados (edad, sexo, nivel acad¨¦mico, motivo de prescripci¨®n, existencia o no de signos cl¨ªnicos que se identifican como posibles causas para pedir una RM lumbar, etc.), la prescripci¨®n se clasific¨® como apropiada, dudosa o inapropiada de acuerdo con los criterios actualmente aceptados por la comunidad cient¨ªfica internacional, explican los autores. Solo con que hubiera un solo signo cl¨ªnico que indicara la conveniencia ya se indic¨® apropiada.

El estudio tambi¨¦n plantea soluciones, han subrayado sus autores. Una de ellas consistir¨ªa en dar mayor poder a los radi¨®logos, de manera que puedan negarse a hacer las pruebas o, al menos, hablar con los m¨¦dicos prescriptores para analizar los casos. Estanislao Arana, radi¨®logo de la Fundaci¨®n Instituto Valenciano de Oncolog¨ªa, ha afirmado que los resultados "demuestran que los radi¨®logos pueden identificar correctamente las resonancias magn¨¦ticas lumbares que no est¨¢n justificadas, por lo que darles un mayor papel ayudar¨ªa a reducir los riesgos y costes innecesarios". Los autores tambi¨¦n proponen aplicar programas de reducci¨®n del uso inapropiado de la RM lumbar y establecer mecanismos que alerten a los profesionales. Tambi¨¦n plantean desarrollar programas de educaci¨®n sanitaria para los pacientes, de modo que sean conscientes de que las resonancias solo son ¨²tiles en algunos casos.?