El 61% de los pacientes de cardiolog¨ªa ignora qui¨¦n es su m¨¦dico
Uno de cada cuatro es incapaz de nombrar la cardiopat¨ªa que le afecta Solo el 16% de los enfermos controla los factores de riesgo tras una intervenci¨®n
La relaci¨®n m¨¦dico-paciente y la idea del paciente informado salen muy mal paradas de un estudio que ha elaborado la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa (SEC). Aunque se trata de un trabajo relativamente peque?o, los resultados son muestra de todo lo que falta en este terreno, indica la SEC, que ha llevado al trabajo a su publicaci¨®n oficial. Entre los datos, el estudio destaca que un 19% de los pacientes cardiacos no sabe el servicio hospitalario en el que se encuentra ingresado, el 61% de los enfermos no recuerda el nombre de su m¨¦dico responsable y el 24% es incapaz de nombrar el tipo de cardiopat¨ªa que padece. Adem¨¢s, el 32% de los pacientes ignora el tipo de las pruebas a las que se somete, y un 29% desconoce el tipo de tratamiento que se le aplicar¨ªa en su caso El trabajo lo han hecho con 100 pacientes especialistas de la Unidad de Cardiolog¨ªa del Hospital Universitario Central de Asturias.
Otras muestras de este desconocimiento son que el 29% de los enfermos considera su enfermedad de menor gravedad a la real y el 22% no sabe determinar si su enfermedad es relevante en su pron¨®stico. El 11% de los enfermos card¨ªacos desconoce el motivo de su ingreso y un 19% no sabe definir en qu¨¦ servicio hospitalario se encuentra. El 32% de los ingresados no enumera las pruebas que se le han realizado y el 29% no sabe definir qu¨¦ tipo de tratamiento se aplicar¨ªa en su caso.
El trabajo sirve para que su autor, Manuel Barreiro, haga una serie de reflexiones, como que los programas de calidad hospitalarios para lograr corregir las posibles deficiencias en la informaci¨®n y comunicaci¨®n m¨¦dico-paciente. ¡°Las sociedades cient¨ªficas recomiendan que existan programas de rehabilitaci¨®n cardiovascular despu¨¦s de una cirug¨ªa card¨ªaca, un ingreso por insuficiencia card¨ªaca o un infarto de miocardio, pero la realidad es que en la pr¨¢ctica no todos los hospitales cuentan con ¨¦l. En Espa?a, la implantaci¨®n de estos programas apenas llega al 5%, mientras que en Europa es del 60% y en Estados Unidos del 30%¡±, dice Barreiro. ¡°La extensi¨®n de estos programas son de vital importancia para el paciente card¨ªaco, ya que ¨¦l es el portador de la enfermedad y su formaci¨®n es primordial para conseguir los autocuidados necesarios para lograr mejorar su pron¨®stico¡±, a?ade el especialista.
No todos los pacientes son iguales. Los de edades m¨¢s avanzadas o niveles de estudios m¨¢s bajos tienen resultados peores, por lo que hay que ajustar los programas de educaci¨®n a las caracter¨ªsticas de cada paciente, indica la SEC. ¡°La idea principal que desprende el trabajo es que nuestro mensaje, el que damos los especialistas, no est¨¢ llegando. El paciente sale de la consulta sin estar debidamente informado, no sale convencido, no sabe lo que le pasa ni los pasos que tiene que hacer para modificar su pron¨®stico¡±, afirma Barreiro.
Factores de riesgo
Aunque realizados de manera independiente, este estudio se complementa muy bien con otro que publica la revista Journal of the American College of Cardiology, liderado por Valent¨ªn Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiol¨®gicas (CNIC). En ¨¦l se ha observado la evoluci¨®n de los cuatro factores de riesgo (colesterol, presi¨®n sangu¨ªnea, glicemia y tabaquismo) de m¨¢s de 5.000 diab¨¦ticos con enfermedad coronaria. Al a?o de la intervenci¨®n (normalmente, una cirug¨ªa), solo el 16% ten¨ªa valores aceptables de estos cuatro par¨¢metros.
Los autores del trabajo apuntan a la necesidad de facilitar la adherencia a la medicaci¨®n necesaria (apuntan a una polip¨ªldora que contenga los principios activos combinados), pero es inevitable pensar que la apreciaci¨®n de los pacientes sobre la gravedad de su estado y la mala comunicaci¨®n con sus m¨¦dicos es un factor de riesgo a?adido.
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